Digital Healthcare

Medicina y nuevas tecnologías

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6 min readMay 1, 2021

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Nuestro cuarto seminario, Digital Health Care, planteó un recorrido por la actualidad de la industria de la salud y las perspectivas de futuro que presenta el desarrollo tecnológico. Abordamos una serie de preguntas fundamentales para entender la hoja de ruta de este sector: ¿Cuál es el futuro del sector sanitario? ¿Qué ventajas tendría incorporar el big data y la IA en la sanidad? Y, sobre todo, ¿qué implicaciones tienen estos cambios para las personas?

¿Hacia dónde vamos?

Hay muchas tecnologías que prometen transformar nuestros sistemas de salud. No obstante, en el caso de la Inteligencia Artificial, los datos juegan un factor clave. En cantidad, en variedad y ordenados correctamente, el uso de datos es esencial para que los algoritmos puedan nutrirse de experiencia y no partir desde cero.

A día de hoy, la cantidad y variedad de información de la que disponen los profesionales en medicina es enorme. Pero es un hecho que todavía no disponen de herramientas lo suficientemente sofisticadas como para sacarle partido completo a tanta y tan compleja información. En un futuro próximo, la tecnología de Procesamiento de Lenguajes Naturales (NLP) podría servir para transcribir las historias médicas de miles de pacientes, y para procesar los descubrimientos científicos publicados en todo el mundo de un formato lingüístico a un formato de programación.

En su TEDtalk Better Medicine Through Machine Learning, la investigadora Suchi Saria propone la ambiciosa meta de crear una base de datos universal. Una vez creada, esta base de datos podría poner toda la experiencia médica recopilada a disposición de cualquier profesional médico, independientemente de dónde se encuentre.

Esta idea toma especial relevancia a la hora de llevar máquinas inteligentes a los sistemas sanitarios de países en desarrollo. Es la llamada “democratización sanitaria”. Esta idea cobra fuerza cuando recordamos el alto potencial de la lectura de imágenes médicas en la radiología y la ecografía, ya que pueden llegar a comparar millones de casos previos con la imagen de los órganos de un paciente en cuestión de segundos.

¿Qué rol juega la Big Tech?

Es evidente que el desarrollo tecnológico en la industria de la salud está avanzando a pasos agigantados; y parte integral de dichos avances es la posición dominante que las empresas Big Tech quieren tener en esta industria. Hoy en día, más que orientar su estrategia hacia el consumo minorista, las grandes tecnológicas se han enfocado en ser proveedores para las principales aseguradoras, hospitales y demás instituciones sanitarias. Lo que estas empresas tienen para ofrecer es información, capacidad para analizarla e infraestructura para proveer servicios tecnológicos tanto a usuarios como a otras compañías.

Teniendo estas tres posibilidades en cuenta, el rol que tradicionalmente han tenido las instituciones sanitarias y de investigación pública, pasa a un segundo plano. Un argumento citado frecuentemente es la capacidad de la industria privada para invertir mayores cantidades de capital, frente a otras entidades estatales, que deben ser más cautelosas con el manejo del dinero público.

La evolución de la industria sanitaria va impulsada por dos motivos que suelen complementarse. Por un lado, se busca proporcionar una atención médica cada vez mejor. Por otro, se intenta lograr un uso más eficiente de los recursos a nuestra disposición. Bajo la óptica Big Tech, la principal fuente de ineficiencia yace en la cantidad de intermediarios que participan en los procesos sanitarios y de seguros. Son pocas las empresas con la capacidad para abarcar de forma integral la provisión de cuidados. En este sentido, el movimiento hacia la sanidad virtual y el monitoreo de salud constante pone a las empresas Big Tech en un lugar ideal para dar un paso al frente.

Por lo mismo, no nos puede sorprender que Amazon, por ejemplo, esté en proceso de consolidar su propia aseguradora, a su vez que controla ya la farmacia online más importante de EEUU (y además está proyectando la apertura de clínicas a lo largo del país).

