Narrativa audiovisual en la era de los centennials

weareshifta
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4 min readFeb 16, 2022

Los nacidos a partir de mediados de los 90, la llamada generación de los centennials, no concibe su vida sin pantallas. Esta segunda generación nativa digital después de los millennials es capaz de manejar varias a la vez y convive con ellas literalmente desde que se levanta de la cama hasta que se acuesta.

El smartphone es lo que deja en la mesilla de noche justo antes de cerrar los ojos y lo primero que coge al despertarse para apagar la alarma que programó. Más que ninguna otra, además, la generación de los centennials se caracteriza por ser también creadora de contenido, que comparte a través de las redes sociales.

Fotograma de Úrsula Corberó en la quinta temporada de La casa de papel (2021)

Un ‘like’: la mínima expresión de esa emoción provocada

Ante tanta oferta disponible, los centennials siempre encuentran, gracias al algoritmo, algo que consumir sin tener que buscar. Habiendo tanta oferta y tantas pantallas a las que prestar atención, el reto al que se enfrenta el creador audiovisual (sea o no centennial) para atraer a esta nueva generación de consumidores audiovisuales se nos revela complejo, pero no imposible.

Hagamos un pequeño análisis de la situación: ¿Han renunciado los centennials al audiovisual narrativo? Rotundamente no. Esta generación, como creadora de su propio contenido, genera una narrativa también propia. Acostumbrado a la autoexposición, cada centennial que hace uso de una red social para expresarse de cara a los demás está creando un relato, una narrativa (más o menos real, más o menos inventada) sobre sí mismo.

En las redes sociales, cada centennial deviene un personaje cuyas publicaciones provocan unas reacciones determinadas, que a la práctica quedan reducidas a la concesión o no de un like, lo que no deja de ser la mínima expresión de esa emoción que se ha despertado en el receptor de la publicación. Igual que un relato despierta emociones en el receptor.

¿Qué ha cambiado entonces?

La manera de consumir narrativa audiovisual. Es más que probable que no haya un solo centennial que no sepa lo que es Netflix. Esta plataforma digital, líder mundial en el consumo de audiovisual narrativo, tiene entre sus consumidores a un gran número de gente joven ávida de que le cuenten historias.

El éxito de ésta y otras plataformas prueba que la narrativa audiovisual tiene cuerda para rato. En realidad, la narrativa ha existido siempre en distintos formatos, desde la transmisión oral en los inicios de nuestra civilización, pasando por la transmisión escrita y el consumo en ‘streaming’ de la actualidad.

¡Pero cuidado con querer jugar a adivinar el futuro cuando no se tiene una bola de cristal! Como triste anécdota, hay que hablar de Quibi, una plataforma nacida como supuesta rival de Netflix dedicada al ‘streaming’ para centennials, es decir con contenido cuya duración no superaba los 10 minutos y que solo se podía reproducir a través de smartphones. Quibi nació en 2018 y cerró su actividad al cabo de 6 meses y un gasto de 1.500 millones de dólares.

Este fracaso demuestra que el hipotético déficit de atención de los centennials en el que se basaban los creadores de Quibi para idear la plataforma es sólo eso, hipotético. Y demuestra también lo peligroso que es hacerle demasiado caso a según qué lugares comunes.

El contenido narrativo de calidad siempre será consumido, dure éste 10 minutos o 10 horas, como demuestran las maratonianas sesiones de series que muchos centennials, millennials y boomers se pegan los fines de semana. La buena narrativa audiovisual es intergeneracional.

A favor del creador juega la dependencia digital que los centennials admiten tener: siempre habrá alguien dispuesto a consumir contenido. Que éste contenido consumido sea el que nosotros hemos creado, depende por encima de todo, de la plataforma en la cual este contenido esté disponible. Hay que analizar bien el target al cual queremos llegar, y si en este target se encuentran centennials en su mayoría, ir a buscarlos mediante la plataforma y el formato adecuados.

El reto verdadero es hacer que nuestra creación sea perdurable y no entendida como algo para consumir en el momento y olvidar después. Es decir, crear contenido de calidad que supere la prueba del tiempo. Quizá el éxito no sea inmediato, pero tarde o temprano el tiempo dará la razón al creador, y puede incluso que para entonces los centennials sean sustituidos por otra generación de creadores y consumidores de contenido audiovisual, pero, recordemos, el buen contenido es intergeneracional.

El 7 de febrero empezamos el Programa Enfocado en Storytelling Audiovisual donde aprenderás a contar una historia en contextos dominados por formatos audiovisuales y las plataformas tecnológicas. Y entenderás mejor el montaje, la clave del storytelling: pensar el movimiento — tiempo, espacio y masa.

Yonay Boix, cineasta, guionista, programador, gestor cultural y docente del Programa Enfocado en Storytelling Audiovisual

Pol Aregall, cineasta, realizador, creativo publicitario, fotógrafo y docente del Programa Enfocado en Storytelling Audiovisual

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