Manager campeón de las Pequeñas Ligas asumió nuevos retos
“Soy de las personas que me gusta trabajar los equipos a mi forma y acomodarlos a mi estilo”
José Yadián Ganuza comandó una generación de Pequeñas Ligas que apenas se detuvo a llorar su segunda derrota en 53 juegos, que arrolló en el campeonato nacional de la categoría y terminó subcampeón del Caribe, justo al umbral de la gran final de Williamsport, Estados Unidos. Pero Ganuza entendió que tocaba cerrar un ciclo y trabajar en una página en blanco.
— Es duro. Es duro después de tantos sueños realizados y otros que se quedaron a la puerta. Fue una experiencia muy bonita y al final eso queda en la historia. Eso no lo borra nadie
La mayoría de aquellos campeones ya no pasan inadvertidos en su ciudad natal. Ingresaron a la Escuela de Iniciación Deportiva del territorio para continuar su formación. En estos momentos Ganuza también se desempeña como coach de primera categoría en la Serie Provincial con el equipo Santa Clara, aunque este no sea el reto más difícil que asumió recientemente.
— Siempre me ha gustado trabajar con los niños, pero en el béisbol uno aporta donde lo necesiten. Aquí me ves junto a profesores que me acompañaron en las Pequeñas Ligas, ayudando con el equipo de la primera categoría de Santa Clara.
El nuevo equipo de Ganuza pertence a la categoría 7-8 años. En la fecha inaugural de la provincial asistieron al estadio junto a sus padres. Toparon y ganaron en Cienguegos, me cuentan. Jugarán pronto una circular en Yaguajay.
Entrenar infantes implica formar parte de la etapa más importante de su vida de atleta; educar y transmitir valores no siempre en las mejores condiciones de trabajo ni con el respaldo objetivo y subjetivo de las instituciones.
— Soy de las personas que me gusta trabajar los equipos a mi forma, a mi manera y acomodarlos a mi estilo. Existe un sistema de rotación en el municipio, entonces me tocó bajar a la categoría 7-8. Mientras se sueñe en grande los resultados llegan. El que piensa en negativo no llega a nada.
Ganuza aspira a volver por la gloria de Las Pequeñas Ligas. Repetir el ciclo de cuatro años que lo convirtió en campeón de Cuba y subcampeón del Caribe. Formará de cero otra generación de Leoparditos de Santa Clara, esta vez sin las restricciones de la pandemia, a sabiendas que tardarán los resultados de antaño.
En una estructura de alto redimiento deportivo con tantos vacíos e incertidumbres, escogió tal vez la mejor alternativa.
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