Bale, como si te interesara

Joaquín Piñero Herrera
Tres de añadido
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7 min readJun 5, 2021

En el fútbol dicen que hay tipos peculiares, especiales. A los porteros siempre se le ha otorgado un punto de locura y, probablemente, mentira no sea. Deportistas que se ganan la vida recibiendo pelotazos. Pero, este no es un cliché solo de arqueros. Los peinados, celebraciones, actuaciones o declaraciones dejan en un rango muy bajo con respecto a una ficticia clasificación de “normalidad” a futbolistas como Eric Cantona, Paul Pogba o Zlatan Ibrahimovic tienen hueco reservado en ese lugar. En realidad, todos somos raros a nuestra manera. O eso dicen.

En estos últimos días, hemos podido descubrir historias interesantes sobre futbolistas que los dejan en peor o mejor lugar. En esos relatos, siempre hay un denominador común: la pasión por el fútbol. Pocos han sido los jugadores que han reconocido que, para ellos, el balón es solo una herramienta de trabajo. Por ejemplo, se me viene a la cabeza el mexicano Carlos Vela que jugó al fútbol por dinero. Como si al resto no le importara. Otros, reconocen, cuál pecado, no pasarse el día viendo fútbol en la televisión. Eso sí, pocos provocan un odio tan atroz como Gareth Bale (Cardiff, 1989) en España y, más concretamente, en Madrid.

Gol de Gareth Bale en la final de la Champions League 2017–18

Ese buen hombre cuyo mayor delito fue fichar por el Real Madrid convirtiéndose en el traspaso récord en su momento, tuvo la loca idea de no buscar amigos en la prensa como es habitual en los futbolistas. Bale aterrizó en el Bernabéu con la promesa de ser el nuevo Balón de Oro, el anhelo de todo el madridismo. El galés, a pesar de ser clave en alguna que otra final de Champions, (nada del otro mundo, por favor) los goles históricos con la camiseta blanca. Su mayor error fue jugar al golf y su mayor pecado, no hablar español. Se supone… Pero, empecemos esta historia por el principio.

El galés eligió el fútbol por delante de otros deportes que practicaba en el colegio. Intentando seguir los pasos de Ryan Giggs, se enroló en la academia del Southampton. Sus inicios como futbolista, de lateral izquierdo, en St. Mary´s y en Championship no fueron cuentos de hadas. Con 16 años, debutó en las últimas fechas del campeonato en un Soton con otros dos adolescentes como Nathan Dyer y David McGoldrick. El primer Gareth, un lateral fuerte físicamente, potente y con el ‘37’ a la espalda, contó sus dos primeras apariciones por victorias en un Southampton depresivo que deambulaba por la media tabla. La temporada siguiente con George Burley mantiene el puesto en el banquillo y un Gareth con peso dentro del equipo, el de Cardiff empezó a adelantar su posición en el terreno de juego aunque con un denominador común: la banda izquierda.

En la primera campaña real de Bale como profesional, con sus 5 goles y 11 asistencias, transformó a un equipo mediocre que navegaba sin rumbo por la mitad de la clasificación a caer en las semifinales del playoff frente a un Derby que terminaría subiendo. Aunque, los Rams acabarían perpetuando la peor temporada en puntuación de la Premier League. Tras estas primeras actuaciones con el Southampton, en todas las islas se empezó a hablar de aquel chico alto, fuerte y con una pierna zurda maravillosa. Los grandes ingleses se empezaron a preocupar por él pero, quien más atento estuvo fue, sin dudas, John Benjamin Toshack. El por aquel entonces seleccionador absoluto galés, no dejó pasar mucho el tiempo. Porque, donde hay calidad, no importa la edad. Con apenas un puñado de minutos en Championship y en la sub 21, con 16 años y 10 meses, el entrenador hizo debutar a su pupilo con los mayores. Tan solo le hicieron falta unos meses para abandonar las inferiores definitivamente para establecer con la absoluta.

Ese verano de 2007, dio el salto a la Premier League mudándose a Londres, concretamente, al lado blanco del norte. Al Tottenham Hotspur.

Año convulso en White Hart Lane. Tres entrenadores distintos en una temporada (Martin Jol, Allen y Juande Ramos) que, contra todo pronóstico, acabó tocando plata. En su primera campaña en Londres, con 18 años y el dorsal 16 a la espalda, Bale conquistó el primer trofeo de su carrera: la Copa de la liga. Hasta hoy, el último título de los Spurs. Por el contrario, la actuación del galés no fue relevante, sino que, por otro lado, tan solo disputó 12 partidos (8 de Premier, uno de Copa de la Liga y 3 de UEFA). Además, en sus participaciones ligueras en su primer año, no consiguió ganar ningún partido a pesar de sus dos aportaciones goleadoras. En las siguientes temporadas, la participación e importancia de Bale en el equipo fue aumentando proporcionalmente a su posición en el terreno de juego e influencia ofensiva. De 12 intervenciones en su primera campaña (2007–08) a las 44 en su quinta temporada como Spur (2012–13). El chico de Cardiff se fue ganando un nombre en Inglaterra.

