Amante

Eduardo Franco
Todos, menos yo
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2 min readNov 27, 2016

Uno necesita un amante, alguien a quien conocer, alguien muestre su mundo, ese al que no estás acostumbrado, alguien con quien desvelarse sólo por no querer dejar de hablar, así sea por un chat, alguien que haga preguntas nuevas, que haga plantearse respuestas diferentes a todo eso que ya se creía que tenia solución.

Uno necesita un amante, alguien que veas de vez en cuando, con quien se pueda ser esa versión diferente de uno, esa versión que en el fondo siempre se quiso ser, alguien con quien desarrollar hábitos que ni siquiera se sabia que existían, que motive a cocinar las cosas que provocaban, o bailar todo lo que alguna vez se quiso sentir, que motive a salir y crear aventuras usando como materia prima tan solo el aburrimiento. Alguien que no tenga intensiones de proyectar ningún futuro, alguien que viva plenamente el ahora, las atenciones, la diversión, las risas, alguien que muestre diferentes maneras de amar, de amarlo, de amarse, de amar la vida.

Uno necesita un amante, alguien que después de cada beso no se sepa cuando viene el siguiente, una persona que respire distinto cuando se acerque al cuello, o con quien se descubra, en la intimidad, todo aquello que sexualmente se pensaba incapaz de volverse a hacer, uno necesita un nuevo confidente, que entre miradas y sonrisas se sepa todo lo que se está dejando a un lado.

Uno debe ser un amante, impregnar de felicidad a alguien, enseñar un mundo distinto a aquellos que se encuentran estancados, aquellos que quieren salir de esa gran laguna de la depresión, de la costumbre, de la rutina.

Uno debe ser un amante, ser una versión distinta de si mismo, alguien que está dispuesto a la aventura, a los impulsos, a visitar sin preguntar, a tocar sin esperar que le abran puertas, a romper muros donde existen murallas, a mostrar ventanas en habitaciones aisladas, a decirle con hechos a alguien, que su vida, puede ser mejor si comienza a amar.

Uno debe aceptar que no siempre se tendrá o se será un amante,
aceptar que casi nunca se será el amante de quien se ama,
Y sobre todo aceptar que no se amará siempre a los que quieren estar.

Uno debe saber, que muchas veces a quienes se ama tendrán otros amantes, alguien que les de vida, y logren juntos, ser Dos.

Pues uno debe entender, que uno, no es plural.
Y que el primer amante que se debería tener, es uno mismo.

De lo contrarío, todos serán amados, todos, menos yo…

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Eduardo Franco
Todos, menos yo

Diez mil líneas de código es un buen desayuno. Developer & Co-Founder @Hozt_