Reforma energética en México
Infórmate, para eso tenemos comerciales
Entonces, el sótano de la torre de Pemex en el Distrito Federal estalló.
Con la explosión se perdieron archivos y documentos guardados en ese sótano, quién sabe que secretos, malos manejos y turbias negociaciones se perdieron con el fuego. ¿No dicen que el fuego purifica?
Después vino la propuesta de reforma energética y las movilizaciones.
Protestas, protestas, cercos, medios, manipulación y desinformación.
Luego vino el futbol, el 12 de diciembre y el aumento al metro. ¿Quién se va a preocupar por la reforma si tenemos problemas inmediatos que resolver?
La reforma se aceptó en lo general en el Senado, luego en la cámara de diputados y finalmente en los estados. En 72 horas se cambiaron años de legislación y México entró -dicen los medios en Tv. abierta- a una era de energía limpia, mayores empleos y bienestar, por supuesto, gracias a la inversión privada y, por qué no, extranjera. ¿Qué de malo hay ahí, acaso no somos una sociedad globalizada? ¡Claro! solo que nosotros no invertimos, somos el repositorio de la inversión extranjera que sin más, lueguito se esfuma. Aún así somos modernos y globalizados, ¿o no?
Pocos conocen a ciencia cierta las implicaciones de esta reforma energética, ni yo lo sé. Sin embargo hay algo que sí sé: si quiero informarme tengo que ver los comerciales, digo, para que no me agarren en curva ¿o no, colega?
Triste que los comerciales gubernamentales sean los críticos imparciales de la reforma, triste que esos comerciales sean los mejor producidos en varios sexenios. Triste, eso sí, triste y en México.
