Villa Lolita, tesoro en el río Luján.
En el delta de Tigre hay varias casas que tienen un gran valor para el patrimonio arquitectónico, esta casa es una de ellas. Hace 110 años cruzó el Atlántico desde Inglaterra en un “kit” de pinotea.
Todos los que caminamos por la costa o remamos disfrutamos esta casa con sus cipreses calvos que luce enfrente al Museo Naval, es parte del paisaje de Tigre. Villa Lolita nació en la belle époque, como el Tigre Club, actual Museo de Arte, en el que se realizaban bailes con grandes orquestas, el glamour reinaba hasta en las regatas de todas las nacionalidades de los clubes de remo, que se veían en el palco privilegiado de su muelle.
Entrar a la casa y encontrarse con un centenario piano es pasar a otra dimensión. Caminar sobre antiguas tablas es trasportarse en el tiempo, impresiona que su techo piso y paredes sean de madera, la convierte en un refugio acogedor y con un encanto especial. La joya es el baño con artefactos de porcelana y su bañera con patas. El lugar más bello es la habitación del piso de arriba, una especie de mirador, la vista al parque y río es soñada, ideal para un taller de arte. La galería es bellísima con adornos en madera, el lugar que más se disfruta. Esta casa tiene alma.
En la isla se conservan varias casas de este estilo que procedían de Canadá, Estados Unidos, Suecia etc. y también de industria nacional, se elegían por catálogo. Este tesoro está a la venta, esperemos que su nuevo propietario la preserve. Esta casa como muchas en el Delta debería declararse patrimonio cultural por su valor arquitectónico e histórico, sustentan la memoria colectiva de los habitantes de la isla.
Si quiere recibir los artículos de Tiger Print en su buzón de correo, hacé click en Follow.
