Cashless vs Contactless

Andrea Catán
tracción.digital
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2 min readAug 10, 2020

Las tecnologías contactless y cashless han tenido un gran impulso en últimas fechas debido a la necesidad de reducir el intercambio de efectivo por la pandemia que vive el mundo en este 2020. Sin embargo, al ser tecnologías relativamente nuevas, es fácil llegar a confundir ambos términos y, por ende, los negocios pueden llegar a tomar decisiones equivocadas respecto a cuál es la que más les conviene implementar según el giro de su empresa y las necesidades intrínsecas de éstas.

Pues bien, a pesar de sonar y parecer iguales, cada una de estas tecnologías tienen sus propias características que pueden beneficiar o incluso perjudicar a los negocios según sea el caso.

Los pagos cashless, tal como lo dice su nombre en inglés significa sin efectivo, es decir, son dispositivos que están atados a algún tipo de cuenta bancaria o incluso algunos son recargados con efectivo que permiten realizar pagos sin necesidad de utilizar dinero en moneda o papel . Las personas con este nuevo sistema pueden utilizarlo para realizar todo tipo de pagos y servicios dentro de establecimientos autorizados, lo que permite que los negocios comprendan mejor los hábitos de consumo de sus clientes, y así generar Big Data que les sirva para tomar decisiones correctas en el futuro.

Por otra parte, los pagos contactless son aquellos que permiten realizar pagos a través de sistemas que no requieren de contacto físico entre los dispositivos destinados para ello, como es el caso de tarjetas de crédito, débito o incluso celulares con la terminal punto de venta, ya que solo basta acercar el dispositivo a la terminal para realizar el cobro. De hecho, se estima que, para el año 2022 el 58% de los pagos se realicen a través de este sistema en regiones como Europa, Estados Unidos y Canadá.

Este tipo de opciones es posible gracias a la tecnología NFC (Near Field Communications por sus siglas en inglés), ya que emulan la banda magnética de las tarjetas al generar un campo electromagnético que permite el intercambio entre dispositivos o incluso, RFID, es decir, a través de radiofrecuencia. En este caso en particular, las empresas no cuentan directamente con los datos, ya que éstos se mandan al banco emisor del dispositivo, lo que no permite un conocimiento de los hábitos del consumidor. Cabe recalcar que todos los pagos contactless son cashless, más no viceversa.

Debido a la recomendación de la OMS de reducir el flujo de efectivo, ambas tecnologías han adquirido un auge mucho mayor ya que, además reducen el contacto físico entre operadores y clientes. Por otro lado, resulta muy conveniente ya que cualquier empresa o negocio puede transformarse digitalmente contratando una TPV (Terminal Punto de Venta) integrada con tecnología contactless a una institución financiera o bien una TPV para gestionar los pagos cashless y un dispositivo con tecnología NFC como reconocimiento del usuario.

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