3 técnicas narrativas para hacer volar la imaginación pero no el presupuesto

weareshifta
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4 min readJul 5, 2022
Imagen de la sèrie Adventures of Superman de 1951.

A menudo olvidamos que como creadores audiovisuales no tenemos la obligación de mostrarlo siempre todo, sino que muchas veces el espectador acepta e incluso agradece que se le oculte cierta información que pueda completar mediante la imaginación.

Cada espectador es un potencial detective con capacidad de jugar el juego de rellenar los huecos narrativos.

Veamos a continuación tres técnicas que potencian esa parte detectivesca, al mismo tiempo que nos permiten ahorrar costes de producción. Es importante tener en cuenta su uso desde la fase de preproducción, puesto que serán determinantes a la hora de planificar correctamente el rodaje y elaborar el presupuesto.

1. Fuera de Campo

Se trata de toda aquella información visual que pertenece a una escena pero que no está dentro de un encuadre. Mediante el uso del sonido o la mirada de un intérprete dirigida a uno u otro lado del plano en el que se encuentra, podemos sugerir la existencia de esa información que escondemos visualmente.

No hace falta por ejemplo disponer de un avión si simplemente mostrando a un personaje mirando hacia el cielo y añadiendo el sonido del reactor podemos dar a entender lo que está ocurriendo arriba.

Del mismo modo, a veces puede ser interesante, dentro de una secuencia con varios personajes hablando, mostrar solamente a uno o dos de ellos para centrarnos en sus reacciones al escuchar al resto del grupo, si este comprende a personajes más secundarios.

Tanto en uno como en otro caso, agilizamos el rodaje puesto que podemos grabar menos planos de los que serían necesarios si quisiéramos mostrar todos los elementos que toman parte en la escena, y esto evidentemente repercute en el presupuesto que vayamos a necesitar para la producción.

Puede parecer obvio, pero no está de más tener esto siempre presente: no necesitamos mostrar un avión para que el espectador capte la idea de avión. Ni siquiera nosotros, en nuestra vida cotidiana, al oír el ruido de un reactor, levantamos la cabeza para comprobar qué está pasando, lo damos por hecho.

2. Voz en off

Uno de los recursos narrativos más usados desde que el audiovisual se hizo sonoro, hace ya más de cien años. La voz en off es toda aquella información hablada que nos llega desde fuera de la escena para completar de una y mil maneras lo que la imagen muestra, en definitiva para añadir otra capa a lo que estamos narrando.

En el campo de la ficción, la voz en off ha otorgado al espectador privilegios, como meterse en la cabeza de asesinos psicópatas o ser cómplice de recuerdos de infancia. Identificarlo, en definitiva, con cualquier personaje imaginable.

Además, la inclusión de un narrador omnisciente nos ayuda como creadores a hacer avanzar la historia que queremos contar ahorrándonos tener que rodar una gran cantidad de escenas.

En publicidad, la voz en off es muchas veces esencial para completar la información que queremos transmitir al espectador, puesto que tiene la misión fundamental de dejar bien claro al espectador cuáles son los valores de la marca o el producto que se está anunciando.

Es por eso que incluso lo que dice la voz en off puede ser a veces considerado más importante que lo que aparece en pantalla.

3. Elipsis

2001 de Stanley Kubrick

Una elipsis es todo aquel salto temporal, ya sea adelante o hacia atrás, ya sea de pocos minutos o de miles de años, que tiene lugar en una narración. Es el recurso más estimulante, el que más directamente apela a la imaginación del espectador, puesto que éste debe reconstruir en su cabeza el fragmento de la historia que hemos omitido.

Es también la mejor manera de tratarlo con respeto, puesto que como creadores asumimos que es suficientemente capaz de poner el cerebro a funcionar para rellenar los huecos.

A nivel de producción, además, es un gran aliado para evitar que el presupuesto se dispare. En contrapartida, la elipsis requiere de creadores audiovisuales despiertos, imaginativos y sin miedo a proponerle jugar al espectador.

Como podéis ver, con imaginación se puede suplir la falta de recursos. Ya no hay excusas.

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