Tres por uno, la gloria del bloque gélido

Joaquín Piñero Herrera
Tres de añadido
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8 min readJun 2, 2021

¿Recuerdan cuando era extraño ver jugadores de ciertas nacionalidades en las distintas ligas? Ese primer africano en España, ese primer noruego en la Premier… Hace unos años, la globalización se apoderó del mundo y, por ende, del fútbol. Hoy en día, es habitual ver plantillas con tintes de cumbre de la ONU en la que los directores técnicos deben estar más preocupados en saber idiomas que táctica. Es lo que tiene. Serbios, peruanos, japoneses, marroquíes… Era otro fútbol, otra época. Los campos se recubrían de barro con regularidad y la Copa de Europa la jugaban solo los campeones. Tiempos pretéritos.

El tiempo pasa y todos los aspectos del mundo evolucionan. La Ley Bossman cambió el fútbol y el resto, ya lo conocen. Muchos años después, tenemos a cinco equipos españoles en la Champions League, un intento de Superliga pero mal, equipos con más nacionalidades de las que existen o grandes estrellas llegar desde todos los puntos del mapa. Desde el Lejano Oriente a Londres llegó Son para gobernar en Inglaterra, desde la pobreza africana subió Samuel Eto’o hasta Barcelona para marcar una y otra vez. El balón dejó de tener nacionalidades y razas.

Por ello, las competiciones de clubes y selecciones se empezaron a abrir para dar cabida a más equipos (se supone). De esta forma, la Atalanta se coló en unas semifinales de Champions, Gales fue, en un momento dado, una de las cuatro mejores selecciones del continente y el Villarreal soñó con reinar en Europa. ¡Qué cosas! La temporalidad de estos hechos no permitió a algunos jugadores disfrutar de estos torneos. Por ejemplo, Ryan Giggs se quedó sin jugar un partido en verano con su selección o, en una escala menor, Jari Litmanen no pudo reinar con su país como hizo con sus equipos. Muchos años después, sus compatriotas han obrado el milagro.

Ahora, en pleno siglo XXI, los países menos habitados y con menos tradición balompédica, pueden soñar con competir con las gigantes europeas. A pesar de que sigue habiendo selecciones con una carencia de nivel evidente, el fútbol continental se ha igualado en todas sus vertientes. Una de ellas, Finlandia, va a lograr algo que nunca pudo disfrutar de la mano del jugador más importante de su historia: Jari Litmanen. Como ya le ocurriera a la Gales de Giggs. El combinado escandinavo, por primera vez, disputará la fase final de un campeonato, en este caso, continental. Una hazaña que, gracias a la ampliación a 24 selecciones, está dando vía libre a países, históricamente más humildes futbolísticamente hablando, para que sueñen con participar en los certámenes veraniegos. Lo que este año será Finlandia o Macedonia del Norte, hace tres años fueron Islandia o Albania. El fútbol está cambiando como el mundo y hay espacio libre para quien se quiera subir.

Si bien es cierto que la selección escandinava nunca fue de las más débiles del continente, nunca se había planteado la opción de jugar con los “mayores”. Esta vez ha aprovechado su oportunidad solo dejando que Italia quede por delante de ella. Todo un mérito para una selección sin apenas jugadores en la élite del fútbol continental. Lo que un día no pudo conseguir Jari, lo han logrado Markku Kanerva y sus muchachos. El técnico finés, compañero de Litmanen en el vestuario de la selección, se crió en la federación como entrenador pasando por casi todos los puestos hasta llegar a formar un equipo que compitiera con cualquiera.

Markku Kanerva, seleccionador de Finlandia

En su época, Finlandia basaba su juego en Litmanen, una estrella llegada desde el frío norteño para hacerse un nombre en el continente. Ahora, la cosa es muy distinta. Probablemente, poca gente fuese capaz de adivinar un solo nombre del once que presentará Karneva en la Eurocopa por su carencia de un claro referente conocido en todo el continente. En cambio, los jugadores finlandeses han empezado a llegar al resto de Europa: Lukas Hradecky ha logrado colarse en la portería del Bayer Leverkusen, Aapo Halmes casi logra el ascenso a Premier League con el sorprendente Barnsley o Jere Uronen en el fútbol belga. Finlandia ha cimentado su éxito en la fuerza del plantel. De un equipo que giraba en torno a una figura, ha pasado a un coro sinfónico. Aunque, eso sí, con tres tenores que han demostrado en la Europa continental que los finlandeses también saber jugar a esto del balompié.

Marcus Forss

El chico de Turku se crió en el fútbol inglés al que llegó cuando apenas era un crío saliendo del frío norteño fichado por el West Brom. Allá, en su primera experiencia inglesa, el joven delantero no pudo explotar y, poco después, abandonó a los Baggies para firmar por uno de los proyectos más ambiciosos del football: el Brentford. Arrancando en su equipo ‘B’, Forss fue escalando gracias a sus goles en el entorno de los Bees. En su primera aventura en Griffin Park, no cumplió con las expectativas marcadas y salió a préstamo hacia Wimbledon para demostrar su valía. 11 goles en 18 partidos después, regresó a Brentford para afrontar su prueba definitiva. Un eterno aspirante al ascenso en una campaña marcada por las mascarillas.

