El amor en los tiempos del código

SHIFTA
Think by SHIFTA
Published in
6 min readApr 30, 2024

El otro día leí un artículo en La Vanguardia que aseguraba que el 82% de los adolescentes usa inteligencia artificial para realizar las tareas escolares. Recuerdo que en mi casa teníamos varias enciclopedias distribuidas de la A a la Z. El primer tomo iba, por ejemplo, de la A a la F, y así sucesivamente. Es lo que utilizábamos para hacer las tareas escolares. Nos buscábamos la vida como podíamos. Pero tener ordenador en casa se fue normalizando, ya no solo era para las oficinas, y el particular ruido aparatosísimo del router inundó nuestros hogares.

Para cuando empezamos a hacer trabajos con ordenador, estaba tan poco habituada a esa herramienta que en vez de subrayar en el propio texto de word los títulos, lo imprimía todo en el mismo formato para subrayarlo después con el fosforito físico amarillo o rosa de toda la vida. Y mi madre me decía cosas tipo: ¿Para qué compro tinta de color con lo cara que va si no la usas? En fin. ¡Cómo están cambiando las cosas en poco tiempo! Me lamento mientras escribo en mi iMac y me sirve de segunda pantalla el Ipad.

Aunque me deje mimar por los avances tecnológicos, no puedo dejar de sentir cierto vértigo. ¿Llegará un momento, a lo película Surrogates (2009) protagonizada por un Bruce Willis todavía sano, en el que no saldremos de casa porque todo nuestro contacto con el exterior dependerá de un avatar? ¿Convivirá la inteligencia artificial con los humanos de tal modo que la primera constituirá en sí misma una nueva especie con derechos como ocurre en la película recién estrenada en Disney + de The Creator (2023)?

Son muchas preguntas cuyas respuestas nos vendrán dadas a modo de costumbre o de titular de periódico. Llegará un día en que sea lo más natural del mundo sobrevolar la ciudad en un taxi/helicóptero pilotado por un ordenador. Tener un amigo que no haya llegado a nacer, porque se haya creado de dígitos y un sinfín de posibilidades más. Pero hoy, vamos a hablar de un avance que hasta la fecha no se me había ocurrido.

Es cierto que ya había escuchado sobre influencers que no existían en realidad, o sea, que eran creadas digitalmente, como es el caso de “la española” Aitana López. ¿Pero que una de ellas sacara una canción? ¿Una influencer hecha de códigos, cantante? Pues sí, ella “es” Lil Miquela y me la han presentado nuestras alumni del Máster Online en Dirección de arte y creatividad audiovisual Maria Ortuño y Patricia Casillas en su Trabajo Final de Máster.

Para empezar, contextualicemos

Maria&Paty, como firman nuestras alumnas su trabajo y como nos referiremos a ellas de ahora en adelante, nos explican que Lil Miquela es una influencer de Los Ángeles con unos 3 millones de seguidores en su cuenta de Instagram. Y, como hemos adelantado, no es humana. Su primer single, “Not Mine”, da título a este trabajazo que presentaron y fue valorado con una nota altísima, como comprenderéis al visualizarlo:

Las autoras del teaser nos cuentan:
“Con Not Mine no queremos quedarnos estancadas en el amor o el desamor, Lil Miquela se enamora, empieza a ver las red flags pero también a sentir las mariposas en el estómago, la negación, pero también la disposición. Sentirse querido, pero también rechazado. Cuando regalas tu tiempo, pero te lo hacen perder, un camino de autoconocimiento y aprendizaje. No necesitamos grandes propuestas de amor, ni localizaciones increíbles, todo reside en la espontaneidad, en lo efímero y a la vez en lo cotidiano”.

Referentes principales

El teaser transcurre en el año 2023 pero todo tiene un aire nostálgico. ¿Verdad? En concreto, uno aprecia cierta influencia de la estética de los 90s. Maria&Paty nos explican que, tras analizar a Lil Miquela, han llegado a la conclusión de que la influencer se siente bastante atraída por dicha época.

