La sensorialidad frente a la hiperdigitalización

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5 min readDec 1, 2022

En los últimos años, hemos sufrido una privación sensorial sin precedentes debido a la pandemia ocurrida en 2020. En un mundo en el que se limitó el contacto, la sociedad y el retail se adaptaron rápidamente para posibilitar una compra segura.

En este contexto, fueron inevitables el auge del e-commerce y la hiperdigitalización de los establecimientos. La normalización de los códigos QR, los sistemas de pago Smile to Pay o los espejos de realidad aumentada pasaron a ser herramientas habituales. El contactless commerce parecía que había llegado para quedarse.

Según la International Civil Service Commission (ICSC), organización americana representante de la industria de los centros comerciales, durante las navidades pasadas se incrementó el número de consumidores que acudían a los establecimientos. Los motivos principales fueron la necesidad de los consumidores de volver a tocar el producto, probárselo e interactuar con él, así como el interconectar con otros consumidores, retomando por completo la experiencia física, el sentir.

Esto refuerza lo que defiendo desde hace tiempo: el consumidor ya no se conforma con vivir la experiencia de la compra desde una pantalla, quiere sentirla y ser partícipe de la misma.

Los clientes buscan comodidad y agilidad en sus compras pero también conexión emocional, la cual se percibe inevitablemente a partir de los sentidos. Por esta razón, el marketing sensorial vuelve a ser una herramienta indispensable en el diseño de espacios/experiencias.

Como experta en diseño sensorial estas son algunas de las estrategias que planteo para crear interiores y re-conectar con el usuario final:

Potenciar al máximo la psicología del color aplicada a los espacios

El color es un elemento primario que afecta a nuestra percepción del espacio y por lo tanto una de las principales herramientas que utilizamos para transmitir emociones, y estas son el inicio de cualquier experiencia memorable.

Un espacio oscuro nos transmite misterio y lujo, mientras que uno rosa empolvado sensibilidad y frescura. Los colores cálidos e intensos como el rojo, aceleran nuestro ritmo cardíaco, mientras que el azul, un color frío, las ralentiza, con lo que eso conlleva para nuestro estado emocional.

La tendencia actual se inclina por aplicar colores serenos, naturales y neutros en todo tipo de espacios, desde el retail a la restauración, buscando esa calma, ese momento de pausa y serenidad que necesitamos recuperar tras estos años de incertidumbre.

Llegó la hora de sentir

La materialidad también juega un papel vital a la hora de percibir un espacio. El sentido del tacto, que tanto se nos ha negado en los últimos dos años, cobra especial importancia cuando hablamos del diseño sensorial. Unas texturas aterciopeladas nos transmiten delicadeza, mientras que unos acabados terrosos despiertan nuestra conexión con la naturaleza. El tacto es una herramienta muy poderosa a la hora de proyectar un espacio.

Creo que existe una clara tendencia a volver a lo vernacular, a lo natural. Hace ya dos años diseñé Le Sud, un concepto de hotel que se anticipaba a esta tendencia, con un interiorismo que invita a tocar y a sentir la rugosidad del mobiliario, fabricado con resina y arcillas naturales. La vuelta de materiales como el yeso, las arcillas o los microcementos ya es una realidad, pero esta vez sin ocultar sus texturas rugosas e imperfectas.

Todo este ansia de los consumidores por tocar y sentir de una manera más directa, va acompañado del resurgir de las formas orgánicas en los interiores, mucho más sugerentes y envolventes que las líneas rectas a las que estamos acostumbrados. El nuevo retail se diseña para ser tocado.

El resurgir del ámbito doméstico

Si hemos extraído algo positivo de la experiencia del confinamiento, ha sido el poder redescubrir nuestro hogar, poder reconciliarnos con él y convertirlo en nuestro lugar favorito, un lugar en el que nos sentimos seguros y protegidos.

Esa sensación de seguridad la hemos extrapolado a los espacios comerciales, minimizando el uso de colores y materiales fríos y aportando la calidez, cobijo, sosiego y disfrute que aportan los espacios domésticos.

La línea entre lo doméstico y lo comercial se desdibuja, para mejorar la conexión senso-emocional con el cliente.

Nuevo concepto de lujo

Tras la pandemia, reconsideramos nuestras necesidades, lo que ha cambiado nuestro concepto de lujo. Para mí el nuevo lujo quiere poner el acento en el espacio, desea disfrutar de la amplitud y de unos interiores serenos que dejen fluir, con mucha luz natural y conectados siempre con la naturaleza.

El lujo radica en ofrecer un producto diferenciado tanto a nivel de servicios como de experiencia, que debe ser única y en la que prime la calidad y la exclusividad, junto con la autenticidad.

El interiorismo sensorial vuelve a estar al alza. Se ha convertido en una herramienta indispensable para contrarrestar la hiperdigitalización de los espacios. Ha quedado demostrado que las herramientas digitales son indispensables y deben estar integradas en cualquier concepto actual, pero que nunca deben eclipsar lo verdaderamente importante, la experiencia sensorial del usuario.

La compra y experiencia de usuario no responde solo a aspectos tangibles sino a elementos más intangibles como el componente emocional. El cliente recordará cómo se sintió: contento, liberado, excitado, sereno, importante… y eso es algo que solo un diseño equilibrado y sensible puede conseguir.

En In Out Studio utilizamos la sensorialidad como elemento diferencial para crear espacios que emocionen y generar experiencias que perduren en el tiempo.

Si quieres saber más sobre cómo la digitalización está influyendo a la hora de crear los espacios retail, no te pierdas nuestro Máster en Retail Design y Hospitality.

Nayra Iglesias, arquitecta, diseñadora y docente del Máster en Retail Design y Hospitality de SHIFTA.

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