Marcus Forss anotó el gol decisivo para dar el pase a Wembley al Brentford

Su ayuda (7 goles) en la delantera del equipo otorgó al cuadro de Thomas Frank la oportunidad de ascender en el playoff. Forss cual héroe mitológico, surgió en las semifinales para asestar un golpe mortal al Bournemouth y sellar el billete a los Bees con destino a Wembley. Allí, Forss y sus amigos lograron ascender a la élite después de 74 años de ausencia. Todo ello, con un finés como protagonista, el primero de los fríos tenores.

Joel Pohjanpalo

Clase del 94, el chico de la capital ha ligado toda su vida su nombre al del gol. Aficionado del Liverpool desde su nacimiento por culpa de su padre, siempre soñó en emular a Michael Owen, su ídolo de la infancia. Criado en la cantera del HJK, el equipo más poderoso del país, debutó en su primera plantilla sin haber llegado a la mayoría de edad. En su segundo encuentro liguero, frente al Mariehamn logró uno de los hitos de su carrera: el hat trick más rápido de Europa en 162 segundos (2 minutos y 42 segundos). Este acontecimiento llamó la atención de muchos clubes del continente. De esta forma, en septiembre de 2013, fichó por el Bayer Leverkusen. Sin llegar a debutar, se marchó cedido a la 2. Bundesliga, al VfR Aalen donde no hizo valer la reputación con la que llegó. Dos temporadas en el Fortuna Düsseldorf y otras dos en el Bayer, acompañadas de numerosas lesiones, parecían certificar la realidad de no haber logrado transformarse en el delantero que se preveía.

Las lesiones siempre han sido un fiel compañero en la vida deportiva de Joel. Una de ellas, más grave de la cuenta, casi termina con su carrera prematuramente. Un año, siete meses y ocho días después de su último partido con el Bayer, Pohjanpalo volvió a los terrenos de juego para disputar un testimonial minuto contra el Werder Bremen tras superar su lesión. Nueve goles en 14 partidos en el segundo semestre defendiendo al Hamburgo, le dio la enésima oportunidad de demostrar su talento en Leverkusen. Nueva decepción. Aunque, por fin, llegó su cesión a Bundesliga, al carismático Union Berlín. Allá, el club de la capital clasificó por primera vez para Europa en su segunda temporada en la élite y, además, Pohjanpalo logró el primer hat trick del club.

En la selección, el ariete debutó con la absoluta con 18 años recién cumplidos después de una meteórica progresión en los escalafones inferiores. Tras disputar sus primeros minutos como internacional (noviembre del 2012), dejó de ir convocado hasta agosto del año siguiente. Debido a sus problemas de lesiones continuos, el delantero de Helsinki ha vivido un sinfín de idas y venidas en las convocatorias de la selección. A pesar de ello, sus nueve goles y sus actuaciones con el Union, abalan su candidatura a la vanguardia de Finlandia.

Teemu Pukki

Probablemente, si hay un nombre reconocible en la lista de convocados de Markku Kanerva, es Teemu Pukki. El delantero de Kotka dejó el frío finés para probar en una aventura arriesgada en el calor de Sevilla. Dos temporadas en el filial sevillista no le dieron para asentarse en el primer equipo aunque llegó a debutar con el club de Nervión jugando 27 minutos. Tras la decepción de su expedición en el sur de Europa, tuvo que regresar a su país, al HJK. Gol tras gol tras gol, Teemu volvió a llamar la atención de los equipos de las ligas más potentes de Europa y, en agosto de 2013, fichó por el Schalke 04. En el Veltins y, más tarde, en el Celtic de Glasgow, la portería se le volvió a cerrar y no pudo ejercer su profesión de la mejor manera posible.

Su siguiente destino, Brondby. En Dinamarca aterrizó en agosto de 2014 para volver a reencontrarse con su mejor versión. En cuatro temporadas en tierras danesas, Pukki disputó 164 encuentros anotando 72 goles. Teemu se reconcilió con el gol. En el verano de 2018, sin hacer ruido, el atacante finés fichó por un mediocre Norwich City que naufragaba por Championship. Un año después, 29 goles y 10 asistencias después, Pukki lideró al equipo de Daniel Farke hacia un ascenso sin paliativos como campeón. Como el ascensor en el que se ha convertido el club de los canarios, descendió y ha vuelto a promocionar esta temporada que recién acabó. En tres temporadas con dos campeonatos de Championship y una horrible temporada en Premier, el ‘22’ cosecha 66 goles en 120 partidos ligueros. Cifras excelentes para el delantero finés que regresará a la élite inglesa.

El ya veterano delantero de Finlandia va camino de batir todos los records de su compatriota Jari Litmanen en el fútbol continental. En el ámbito de selecciones, el chico de Kotka está a tan solo 2 goles de igualar a Jari como máximo goleador histórico de la selección escandinava. Además, ha liderado a la selección a su primera fase final continental donde se medirá a Rusia, Bélgica y Dinamarca en el grupo B. Teemu roza el centenar de internacionalidades con 30 goles anotados y siendo el líder absoluto de esta generación dorada de Finlandia.

Finlandia no quiere despertarse del sueño. Tendrá la opción de medirse a una de las grandes favoritas y luchará por ganarse un hueco en la siguiente ronda aunque suene a utópico. Finlandia, la gloria del bloque de hielo.

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