De local y en protesta

Después de esta pandemia, en el mundo del fútbol –y en los predios de Dante– se hablará un poco más portugués.

Lázaro Ernesto Arias
lazaroarias
2 min readJun 13, 2021

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Brasil salvó la Copa América de más de un destierro. Portugal rescató las dos últimas Champions. Después de esta pandemia, en el mundo del fútbol –y en los predios de Dante– se hablará un poco más portugués.

América se resigna (y persigna) ante su sede imperfecta: no hace tanto –en marzo– uno de cada cuatro enterrados por Covid-19 en el mundo eran brasileños; pero 6 de las 10 canchas más grandes de fútbol sudaca quedan en Brasil. Para ofrendar a los santos del juego, no hay tierras más sagradas ni altares más justos.

Tres días antes del primer silbatazo, los jugadores, encabezados por Neymar, dijeron estar en contra de la organización de la Copa América, pero nunca le dirían que no a la selección brasileña. Todo esto a expensas de una decisión de la Corte Suprema, de la siguiente dimisión o de congresistas que esperan despolitizar el fútbol.

'Ney' podrá demostrar que es líder frente y detrás de cámara. Que puede organizar una ofensiva tan rápido como una fiesta de cinco días. Que Qatar paga, pero la fabela agradece. Que las gambetas, como las sambas, no tienen patentes o edad.

Le sobran a Tite los sargentos leales: Allyson, Fred, Casemiro, Marquinhos. Venezuela es el primero objetivo. Conducir a una 'seleção' en protesta a la final, será el menor de los achiques que se espere de ellos.

Contará algún extraño, se leerá en alguna parte, que en las ciudades del Brasil los cementerios fueron más que las academias de fútbol, que un presidente dijo que sus alcaldes mentían sobre tres mil muertos al día para pedir más dinero, pero que otra vez la Canarinha saltó al campo a defender su título y jugó por los suyos a matar o morir.

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Lázaro Ernesto Arias
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Periodista cubano, de pueblo y de sangre caliente... Escribo por convicción, reciclo historias que con el tiempo prescriben...