Tampoco debería sorprender que Apple quiera construir una experiencia de usuario ideal, donde los proveedores de cuidado puedan estar al tanto de cada problema, síntoma o novedad sin que se sienta intrusivo para el usuario. Prueba de esto es la introducción de más y mejores sensores (algunos de grado médico) en sus dispositivos. Esto sin olvidar también los avances en paralelo en políticas análisis de datos de forma segura y anónima.

Iniciativas como estas demuestran que las Big Tech quieren tomar por asalto la industria de la salud, un sector que actualmente experimenta distintos problemas de financiación, provisión de servicios médicos, saturación de usuarios, etc. No obstante, la estrategia de las Big Tech hace que nos planteemos una serie de cuestiones sobre el cuidado de las personas; y qué implicaciones puede tener la irrupción de estas empresas a mediano y largo plazo.

¿Tenemos que preocuparnos?

Una pregunta importante que surge al conocer el contexto actual es, ¿qué más dan los intereses económicos de las Big Tech si es por un bien mayor? La aplicación de IA a la medicina brinda grandes ventajas, como el acceso a un sistema de salud para toda la humanidad, la digitalización de los expedientes clínicos, el diagnóstico y compilación de datos médicos, etc.

El modelo actual, especialmente en Estados Unidos, permite a las empresas Big Tech extender sus iniciativas hacia el sector sanitario sin previos acuerdos o regulaciones con las entidades estatales. Así, se instaura un sistema de libre mercado basado en ideas de eficiencia y escalabilidad. Por más que se permita reestructurar los modelos de negocio, este sistema presenta un reto importante para el resto de los participantes en esta industria.

Es importante tener en mente que cualquier cambio afecta a las propias aseguradoras, las farmacias y farmacéuticas, el sistema de sanidad pública, y fundamentalmente, a los usuarios finales.

¿Somos dueños de nuestra privacidad si toda nuestra información es parte de bases de datos globales gestionados por unas pocas empresas? En la actualidad, el manejo de estos datos y su uso está firmemente controlado; y su uso es exclusivo para el desarrollo de la medicina. Sin embargo, esta revolución que estamos viendo abre la puerta a que ingresen intereses económicos que pueden llegar incluso a primar sobre las motivaciones médicas.

Al observar la medicina actual, vemos que existe un desafío fundamental: ¿Cómo hacer la medicina más inclusiva? Definitivamente, el objetivo de la medicina es proporcionar una experiencia más empática, humana e integral. Y para llegar aquí, se tienen que considerar las diferencias culturales y de religión, para las cuales la Inteligencia Artificial ya presenta sesgos y limitaciones.

Como ya se ha visto en otros casos, los prejuicios sociales actualmente existentes en torno a la raza y el género pueden filtrarse en el algoritmo. Asimismo, hay que considerar que en el mundo actual la confianza en la IA varía según con quién se hable y en qué parte del mundo se viva, ya que no todos están cómodos con la idea de una atención médica sin interacción humana.

En este sentido, el factor humano es esencial. Si le preguntaran a un médico, diría que su labor como profesional va más allá de diagnosticar y tratar. Implica también desplegar un trato lleno de atención y empatía, cualidades íntimamente humanas.

Con todo, ¿sería posible que en algún momento podamos programar a la IA para que nos brinde un trato no sólo personalizado, sino también empático? La pregunta de fondo es: la Inteligencia Artificial, ¿nos sustituye o nos complementa? Si bien puede parecer que es solo cuestión de tiempo antes de que el personal médico se vuelva obsoleto, lo cierto es que todavía tenemos la capacidad de integrar la IA en el campo de la medicina de una manera humana, como un complemento al trato de los médicos.

Este seminario estuvo moderado por:

  • Santiago Caicedo Tafur estudia Filosofía, Política y Economía (PPE), Universidad de Navarra. | LinkedIn
  • Lucas Pombo estudia Economics, Leadership & Governance, Universidad de Navarra. |LinkedIn
  • Gabriela Pajuelo estudia Relaciones Internacionales, Universidad de Navarra. | LinkedIn
  • María del Carmen Ferrer estudia Economics, Leadership & Governance. |LinkedIn

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