Lo que nadie puede quitarle a Reinoso

Reconcilió a la comisión nacional con la prensa a golpe de cuentas claras. Entabló un campeonato de 75 partidos cuando en el mundo a nadie le era rentable

Lázaro Ernesto Arias
lazaroarias
2 min readApr 28, 2021

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Fue Comisionado Nacional de Béisbol menos de 20 meses. Lo involucraron cuando nadie recordaba la valía del cargo. Lo juzgamos desde el primer día, aún a distancia: ¿por qué un exsecretario del partido de un municipito especial propondría algo distinto? ¿quién le dijo a ese que sabe de béisbol?

Convertirse en el rostro administrativo del deporte nacional no fue simple. Menos, después de los abucheos públicos al federativo nacional. Reinoso apretó los puños. Calló. Continuó. Heredó una serie de trastornos superestructurales y económicos anteriores a la pandemia que no se revertirían a corto o mediano plazo.

El guajiro de la Isla con el cabello a dos tonos trabajó con lo que sí podía. Reconcilió a la comisión nacional con la prensa (o una parte de ella) a golpe de cuentas claras. Activó el programa nacional de talentos. Entabló un campeonato presupuestado de 75 partidos cuando en el mundo a nadie le era rentable. Sorteó como pudo unos Play Off que no terminaban nunca. Formalizó traspasos entre provincias en plazos y forma. Multiplicó los destinos y el número de contrataciones en el exterior. Recibió a los dispuestos. Apostó, con los límites políticos más obvios, por un Cuba en franca reconciliación.

Sancionó. Erró. Dirigió. Vivió sus últimos meses lejos de su familia. En el riesgo de moverse entre ciudades en pandemia. De codearse con deportistas y comisionados de todas ellas. Falleció de complicaciones derivadas de la pandemia, dijeron, como siempre dicen para que nos ahorremos la imagen de un hombre prácticamente sano que deja de respirar. Hacía solo unos días detuvo la preparación de dos preselecciones nacionales para evitarles peligro, para que fueran a donde su familia.

La COVID no distingue, no elige, aunque a tiempos parezca. El Inder debe vestirse de luto. Reinoso fue a descansar cuando más lo necesita el béisbol cubano. Su sucesor tendrá el deber de continuar sus políticas, respetarlas. Reynoso sentó un precedente, y nadie vendrá a quitarle esos hitos a su huracanada gestión.

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Lázaro Ernesto Arias
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Periodista cubano, de pueblo y de sangre caliente... Escribo por convicción, reciclo historias que con el tiempo prescriben...