¿Publicidad o marketing? Qué son y en qué se diferencian
Allá donde mires, hay publicidad. En la televisión, en la calle, en las revistas, en Internet, en los centros comerciales y, por supuesto, en las redes sociales. Lo hemos normalizado de tal manera que estamos acostumbrados a ese bombardeo constante. Siempre hay algo que ver, algo que comprar o alguna necesidad que cubrir.
Ahora bien, existe la publicidad, digámosle “de calidad”, que logra no solo emocionarnos, entretenernos o hacernos reír, sino que consigue su principal objetivo: incentivarnos a comprar.
Todos sabemos qué es la publicidad, pero… hay otros conceptos que, aunque se le parecen, significan otra cosa: marketing, comunicación y publicidad. ¿En qué se diferencian o cómo se complementan?
La comunicación, un intercambio de información
Hablemos de comunicación, que no deja de ser otra cosa que un intercambio de información. Para ello, se necesita un emisor, un receptor (o varios) y un mensaje a transmitir de manera escrita u oral, verbal o no verbal. Para hacer llegar este mensaje podremos usar distintos medios: redes sociales, medios de comunicación, discursos o incluso nuestra postura corporal.
La publicidad, comunicación con objetivo de venta
La publicidad depende de la comunicación. De hecho, no deja de ser un tipo de comunicación unilateral e impersonal que depende de un anunciante. Es decir, consiste en generar un mensaje pagado para dirigirnos a un público objetivo con la finalidad de informar (dar a conocer un nuevo producto o servicio), persuadir (convencer o estimular la venta) y recordar (mantener el producto o servicio en la mente del consumidor).
Para conectar con el consumidor, los publicistas siempre están pendientes de las nuevas tendencias culturales y de comportamiento de la sociedad, para lograr que los usuarios se identifiquen con sus anuncios. En el fondo, la publicidad refleja la sociedad de la época y reproduce los valores socialmente aceptados.
¿En qué se diferencia de la comunicación? Muy sencillo. La comunicación transmite un mensaje, sin ánimo de vender. Por poner un ejemplo… cuando un cliente envía un mail solicitando información a una tienda, está transmitiendo un mensaje. Eso es comunicación. Sin embargo, si esa misma marca crea un anuncio sobre sus productos está generando publicidad y comunicación a la vez.
Las 4 P del marketing
El concepto que más puede confundirse con publicidad es el marketing. Los dos tienen la misma finalidad: vender un producto o servicio. Para entender la diferencia tendríamos que conocer qué implica el marketing, desgranando las 4 P propuestas por E. Jerome McCarthy, en las cuales se sustenta:
1. Precio:
Balance entre los costos de la empresa y el retorno que vamos a obtener. Teniendo en cuenta nuestro público objetivo, debemos pensar qué precio está dispuesto a pagar por lo que ofrecemos.
2. Punto de venta:
Hace referencia al lugar en el cuál se van a ofrecer nuestros productos. Es decir, las tiendas físicas o digitales y también a los canales de distribución y almacenamiento.
3. Producto:
Consiste en determinar los atributos tangibles (como el color o la forma) e intangibles (calidad, reputación o estatus) de nuestro producto.
4. Promoción:
Estrategias de divulgación para llegar a nuestro público objetivo. La publicidad sería una de ellas, pero también forman parte las relaciones públicas, los patrocinios u otras acciones.
Para que una estrategia de venta funcione correctamente se tienen que tener en cuenta las 4 P. Como vemos, la publicidad es una herramienta de marketing. Por lo tanto, mientras que el marketing se basa en comprender a nuestro público y crear estrategias para llegar a él, la publicidad es el medio que utilizamos para llevar a cabo nuestra venta.
Retos actuales en publicidad
Cada vez hay más marcas conviviendo en el mercado. Esto obliga a las empresas a luchar para captar la atención de su público objetivo en un mundo en el que los consumidores tienen infinitas opciones a elegir.
Las empresas han de tener claro dónde encajan sus productos y servicios dentro de este nuevo paradigma, cómo posicionarse en la mente de los consumidores y cómo comunicar sus aspectos diferenciales. Todo ello en un contexto de cambio acelerado y en un mundo digital más competitivo que cuenta con nuevas plataformas y formatos.
Para llevar a cabo una publicidad de calidad es importante conocer el comportamiento del consumidor y determinar qué herramientas utilizar. Es imprescindible conocer las tendencias actuales y del sector creativo. Además, los publicistas tienen que desarrollar un pensamiento crítico para cuestionar nuevas tendencias y aplicar la imaginación con originalidad y fluidez.
Hoy en día, formarse en cualquier ámbito relacionado con la publicidad, abre un abanico de posibilidades de desarrollo profesional. De hecho, es una figura muy necesaria en agencias publicitarias y de medios, pero también en departamentos de comunicación y marketing de todo tipo de empresas.
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