Educ(AI)ción

Más que una educación tecnológica

La tecnología está cada vez más presente en el mundo educativo. Aulas inteligentes, profesores virtuales, dispositivos para todos los alumnos… En este seminario, nos preguntamos sobre el papel de la tecnología en una educación verdaderamente humana. ¿Lleva una mayor innovación siempre a una mejor educación? ¿Qué oportunidades abre la Inteligencia Artificial para la educación? ¿Cuáles son los riesgos de adoptar tecnología “a ciegas” en el aula?

Fallos en el modelo tradicional

Desde hace unos años se habla de una crisis en la educación global, con manifestaciones variadas: la falta preparación en los profesores, la estandarización de contenidos y de evaluación, los sesgos ideológicos, la tendencia al pensamiento lógico-matemático y a una intencionalidad meramente instrumental de los programas formativos (orientados a la eficiencia, a la productividad, etc.)… frente a la necesidad de desarrollar en los alumnos la capacidad de reflexión y el pensamiento crítico.

Todo lo anterior ha abierto, desde hace años, una discusión sobre alternativas al sistema educativo que tenemos, y el papel que la tecnología puede jugar en esa reforma. ¿Cuáles son esas alternativas? ¿Se pretende con la tecnología suplantar el componente humano de la educación con inteligencia artificial? ¿Se puede lograr que la tecnología sirva de complemento a la labor del educador?

Pandemia: aceleración tecnológica

El Covid-19 ha hecho que la tecnología llegase con más fuerza y extensión a las aulas — o, mejor dicho, a la incapacidad de reunirse en aulas. En muchos casos, la tecnología ha servido como herramienta de gran provecho, tanto para los docentes como para los alumnos.

Por ejemplo, la inteligencia artificial puede permitir un nivel de personalización en la experiencia docente — que los profesores sepan a qué ritmo está aprendiendo cada alumno — inimaginable hace unos años. En este respecto nos planteamos si la personalización hará más profunda la tendencia al individualismo en nuestra sociedad, al reducir los contactos y negociaciones entre alumnos, cuando cada uno esté siguiendo su propio itinerario personalizado… ¿podemos tener personalización sin perder interacción entre alumnos, incluso los que aprenden a ritmos distintos?

También debatimos sobre otro aspecto de la inteligencia artificial: la monitorización. Esta implica necesariamente medir más y llegar más a fondo, cuantificando aspectos menos evidentes y más íntimos, como la actividad cerebral de los niños — según se empieza a experimentar en China, donde el nivel de vigilancia sobre los niños empieza a ser preocupante. ¿Es verdaderamente necesario medir más, evaluar más, vigilar más, para lograr mejores resultados académicos? ¿Qué concepción de la educación subyace a esta tendencia a la cuantificación? ¿Estamos matando con ello la creatividad, que surge en momentos en los que nuestra mente no está sometida a presión, sino que se permite divagar y conectar ideas?

Educar: ¿aprender conceptos o formar personas?

Nadie puede negar las enormes ventajas y posibilidades que tiene la tecnología en cuanto a información, contenidos y materiales. Desde la búsqueda de información en centésimas de segundos, cursos online para aprender en profundidad sobre infinidad de temas, tutores virtuales que enseñan maneras de aprendizaje individual más eficientes, entre otros.

Aún así, educar es algo propiamente humano. La máquina no tiene empatía en el proceso de aprendizaje, no son capaces de inspirar, no son capaces de sentir pasión por lo que enseñan. Los grandes maestros hacen más que proporcionarnos información o enseñarnos contenidos, son de valor inestimable en la vida de una persona de un modo que una máquina nunca podrá reemplazar.

En estos tiempos de aceleración tecnológica dónde cada vez se incorporan más sistemas y herramientas innovadoras en las aulas, urge abordar estas cuestiones en profundidad. Pensamos que se debe reflexionar a fondo cada vez que se vaya a sustituir un componente humano de la educación por una solución tecnológica. ¿Estamos perdiendo algo esencial en la educación? Si, por ejemplo, se sustituye algo mecánico o burocrático, la respuesta es fácil: bienvenida sea la tecnología. Pero si se reemplaza contacto humano, diálogo, negociación de diferencias… tenemos que ser muy cuidadosos, pues el ser humano aprende de la ineficiencia, del roce con otros, e incluso de las diferencias con sus compañeros de clase.

En definitiva, debemos preguntarnos cuál es el propósito de cada tecnología que busquemos adoptar y frenar la inercia del progreso tecnológico “a ciegas”. Implementar tecnologías sólo tras asegurar que sirven a una educación más humana y más integral. ¿Podemos incorporar a la educación lo mejor de la de la inteligencia artificial sin perder nada de lo bueno que tiene la educación protagonizada por humanos?

Este seminario estuvo moderado por:

• Rocío de Lange estudia Filosofía, Política y Economía, Universidad de Navarra.
• José María Panadero estudia Economics, Leadership & Governance, Universidad de Navarra| LinkedIn.
• Isabel Puigferrat Pérez estudia Philosophy, Politics & Economics, Universidad de Navarra | LinkedIn.
• Mª Clara Ribadeneira estudia Marketing, Universidad de Navarra.
• Manuel Vera estudia Marketing, Universidad de Navarra| LinkedIn.
• Fabrizzio Zelada estudia Económicas, Universidad de Navarra.