10 tips para criar un emprendedor.

Cosas que normalente no te dicen pero que sí funcionan. O por lo menos eso creo yo.

Antes de entrar en materia, existen ciertas cualidades que deben estar presentes para cimentar la base del espíritu emprendedor: liderazgo, seguridad y hambre—mucha hambre. He aquí unos cuantos tips que te ayudarán a plantar las semillas de esas 3 cualidades.

Antes de enviar a publicar este artículo se lo envié a la persona que aplicó las estrategias que produjeron las impresiones que comparto en mi—mi madre. Hago esto pues entiendo que le dan mucha más validez y credibilidad a mis percepciones. Los textos presentados como citas son de su autoría.

1. Cuestionar las figuras de poder

Es muy sencillo. Un niño que no es criado para ser capaz de cuestionar a un doctor sobre su opinión médica—si difiere de ella—entonces es muy poco probable que algún día de su futuro adulto se pare frente al Presidente de la República y le cuestione decisiones que entienda no son de beneficio colectivo.

“La estimulación es el proceso mediante el cual se enfocan las cualidades y esfuerzos de sus hijos, con la finalidad de que surjan sentimientos de autoestimación y de confianza en ellos mismos. Aceptarlos tal y como ellos son. No hacer que el amor y aceptación dependan del comportamiento de ellos. Hacerles saber lo que ellos valen los vuelve capaces de cuestionar las figuras de poder.”

2. Preguntar ‘por qué’ lo suficiente

No siempre nos preguntamos por qué hacemos ciertas cosas o por qué debemos hacerlas. Las veces que sí lo hacemos, nos conformamos con la primera respuesta. El ejercicio de enfrentar razones a múltiples ‘por qué’ ejercita el pensamiento crítico y las decisiones acertadas.

3. Saber por qué hacemos las cosas

Y no me refiero al por qué racional. Me refiero a las razones que nos mueven a hacer ciertas cosas. Una cosa es darle comida a alguien que lo necesita y otra es alimentarlo. Una cosa es ver el estudio como un fin (porque hay que hacerlo) y no como un medio para lograr ciertas cosas.

“Para que le sea mas fácil a sus hijos comunicarse con usted, debe convencerlos de que tiene mucho interés en escucharlos. Escuchar a nuestros hijos significa hacerles saber que reconocemos los sentimientos que están detrás de lo que dicen y de lo que no dicen. Es decir, implica comprender lo que el niño siente, lo que quiere dar a entender, y después expresar este significado de tal manera que el niño se sienta comprendido y aceptado.”

4. La preparación no lo es todo

Una buena preparación en todos los sentidos es esencial para tener éxito, pero más importante aun es el hambre. Muchas veces, personas con ciertas limitaciones y hasta con desventajas deseables, tienen tanta hambre por lograr algo que no ven barreras donde otros sí. No se dan por vencidos tan fácil y no aceptan no como respuesta.

5. Que no necesariamente nacimos para ser buenos en una sola cosa

A la mayoría de las personas las crían bajo el pensamiento de que ‘tu padre es un reconocido abogado, entonces tu deberías ser abogado, y si no terminas siendo buen abogado entonces eres un fracasado’. Fomentar intentar cosas distintas, y una vez logrados los objetivos dentro de esa área, explorar otras, es importantísimo. Si estudiamos una carrera y no nos termina gustando—o ya logramos lo deseado y se torna aburrida, es importante ver el cambio de rubro como parte de la evolución y no como un error o paso atrás.

6. Que errar no está mal, tropezar con la misma piedra sí

Cuando los niños cometen un error es bueno asociar el hecho en el momento con el aprendizaje que se obtuvo del mismo. Hay situaciones en que esto es más difícil de lo que parece, pero la mayoría de las veces es el caso contrario. Errar es de personas inteligentes cuando se aprende algo.

7. Cuando le digas ‘no’ asegúrate de decirle por qué

Es tan sencillo como que al hacer esto no sólo fomentarás un mejor hijo o hija sino que al mismo tiempo te convertirás en mejor padre/madre. Hay veces que decimos ‘no’ porque es la norma o porque siempre ha sido así, pero qué tal si en ciertas situaciones hemos estado equivocados todo el tiempo?

8. Cada meta debe tener un plan

La clave está en ejercitar esta parte con las cosas más simples para que sea más fácil hacerlo con las complejas. Hay veces que querrá montar bici o correr para divertirse, quizás en otro momento lo hará para ejercitarse.

9. Los logros no se acumulan de forma horizontal sino vertical

La mayoría de las personas ven los logros como parte de un trayecto, como un camino. Si criamos a nuestros hijos educándolos bajo la filosofía de que cuando uno logra algo es mejor que la próxima meta sea un reto mayor al anterior, esto devengará en mayores satisfacciones personales y una madurez oportuna a temprana edad. Los niños de por si tienen su sentido de competencia personal alto, el reto de este tip es continuarlo a medida que crecen y la sociedad los hace más conformistas.

10. Que el capital social es más importante

En cualquier economía y en cualquier generación, el capital social es más importante que cualquier otro. La mentalidad de que nacimos para multiplicar las relaciones y que nuestra fortuna se mide en la calidad de las experiencias y las personas que hemos conocido, forja la mejor cualidad que se puede fomentar en un niño: la de un mejor ser humano.

Si te das cuenta, varios de los puntos tienen mucho que ver uno con otro. Y es que cuando los vemos como un todo, nos hacen mucho más sentido. Los 10 tips son un mindset, una filosofía de vida, una forma de criar con propósito.

Es importante aclarar que ciertamente puede que yo no tenga el criterio para dar estos tips ya que no tengo hijos propios—todavía. Lo que sí tengo y tuve fue una crianza un poco diferente a la común.

Y luego de 30 años puedo dar fe de la efectividad de algunas de las estrategias usadas por mi madre. Y yo, no puedo esperar a aplicarlas cuando algún día nazca Yaqui III.

“Los niños estarán mejor preparados para una adultez responsable y feliz si usted los deja ser independientes. Cuanto mas los ayude a tener confianza en si mismos, más competentes se sentirán ellos.”

*Este artículo fue comisionado para la revista Creciendo En Familia, en su edición de Enero 2014.*