Privilegios

Decidiendo quién mola y quién no

SamRiesgo
Totalmente Razonable
4 min readMay 14, 2017

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Hace muchísimo tiempo que se viene hablando de los privilegios que tienen determinados individuos por el simple hecho de nacer con determinados genes. Solía llamarse privilegiados a los nacidos en familias con poder económico o social, sin embargo esta denominación se ha tornado en acoso hacia personas por su genética. Y si bien esto se venía aplicando hacía tiempo a todas las razas menos la blanca (con terrible resultado), últimamente se está dirigiendo duramente hacia ellos mediante la frase white privilege o privilegio blanco.

El término busca señalar las ventajas que una persona blanca tiene dentro de la sociedad en la que habita por el simple hecho de nacer blanca. Sin embargo, en lugar de seguir el mismo camino que incontables artículos y vídeos y tratar de justificarlos o de rebatirlos, prefiero no posicionarme y sólo analizar la información que he recopilado. Las conclusiones os las dejo a vosotros.

Empecemos.

No es tan sencillo, queridos.

En primer lugar vamos a dejar una cosa clara: los privilegios existen. Sin embargo, estos privilegios dependen muchísimo más de los recursos con los que cuentes y la sociedad en la que nazcas que de los genes con los que nazcas. Sin embargo, habrá quien prefiera relacionarlos con la genética (es más sencillo) y justificar conductas racistas hacia multitud de grupos. En realidad no importa tanto si naces en una familia blanca, azul, amarilla o verde, lo que importa (y mucho) es la cantidad billetes verdes con los que cuentas al nacer.

¿Todos tenemos privilegios?

Además de los recursos con los que cuente tu familia al momento de tu nacimiento, importa mucho en qué país (y por tanto sociedad) esté tu familia. No es igual nacer blanco en Estados Unidos que en España o en Argentina. Al igual que no es lo mismo nacer negro en ninguno de esos tres países.

En el primero, la sociedad está acostumbrada a desconfiar de la gente de color, la imagen general que tienen de ellos es de individuos poco educados y violentos. La realidad no es así, pero recordemos que los prejuicios no se basan en la realidad, sino en la percepción, y esta se moldea tomando información de diferentes fuentes. Estas incluyen series de televisión, cine, periódicos, el presidente dando discursos y escribiendo tweets, las noticias de la noche, los cómics, blogs, vídeos de YouTube, todo el contenido de internet, y en menor medida, la experiencia. Sin embargo, si eres una persona de color con ingentes cantidades de dinero, básicamente puedes salvar tu cuello de prácticamente todo. Incluso delitos como violación, abuso doméstico, etc. A los privilegios no les importa la genética, sólo el dinero.

En el segundo caso, España, sólo importa si tienes dinero (y ni siquiera hace falta mucho). Apenas encontrarás personas que traten de manera denigrante a otras por su color de piel. En general, en España el punto de conflicto reside más en la pertenencia al territorio que en el color. Si compartes la cultura española, básicamente eres considerado español con todos los privilegios que esto pueda traer. Eso si, hay que ser consciente de que la española, como todas las sociedades, cambia y evoluciona así que más vale que estés pendiente y te muevas con ella. La española es una sociedad más xenófoba que racista.

No vean Get Out.

Por último vamos con Argentina, un país donde la población negra no es muy abundante (menos del 3%) y en el que encontrarte con una persona de color por la calle es extremadamente raro. Sin embargo, igual que pasa en otros países latinoamericanos, el racismo es algo muy implantado desde la base de la sociedad. Existe mucha ignorancia y cierto grado de desconfianza hacia las personas de color y no hay problema con utilizar expresiones extremadamente racistas de manera común. Sin embargo, no existe una discriminación efectiva en el país, de tal manera que más allá de los esporádicos “en África están acostumbrados a correr” ó “vosotros os ponéis fuertes enseguida”, no encontrarás acción destinada a marcar la diferencia. Ahora bien, una vez incluyes el factor dinero en la ecuación la cosas se tornan muy diferentes a las otras dos sociedades mencionadas anteriormente. Debido al racismo existente y la falta de modelos exitosos a seguir, las personas de color apenas son percibidas como algo más que objetos para coleccionar, independientemente de si tienen dinero ó no.

Por último me gustaría señalar que es importante reconocer los privilegios con los que uno cuenta. Necesitamos urgentemente dejar de incluir las “diferencias genéticas” en la conversación ya que son mucho menores de lo que nos imaginamos y son la primera puerta que abrimos para lanzar comentarios sexistas y racistas. Tener privilegios no es algo malo, pero es importante reconocerlos para poder ponernos en la piel del que no los tiene y llegar a entender así los puntos de vista de los demás.

Nota: Si te ha gustado el artículo, dale un corazoncito, o déjame un comentario y hablemos del tema.

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