Ruge el Graymarine en Tigre

Tom Dieusaert
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5 min readApr 8, 2021

Uno de los sonidos más típicos de la isla de Tigre — a parte de los gritos que se escuchan desde la montaña rusa del parque de la costa — es el rugido de las lanchas colectivas. A veces se escucha desde cientos de metros y para los isleños debe ser una señal muy reconfortante como el silbato de vapor del tren que llegaba a los colonos del Viejo Oeste.

Escuché varias veces que esos motores fueron comprados del ejército estadounidense y habían sido instalados en las lanchas de desembarco durante D-Day en Normandía, Francia. Es un mito urbano — un mito fluvial más bien — tigrense, pero no estaba seguro si era verdad y si aquellos motores todavía estaban en servicio. La respuesta la encontré en un taller cerca del Club Canottieri.

Sin celular

Jorge Szpytma trabaja solo en una casona antigua en la calle Bartolomé Mitre. La casa está flanqueada a la izquierda por el emprendimiento kitsch de Chinatown y por la derecha por otro desarrollo inmobiliario que poco a poco está destruyendo al casco pintoresco de Tigre, para convertirlo en otro barrio cerrado insípido.

Es simbólico que en esta casona que probablemente en un par de años tiran para abajo, está trabajando uno de estos últimos artesanos en vías de extinción. Como en Tigre solo quedan un puñado de carpinteros que saben construir un bote de madera, quedan solo un par de mecánicos que saben trabajar un motor Graymarine de General Motors.

“¿Sabés cuál es la enfermedad de la humanidad?”dice Jorge Szpytma con una sonrisa? “¡Esto!” y agarra su teléfono celular. “Antes se decía que el mate era perjudicial para el trabajo,” se ríe Jorge, “porque dejaban de trabajar media hora. Ahora están 6 horas de las 8 horas laborales con esto. A mi nunca me gustó, no lo uso. Pero he hecho algunas filmaciones para mostrar cómo se arma un motor.”

Aprendiendo mirar a otros

Después de Jorge, que trabaja para Líneas Delta, ya no hay otro para tomar su lugar. Tiene un muchacho que a veces lo ayuda “pero ahora está con un problema médico y la verdad es que también disfruta trabajar solo,” dice. “Yo aprendí hacerlo mirando a otro. Nosotros veníamos de la isla, del Parana Miní. Mi padre era polaco que vino después de la guerra, pero en algún momento se separó de mi mama y ella vino al continente, al ‘pueblo’ como decíamos.” “Yo trabajaba a los 15 años como mecánico por 2. No me acuerdo si eran dos pesos, dos mil o dos millones de pesos,” se ríe. “Solo que me acuerdo que eran dos y acá me ofrecían ocho, cuatro veces mas, así que no lo dudé.”

Hace ya casi medio siglo que trabaja con estos motores, asi que algo sabe Jorge de los Graymarine Diesel. “Estos motores con nada se los repara. Se rompió un pistón, en la mañana lo desarmas y a la tarde ya se va, puesto a bordo eh?” “¿Son muy nobles entonces?” Jorge suspira y dice: “¡Fíjate nada más: Camisa flotante!”

Es esta la razón por la cual las empresas de las lanchas colectivas nos los reemplazan? ¿Cuánto sale un motor nuevo? “Según…” dice Jorge, “Cuarenta, cincuenta, sesenta mil dólares. Pero son más complicados porque hoy viene todo computarizado. Lo tiene que ver gente especializada, lo tenés que enchufar en una computadora y eso solo ya te sale un billete. En cuanto a los mecánicos de mi generación, hemos aprendido mirando, lavando piezas… o sea, la práctica uno la tiene, pero para motores más avanzados uno tiene que hacer cursos…

De Omaha Beach al río Sarmiento.

El motor es el mismo que usaron en las llamadas lanchas Higgins (como eran conocidas por el apellido del constructor) en el desembarco de las tropas en la guerra? “Si,” dice Jorge “Todavía hay varias lanchas que tienen los motores originales de la guerra. Hace poco reparé uno que funciona en la “Interisleña IX”. Después de la guerra se siguió produciendo la marca Graymarine. Originalmente era de General Motors, después lo hizo Detroit Diesel. Fueron modernizando y llegaron los motores de cuatro tiempos.”

Szpytma se acerca para explicar el funcionamiento del motor, que en su momento el ejército de EEUU había pedido hacer para que funcione en un vehículo anfibio. El mecánico explica como el motor tiene un sistema de enfriamiento: “Este es el intercambiador de calor digamos, el agua entra por aca, lo chupa con una bomba del río, pasa al lado del agua que está dentro del motor para enfriarlo y va de nuevo (limpio) al río.”

A la pregunta porque el motor es tan ruidoso, contesta: “Son motores a “dos tiempos”*, hoy en día ya no se hacen más, ahora son todos de cuatro tiempos.” De alguna forma son eternos estos motores, porque fueron hechos en una época en la que las cosas se hacían para que duren. Siempre y cuando haya gente que lo sepa reparar y darle mantenimiento. Jorge ahora tiene 58 años, aunque parece más joven, y puede trabajar unos diez años más.

Oficios tigrenses en extinción

“A mi me gusta trabajar en esto. A veces me levanto a las 4.30 y empiezo a trabajar en un motor que necesita terminar y trabajo corrido. No me molesta en absoluto trabajar, lo disfruto.

¿Es un oficio destinado a desaparecer? “Creo que sí,” dice Szpytma. “Como los que reparan a las lanchas colectivas de madera. Sabías qué, entre las tablas hay una especie de algodón — pabilo — que los carpinteros tienen que meter con un formón en una posición muy incómoda, debajo de la lancha, para ver por donde entra la luz. Cuando los muchachos que hacen esto ya no estén mas, no va haber nadie que quiera hacer ese trabajo.”

No se sabe cuándo las lanchas colectivas de madera se van a jubilar (la última fue construida en los años ’60, según Jorge), pero forman definitivamente parte del patrimonio cultural de Tigre y vale la pena para atesorar, porque no se puede imaginar el río sin estos bichos ruidosos, pero definitivamente hermosos.

* Los motores de dos tiempos necesitan descargar mas gas y tienen otro tipo de caño de escape, entonces no pueden tener un silenciador que retiene los ruidos. Si se retiene mucho los gases, el motor no rinde. Los motores de 2 tiempos son más contaminantes, porque trabajan con mezcla de nafta y aceite, se van lubricando con el mismo combustible. Por eso en muchos países los motores de dos tiempos están prohibidos. (gracias por el dato a Gustavo Perini)

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Tom Dieusaert
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Reporter. Writer. South America. Twitter @argentomas. Recently published “Rond de Kaap: Isaac le Maire contra de VOC".