Hay que tener en cuenta que Miquela “habría nacido” a principios de los 2000, al tratarse de un personaje ficticio, y suponiendo que puede mostrar emociones, podría sentir cierta nostalgia por una época que la gente de su edad vivió, pero ella no -por el hecho de no haber sido creado antes-.

Gracias a esta conclusión todo el tratamiento busca reflejar esos años con un toque de nuestra época, utilizando objetos/efectos de los finales de los 90 pero también trendys en la actualidad. En cuando al sonido, hemos podido comprobar al visualizar el teaser que se ha usado “música extradiegética” durante la mayor parte del trailer, exceptuando el “sonido diegético” de las dos primeras escenas del teaser; El sonido de los relojes y el sonido del contacto de las manos con el tomate.

Wong Kar-Wai

Pero la máxima inspiración para ellas ha sido sin duda el cineasta chino-hongkonés Wong Kar-wai, por su manera de retratar el amor, mostrando relaciones reales y complejas con finales abiertos. El director ha sido sin duda su referencia estrella para la selección de las localizaciones, “para la búsqueda de escenarios en los que Wong Kar-Wai filmaría para contar historias como en su Amor intermitente que se centra en mostrar el amor de una forma diferente, objetivo que compartimos, con una estética cinematográfica de la mano de Christopher Doyle en la que nos hemos inspirado, al igual que su icónico story telling no lineal”.

También podemos apreciar la influencia de Wong en la iluminación “alta”, que sirve para crear un bajo contraste entre las zonas más brillantes y más oscuras, añaden. Hay muchos otros elementos de la influencia del director como el “wide angle”, que es un plano levemente picado con una lente tipo “fish eye”. De este modo se consigue lo que Maria&Paty denominan como el gran angular. Podemos apreciar igualmente la técnica del “step printing” y el “slow motion”, utilizadas ampliamente en Chungking Express: “Nosotras también hemos utilizado las técnicas mencionadas para provocar la misma sensación, en un espacio corto de tiempo, con muchos acontecimientos y escenarios diferentes -lavanderia, casa, el metro, calles…-.

Otra influencia clara del director chino-hongkonés es la ausencia de diálogo. Sus personajes frecuentemente quedan atrapados en sus pensamientos y recuerdos, aislados del resto del mundo. El estado de ánimo se comunica a través de sus acciones, lenguaje corporal, miradas y, en ocasiones, a través de la narración, apuntan las autoras del trabajo, concluyendo en que “lo que no se dice siempre es más importante que lo que no se dice”.

Pedro Almodóvar

Si tuviésemos que decir un color que define a todo el universo creativo de Pedro Almodóvar sería el rojo. Según nuestras alumnas, el rojo es el color de lo exagerado, lo extremo, la muerte, la pasión, el fuego, el deseo. ”Pero también, depende de con qué lo combines puede ser algo mucho más ligero”. Hay un guiño directo en este TFM a una escena de la película del director manchego Mujeres al borde de un ataque de nervios y es la famosa escena del gazpacho.

El gazpacho también está presente en diferentes escenarios del teaser, siendo parte constante de la trama denotando en un misterio, a fin de cuentas, uno se pregunta ¿Quién hizo el gazpacho? ¿Cuál era su intención? Particularmente en el fotograma anterior creo que se da a entender que ha ocurrido una tragedia, soy de las que piensan que una bebida volcada en el cine es sinónimo de violencia, más si la bebida es roja, es casi como una mancha de sangre. ¿Vosotrxs qué opináis?

Si quieres dominar la narración en todos sus contextos, te animo a echarle un ojo al Máster Online en Dirección de arte y creatividad audiovisual, es completísimo y la calidad y esfuerzo de sus profesores se puede ver en el nivel que alcanzan lxs alumnxs al terminar. Estamos muy orgullosxs.

Zaraida Gil. Responsable de la Comunidad SHIFTA.

--

--