Renovarse o morir.

Mi amigo Eduardo San Clemente reflexiona sobre el paro de taxistas en Madrid.

Cómo cambian las cosas, como avanza la tecnología, pero parece que para algunos nada varía, todo sigue igual.

Hace unos días se llevó a cabo uno de los momentos que más daño ha podido hacer al colectivo de los taxistas, y fue organizado precisamente por este mismo colectivo, los taxistas. Se han pegado un tiro en el pie al más puro estilo del western americano, y es posible que aún no se hayan dado cuenta.

Hace unos días se organizó en las grandes ciudades españolas una huelga de taxistas, por supuesto pretendían dejar a los ciudadanos sin posibilidad de transporte, más allá del uso del coche propio o el transporte público, de hecho, los taxistas calificaron la convocatoria de huelga como una jornada “sin precedentes”. Y efectivamente, fue una jornada sin precedentes, pero no para quienes tenían pensado.

Seguramente esa jornada fuera uno de los mejores días de la historia para Cabify y Uber, las plataformas de transporte contra las que se manifestaban los taxistas, es más, se permitieron el lujo de subir sus tarifas por un día, total, qué iba a pasar, no tenían competencia.

¿Cómo se puede entender que en pleno S.XXI un colectivo haga una huelga contra la tecnología? La tecnología hay que adaptarla, no combatirla. ¿Entenderían ustedes que los carteros de todo el mundo se pusieran a hacer huelga contra plataformas como Gmail o Hotmail? Suena estúpido, ¿verdad?

Pues así fue la jornada pasada, una de las mejores semanas para empresas como Uber y Cabify ya que además de tener a los taxistas ocupados con su huelga, y por lo tanto no tener que estar preocupados por su seguridad, han visto como su facturación subía por encima de lo esperado, algo normal si tenemos en cuenta que los que hasta ahora eran fieles al taxi y a los transportes tradicionales, han sido obligados a utilizar otros medios de transporte como por ejemplo estas mismas plataformas.

Nunca antes había visto tanta gente descargándose la aplicación de estas empresas o hablando de ellas con el fin de realizar un traslado de un sitio a otro, y es que los propios taxistas les han obligado a probar la experiencia de viajar en un medio de transporte en el que conoces desde el primer momento la identificación de quién te lleva, puedes conocer la trayectoria que va a seguir la persona desde que te montas en el choche hasta que te bajas, asegurándote que no te van a engañar, y además una vez que te bajes del coche puedes puntuar al conductor y penalizarlo o no, dependiendo de cómo lo haya hecho, en fin, nada más que tecnología.

Hace escasos años, una huelga similar hubiera paralizado cualquier ciudad del mundo, pero esta semana lo único que consiguieron fue obligar a cientos de personas a pasarse a la competencia.

La tecnología es imprescindible, nos ayuda a mejorar, y los que no se adapten se quedarán atrás. Renovarse o morir.

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