Varias formas, un talento

“Cortar el pelo, para mí, es casi hacer un freelance de diseño. Tienes que entender el briefing del cliente y entregar algo hermoso, que le va a gustar y le hará sentirse satisfecho”. Es así que el diseñador y Trooper Guilherme Santiago (Gui) combina su profesión y su hobby.

Amante de varios tipos de arte, todo lo que ve le sirve de inspiración para analizar tendencias. “En el cine, por ejemplo, el pelo de determinado personaje no está de esa manera por casualidad. Hay siempre una razón para eso, así como en el diseño”, afirma.

Gui siempre fue creativo e hiperactivo. Cuando vivía en el campo, aún de niño, le gustaba cambiar el aspecto de las cosas. Por eso, las muñecas de la hermana le parecían mucho más interesantes para jugar que los carritos, que consideraba aburridos porque no le permitían crear nuevas formas. Así fue su infancia. Gui podía, con las muñecas, cortar y hacerles siempre un nuevo peinado o estilo.

En la adolescencia, le llamaban la atención los cortes de cabello de los actores de las novelas y películas. Fue en esa época que decidió cortarse el cabello inspirado en lo que veía.

De allí en adelante, no paró más. Pasó de experimentos en sí mismo hasta comenzar a cortar el pelo de los amigos, en ese tiempo ya estaba en la universidad, en el año 2015. Sin hacer propaganda o promocionarse en las redes sociales, nuestro Trooper fue ganando clientes en el boca a boca. Hoy, su currículo ya cuenta con más de 100 cabellos cortados.

“Comencé haciendo cortes de cabello de mis amigos hombres y después vinieron mis amigas también. Lo más gracioso es que actualmente hago mucho más cortes femeninos. Cobro un valor simbólico porque hago algo medio experimental. No hice cursos o veo vídeos en YouTube. Corto con base en lo que aprendí en la práctica y en la percepción estética, que tengo bastante desarrollada también a causa de mi profesión”, nos cuenta el diseñador, que invierte más en equipos, como tijeras y peines especiales.

Gui juega que bromea valorando la experiencia del usuario y creando un ambiente de naturalidad e informalidad, lo que ayuda a relajar a la persona que va a cortarse el cabello y también a superar un poco la inseguridad que pueda tener en relación al nuevo corte. Según él, quien lo busca quiere momentos de intercambio y socialización. Muchas veces, los cortes se hacen en encuentros de amigos, entre una cerveza y otra, con mucha conversa por medio.

Buena conversa, por cierto, fue lo que no faltó durante la sesión de fotos que hicimos en el cuarto/salón de su apartamento. Mientras le cortaba el pelo a otros Troopers — sí, varias personas de Hotmart ya probaron y aprobaron los servicios de nuestro diseñador peluquero-, Gui nos dijo lo que sentía al hacer este segundo trabajo: “¿De verdad? Inseguridad. Pienso si va a quedar bien y si a la persona le va a gustar. En el corte no hay como hacer Ctrl+Z y deshacer lo que se hizo, como en un proyecto de computadora. La inseguridad solo se vuelve placer cuando dejo de pensar en ello y veo que el resultado final ha salido tan bien”.

Entre borradores, ilustraciones y tijeras, nuestro Trooper prueba que luchar por el estado del arte está presente en las más distintas actividades y de las más variadas formas.