La creatividad confinada

Una guía improvisada para impulsar la imaginación en tiempos de incertidumbre, desinfectantes y ermitaños.

Lucía Colombo
Think by SHIFTA
5 min readApr 28, 2020

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Se suman semanas a la cuarentena y nos vamos acostumbrando al nuevo paradigma de encierro. Antes podíamos ir a todas partes y no nos alcanzaba el día. Hoy se nos han liberado las horas, pero tenemos vetado los lugares.

¿Qué hacer con el tiempo entre paredes? Nos preguntamos en loop*. La respuesta suele pendular entre el deber-ser y el ocio en pijamas. En mitad de estos extremos -la acción y la procrastinación- está lo creativo. Y quizá por esta naturaleza intrínsecamente tibia, es tan difícil de alcanzar.

Por mi trabajo, los últimos meses me encontraron investigando sobre teorías creativas de toda clase, desde filosóficas hasta fundadas en escaneos cerebrales. Si bien todas ellas son muy interesantes, ninguna tiene una versión “arresto domiciliario por pandemia”. Lo que sigue es una adaptación de algunas prácticas creativas al particular momento histórico que nos toca vivir y al que expresarnos.

“How-To Survive A Deadly Global Virus” — Max Siedentopf

Estímulos inesperados

Ya sabemos, ahora es el momento de consumir todo lo que teníamos pendiente. Este material facilita la inspiración porque todo proceso creativo empieza con una recolección de referentes.

Pero la creatividad se alimenta particularmente de lo desconocido. Es decir, es importante hacer un zapping de links y alejarnos de nuestros intereses habituales.

Activa el pensamiento divergente a base de datos que te resulten desconocidos. Todo vale, biología marina, astrología celta o plomería avanzada.

“Home Alone Survival Guide #21” — Max Siedentopf

Scroll consciente

Por primera vez, podemos prestar detenida atención a las cosas. No miremos para infoxicarnos, veamos para aprender. Leamos las palabras, analicemos las imágenes, guardemos lo que nos interesa. Nunca tuvimos tanta inspiración bajo nuestra huella dactilar, aprendamos de ella.

Conversaciones ganadas

Nuestras conexiones siguen fuertes gracias a todas las apps que facilitan encontrarnos entre pantallas. Aprovechemos estas herramientas no sólo para discutir las compras que hizo cada uno en el super. Podemos generar ideas con amigos o incluso plantear un proyecto de cautiverio. Muchos cerebros piensan mejor que uno. Aun siendo remoto, en grupo todo tiene más empuje.

Buceo en el pasado

Llego el momento de organizar todas nuestras carpetas y documentos flotantes en el escritorio. De paso, revisa el archivo de creaciones frustradas u olvidadas. Prueba darle una segunda oportunidad y seguir trabajando en ellas, o desmembrarlas para generar algo nuevo. Como dijo el publicista James Webb Young (1982), “una idea no es más ni menos que una nueva combinación de elementos viejos”.

Voyeurismo

El exterior siempre nos pone en contacto con factores inesperados que pueden disparar una asociación creativa. Un peinado llamativo, un encuentro incómodo, una sombra extravagante. Exprimamos el potencial de nuestras ventanas.

Experimentos cotidianos

La creatividad es un flujo latente que se manifiesta sólo si estamos desinhibidos. Por eso los niños son brillantes y ocurrentes, porque no tienen todos los tapujos mentales que traban a los adultos. Probemos jugar con nuevas disciplinas, improvisar con lo que tenemos a nuestro alcance o ser otra persona por un día.

Así ‘nos obligamos’ a apagar el juicio de la conciencia, la que nos frena por miedo a fallar o a ser ridículos. Olvidar nuestros prejuicios favorece lo serenditípico: un hallazgo relevante y valioso mientras se busca otra cosa.

Escribe como loco

Anotar las ideas ayuda a pensarlas en profundidad y relacionarlas con otras. Genera tu bitácora de confinamiento o un cadáver exquisito de ocurrencias.

Despierta el cuerpo

Alejarse del teclado, la pantalla y el sillón puede provocar la ignición creativa. Según la teoría del embodied cognition, nuestro cuerpo y las experiencias corporales también pueden influenciar en la forma que resolvemos problemas. Vale usar lápiz y papel, manipular distintos objetos, tocar superficies, moverse por el espacio confinado. Se trata de pensar con las extremidades, que son tan sabias como las neuronas.

“Home Alone Survival Guide #53” — Max Siedentopf

De lo viejo, algo nuevo

Desde una perspectiva fisiológica, ser creativos implica usar el cerebro de una forma distinta a la cotidiana. ¿Salir de nuestra zona de confort cuando estamos confinados en nuestra zona de confort? Podemos intentarlo.

Comer el desayuno en un lugar distinto, dormir del otro extremo de la cama, aplaudir en un ritmo diferente a las 20 horas, vestir de gala para ir al living. Improvisar dentro de los límites -que pueden siempre expandirse-. Si buscan inspiración, la cuenta de Max Siedentopf está repleta de ejemplos extraordinarios.

Haz un meme

Suma tu granito de arena a la evasión y risa global. Además de ser un ejercicio de narración, estar de buen humor aporta a la creatividad.

Mira un punto fijo

Tantas veces leímos que las ideas fluyen cuando salimos a caminar. Pues a subir y bajar las escaleras del edificio, trotar por la cocina, o limpiar hasta los rincones más ocultos del piso. Esto es conocido como la ‘incubación de ideas’. Si dejamos divagar la mente, nuestro inconsciente prende la máquina. Su motor se llama Default Mode Network, un generador de pensamientos espontáneos, que se detiene al momento que activamos nuestra atención. En otras palabras, procrastinemos activamente, puede que así prenda la lamparita.

La clave creativa

No le hagas caso a ninguna guía creativa, ni siquiera a esta. Haz la tuya propia o no hagas ninguna. La inventiva no se puede guiar, debe fluir. Si estás absolutamente bloqueado, quizá no te toca ahora mismo ser creativo, cuanto más pronto lo aceptes, antes fluirás de nuevo. O no, y está bien. También es el momento de descansar las neuronas, o alimentarlas de estímulos que en la rutina a.c. (antes covid) no has podido. Todo decantará en algún momento.

*Nota al pie: Este texto no pretende romantizar la cuarentena ni desmerecer los problemas que aquejan al sector creativo. Atravesamos circunstancias insólitas, en las que podemos tomar el camino que deseemos, uno de ellos es evadirnos y distendernos. Este artículo busca ser de servicio en tal caso. Lo que de verdad importa ahora, es cuidarnos a nosotros y a los otros. El psicólogo estadounidense J.P. Guilford dijo una vez que “vivir significa afrontar problemas, y resolver los problemas implica crecer intelectualmente”. Seremos muy sabios cuando todo esto termine colegas. Paciencia.

Lucía Colombo, especialista en narrativas y dirección de arte audiovisual, profesora de Elisava y profesora del Máster online Estética y Narrativa Audiovisual de SHIFTA.

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Lucía Colombo
Think by SHIFTA

Profesora en Shifta y Elisava — Millenial y todo lo que implica