Una tarde en el Café O’Reilly

Camila Lorenzo
TuCuba
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4 min readDec 1, 2020
Foto: Vista frontal del Café O’Reilly.

Decidí entrar por el delicioso aroma a café que se sentía desde la calle. La puerta de madera, pintada de verde y negro, estaba reluciente, y se mantenía imponente al visitante. La vista desde afuera era bonita, sugerente incluso. En el fondo se podía apreciar un pequeño jardín, rodeado de barandas y las mesas y sillas de madera le propiciaban un toque vintage al lugar, con una decoración similar al estilo de las tabernas inglesas.

Uno de los objetos que más me gustó de este café fue la hermosa escalera de caracol que nos llevó al segundo piso. Linda y antigua, reafirma el paso de los años a los cuales el Café O’Reilly ha sobrevivido.

Podría decir que sentarme en este lugar fue como viajar en el tiempo, rodeada de una ambientación de la Cuba colonial, y con el maravilloso olor a café tostado. La historia siempre nos deja restos de literatura y sitios, y en este caso, el Café O’Reilly es justamente lo que sobrevive de un pasado en las calles de La Habana Vieja.

Un aroma flota en el aire, aroma con sabor a Cuba

Foto: Interior del establecimiento.

El Café O’Reilly es único en La Habana Vieja. Se considera como uno de los pocos establecimientos actuales donde todavía el visitante puede apreciar el proceso de elaboración del café, desde que es tostado y molido, hasta servido para degustarlo en el mismo sitio o comprado en polvo para prepararlo en casa, con precios bastantes asequibles.

Foto: Café para llevar empaquetado.

En situaciones normales, también ofertan variedad de aperitivos o comidas para acompañar a su delicioso café que es, sin dudas, uno de los mejores de La Habana.

El edificio es pintoresco y singular, y el balcón de la planta alta está a disposición del que desee sentarse en el mismo, teniendo la posibilidad de apreciar unas bellas vistas.

La escalera de caracol que permite el acceso a la planta alta, hace gala de su magnífico trabajo de herrería, fue recuperada y cuidadosamente restaurada luego del deterioro sufrido.

Calle O’Reilly

Foto: Cartel del Café Café O’Reilly, establecido desde 1893.

La calle O’Reilly ha tenido diversos nombres a lo largo de los años. Conocida como Calle Honda, Del Sumidero, y Del Basurero, debido al mal estado de sus terrenos y al mal olor proveniente de sus adoquines. También se le denominó como De la Aduana por su proximidad con las oficinas de la Aduana por algún tiempo.

Se extiende desde la Avenida del Puerto, al costado del Castillo de La Fuerza, hasta la calle Monserrate. Fue nombrada en honor al general Alejandro O’Reilly, subinspector de las tropas españolas en 1763, el cual entró por esta calle a la ciudad luego de producirse la retirada de los ingleses de La Habana.

Siempre se ha considerado una calle de referencia para el establecimiento de negocios, y junto con Obispo, eran dos de las principales arterias de la ciudad. Al recorrer la misma, se pueden observar diversos edificios de la época colonial con una hermosa arquitectura, y que actualmente desempeñan otras funciones distintas de las cuales fueron construidas.

Un poco de historia del inmueble

En el antiguo Barrio de San Felipe, entre San Ignacio y Cuba, en la calle O’Reilly, se levantó un edificio de dos plantas y cubierta de azotea con el número 203.

Desde el siglo XIX estuvo en propiedad del Real Colegio Seminario Conciliar de San Carlos y San Ambrosio, hasta 1953 que pasó por concepto de compra-venta a la Sociedad Civil Anónima “Cía. Arrendadora Galabo. Edificios Departamentales”, que tenía su sede en la vecina calle del Obispo. Posteriormente siguió desempeñando funciones de carácter civil, hasta que teniendo en cuenta su ubicación, se definió el nuevo uso del inmueble luego de la restauración.

Foto: Visible deterioro del edificio antes de su restauración.

Después de largos años de existencia, este inmueble se vio seriamente deteriorado y sumido en el abandono. Los trabajos de rehabilitación llevados a cabo en la edificación en la década del 80 y el continuo mantenimiento que se ofrece a la instalación, han permitido que permanezca brindando su mejor servicio a todo el que lo visita.

Actualmente

En la actualidad, debido a la situación epidemiológica mundial, y la cuarentena sufrida en Cuba, el establecimiento se mantiene cerrado la mayor parte del tiempo por su escasez de granos de café. Sin embargo, exhorto a cualquier curioso a que visite el Café O’Reilly cuando la situación se normalice. O incluso si se encuentra en La Habana Vieja un día cualquiera, que pruebe suerte, lo busque, y a lo mejor lo encuentra abierto, esperando por usted.

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Camila Lorenzo
TuCuba
Editor for

(La Habana, 1998) Estudiante de Letras. Melómana empedernida. Escribo lo que voy siendo.