El entierro del Villa Clara
La entrada al estadio Augusto César Sandino es más gratis que nunca. Aterricé tarde en la casa del Villa Clara y nadie se atrevería a cobrar ni un céntimo por ver el entierro de un equipo que ya pierde 7 a 1.
Tarde lúgubre y serena. Hoy se vela el alma de un equipo en pena y sale de la lista de espera uno de los equipo que más perdió el más tropeloso éxodo de la historia de las Series Nacionales.
Lleva una semana de lluvias en Santa Clara y el día se abrió para cerrar el béisbol en el Sandino hasta el año que viene. Los papeles se invirtieron esta Serie: cabizbajo el local, inspirado: el visitante, el subcampeón sufre, el sotanero: sueña.
Vizcaíno, el lanzador relevista que se convirtió en cuarto bate, le da una clase de boxeo a su casco y al dogaut. Hoy es su cumpleaños y no es para menos. La temporada pasada fue líder empujador y esta no le fue nada bien. Si no lo piden de refuerzo quedará varios meses sin trabajo.
Duviel Zamora falla un arrastrado fácil y levanta el difícil bien a su izquierda. Luis Jova se tumba como un saco, extendidos los brazos, sobre la nueva barda de la banca. La tragedia en la grama se resume en pocas palabras: frustración, impotencia.
El año pasado, cuando el subcampeonato, prohibieron la venta de cerveza en las afueras de un estadio que tardaba un imparable a los jardines enentrar ebullicción. Había tanta euforia, hoy, hoy hay tanta cerveza.
La atmósfera permanece, también, cargada en las gradas. Ni 50 almas dejaron caerse en el Sandino y los gritos de dos mulatos sentados en los bancos vacíos de la peña de Los Leopardos, y de cualquiera que levante la voz, se escuchan condenadamente claros.
- ¡¡Paret tira la toalla -acusan-, saca la toalla blanca!!
- ¡¡Si fueras tú también perderías… Si no ganaste los que cuentan de que sirve este..!!
Responde un manicero que, de seguro, no tuvo buena venta este año, no como el año pasado que hubo Play Off en el Sandino. Marcador final: 13 a 1 en 7 entradas.
La gigantografía de Eduardo Paret, la que dice “Disciplina”, está tan descolgada como las demás. El entierro del Villa Clara, el bochorno más esperado de la Serie 59, ya es un hecho inapelablemente completo.
*Versión extendida de un crónica publicada en Horizontes