Hay un día que la vida futbolística de Gareth Bale. 20 de octubre de 2010, Giuseppe Meazza de Milán. Inter y Tottenham se enfrentaban en la tercera fecha del grupo A de la UEFA Champions League, primera participación del galés. La noche no pudo empezar peor. Minuto 8 de partido, Heurelio Gomes (portero del Tottenham) es expulsado y un joven Luka Modric es sustituido con 1–0 en contra. Al descanso, el Inter, vigente campeón de Europa, dirigido por Rafa Benítez, gana plácidamente por 4 goles a cero y con un jugador más. El ‘3’ blanco tiró del carro con sus 21 añitos y anotó un hat trick para que nadie volviese a olvidar su nombre. Nunca una derrota fue tan inolvidable para el perdedor.

A partir de ahí, la trayectoria de Bale se transformó en un cohete. Goles, asistencias, partidos ganados y un equipo en pleno crecimiento a sus espaldas. En la campaña 2012–13, el ya ‘11’ anotó hasta 21 goles siendo solo superado por Luis Suárez y Robin Van Persie. El último año del galés en Londres fue en una posición muy distinta a la que empezó, más cerca del área rival que de la propia y cambiando su vertiente defensiva por la ofensiva.

En el verano de 2013, Gareth se mudó a la Europa continental. Al Real Madrid, el club más laureado del mundo, convirtiéndose en el fichaje más caro del momento. Su periplo en España, más que conocido: cuatro Champions, Ligas, Copas, Mundiales de Clubes… Bale fue decisivo en muchos momentos clave en su etapa en Madrid. Quizás, pocos más difíciles de calificar que el bueno de Gareth. Bale sabía que en Kiev era su noche y se lució. Ese día sí o aquella noche en Valencia en la que se subió a la moto mientras Bartra iba en triciclo. En España no lo trataron bien y decidió volver al norte de Londres, donde una vez fue feliz.

Gol de Gareth Bale en la final de la Copa del Rey 2013–14

Bale prefirió siempre el palo de golf a las botas de tacos. Su desconocimiento, supuestamente, del idioma y su ausencia en los medios de comunicación, nunca lo hicieron muy popular entre la opinión pública. Mientras reunía toda una colección de molestias y lesiones, se desvivía por vestir la camiseta de su país. Eso siempre. Nunca lo dudó.

Gareth debutó con la absoluta casi antes de poder conducir un coche. Toshack fue quien tuvo la osadía de ponerlo cuando empezaba a patear balones en el sur de Inglaterra. Solo unos días después de su primera participación con la sub 21, Gareth se enfundó la de los mayores por primera vez en un amistoso frente a Trinidad y Tobago en mayo de 2006. Con los Reds Dragons, como en sus clubes, Bale empezó a subir su demarcación en el terreno de juego con más influencia en los marcadores. Con Bale como líder, en 2016, Gales consiguió clasificarse para su segunda fase final (la primera fue en el Mundial de 1958) y su primera vez continental. En un certamen muy británico, Gales fue la campeona de las islas logrando un histórico tercer puesto cayendo en semifinales ante la Portugal de Cristiano Ronaldo que, a la postre, saldría campeona. Sin duda, los Dragons se erigieron como la máxima revelación del torneo. Entre tanto, el ‘11’ se convirtió en capitán y máximo goleador de su selección históricamente, le peleó a Giggs la primera posición en la clasificación de jugadores galeses y siguió marcando goles a pesar de todo. En esta ocasión, Gales quedó encuadrada en el grupo A junto a Turquía, Suiza e Italia. El sorteo no fue nada generoso con los muchachos de Giggs pero para Gareth lo imposible parece fácil.

Bale es como ese amigo que, cuando juega en tu equipo, no da una pero, en cambio, se sale cuando juega de rival. Ese muchacho que come como una lima sorda y podría hacer barcos con el acero de sus músculos. El bueno de la pachanga, el que juega como y cuando quiere, quien desequilibra cualquier partido. Un tipo distinto, único. Capaz de ser odiado por unos y amado por los suyos. Un matrimonio tortuoso el de Bale y el fútbol. Campeón de todo con sus clubes y héroe nacional, quién sabe si no será la última vez que veamos a Gareth con botas de tacos aunque no pisando un verde. Un golfista en un mundo de futbolistas.

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