Trasfondo histórico de la actual Plaza de la Revolución
La Plaza de la Revolución, antigua Plaza Cívica, es una plaza pública ubicada en La Habana, Cuba, y se considera una de las más grandes del mundo con 72 mil metros cuadrados. Alberga un Memorial a José Martí, Héroe Nacional de Cuba.
Historia de la antigua Plaza Cívica
En 1926 mediante una visita a La Habana invitado por el entonces Primer Ministro de Obras Públicas Dr. Carlos Miguel de Céspedes, el urbanista francés Jean Claude Nicolas Forestier diseña un complejo de avenidas y parques denominado “Proyecto del Plano Regulador de La Habana y sus alrededores”, estableciendo pautas para la ciudad del futuro.
Aunque tal proyecto tuvo que ser desechado por el alto costo que implicaba, entre sus ideas estaba la construcción de un centro cívico con un monumento a José Martí en la Loma de los Catalanes o Ermita de los Catalanes, donde se ubicaba el Monasterio de Montserrat y convergerían las principales arterias viales de la ciudad.
Este memorial quedó en el olvido hasta 1937, cuando el Presidente de la República Federico Laredo Brú inició una propaganda nacional para erigir el busto a Martí y creó una Comisión Pro-Monumento a Martí, surgiendo discrepancias en cuanto al lugar en el que se iba a erigir la obra.
Emilio Roig de Leuchsenring, uno de los jueces de la Comisión y el primer Historiador de la Ciudad, defendía con empeño el emplazamiento en la Meseta de los Catalanes, lugar elegido por el arquitecto Nicolas Forestier en 1926, resurgiendo el proyecto de las cenizas.
El 1ro de julio del mismo año la Comisión eligió definitivamente la Loma de los Catalanes debido a que presentaba mejores características geográficas para la construcción de la Plaza Cívica, actual Plaza de la Revolución.
Desde el año 1938 al 1943 se realizaron cuatro concursos latinoamericanos para seleccionar al arquitecto o escultor encargado de erigir el Monumento a Martí.
En 1943 la Comisión otorgó el primer premio al dúo Aquiles Maza y Juan José Sicre por su trabajo titulado Templo Martiano o Templo de las América, que contemplaba además una biblioteca museo donde conservar el ideario del héroe nacional cubano. El segundo lugar fue adjudicado a los arquitectos Govantes y Cabarrocas, y el tercer premio lo obtuvo Enrique Luis Varela con su proyecto para la construcción de un obelisco con planta de cinco puntas.
Varios obstáculos retrasaron la adquisición de la Ermita de los Catalanes por el Estado y provocaron demoras en la demolición, así que la obra aún no había comenzado cuando Fulgencio Batista tomó el poder con un golpe de Estado, en 1952.
El año siguiente, en el centenario del nacimiento de Martí, Batista comenzó a llevar a cabo el trabajo para ganar apoyo popular y por medio de una ley de impuestos, empezó a recaudar el dinero para financiar su ejecución.
Una comisión gubernamental desestimó el proyecto ganador del mencionado concurso y decidió que se erigiera el que había quedado en tercer lugar. Se alegó que su estructura vertical era más apropiada, pero el hecho despertó comentarios y una polémica de alcance nacional, debido a que uno de los autores del proyecto favorecido era nada menos que Enrique Luis Varela, ministro de obras públicas y además coordinador de las obras de la plaza.
Al fin la construcción se inició en 1953, y no fue hasta 1961 que se construyó totalmente, cambiándole el nombre ese mismo año de Plaza Cívica a Plaza de la Revolución.
A razón del triunfo de la revolución cubana el 1ro de enero de 1959, Fulgencio Batista no tuvo la oportunidad de asistir a la inauguración de esta bella plaza y su memorial al líder martiano.
Memorial José Martí
El Monumento a José Martí constituye el punto más alto de La Habana con una altura de 112 metros. Cuenta con un diámetro total de 78,5 metros. La torre con forma de estrella, diseñada por arquitectos dirigidos por Enrique Luis Varela y recubierta en mármol gris de la Isla de la Juventud, presenta un elevador interior de 90 metros de recorrido y una escalera de 579 peldaños.
En el piso están reflejadas las distancias existentes entre el monumento y las capitales de 43 países, así como de 8 lugares del territorio nacional. Desde sus balcones, en días de gran visibilidad, se puede divisar el paisaje habanero a una distancia de 60 kilómetros aproximadamente.
La estatua de José Martí que observamos en los bajos y exteriores del complejo está formada por 52 bloques de mármol blanco y tiene una altura de 18 metros. Fue tallada in situ por Sicre, asemejándose por su forma a El Pensador de Rodin. Se colocó en ese sitio en 1958 y está rodeada de 6 pilares que representan las provincias en las que se hallaba dividido el territorio cubano.
¿Qué hay dentro del obelisco?
En la base del monumento se encuentra un museo, inaugurado el 1ro de febrero de 1996, que consiste en cuatro salas de exposiciones y una sala de actos con capacidad para 100 personas.
Dos salones acogen una exposición permanente sobre el Héroe Nacional cubano, con objetos significativos de su vida y otras reliquias.
En el recinto se encuentra además un mural de cerámica veneciana creado por el artista cubano Enrique Caravia Montenegro, donde prevalece el verde y en el cual están registrados 89 pensamientos de Martí en letras bañadas en oro de 10 quilates.
¿Qué rodea al Monumento?
Al frente del memorial tenemos el Ministerio del Interior con la conocida imagen del Che Guevara, tomada por el fotógrafo Alberto Korda, hecha un relieve escultórico, obra de Enrique Ávila que dice “Hasta la victoria siempre”.
En 2009 se inauguró la obra (del mismo artista y especificaciones técnicas) a Camilo Cienfuegos, otro héroe de la Revolución cubana, en la sede del Ministerio de Comunicaciones, al lado del anterior.
¿Dónde está ubicado y cómo llegar?
Este sitio está enclavado en la intersección de las avenidas Paseo y Rancho Boyeros, importantes arterias de La Habana.
Hoy día la Plaza de la Revolución ha adquirido fama y es visitada frecuentemente por turistas dispuestos a fotografiarse delante de la imagen del Che Guevara. La obra es un símbolo de la Revolución cubana, a pesar de haberse erigido inicialmente por propósitos ajenos a estos.
Si te encuentras en La Habana, te invito a visitarla para que no te pierdas esta maravilla de la arquitectura cubana.
