Cómo contar historias en radio.

Alejandro Marin
Un Format
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3 min readFeb 14, 2014

Primero, encuentre una historia. Puede ser ficticia o puede ser real. Pero primero encuéntrela.

Para encontrarla, debe usted buscarla. Para buscarla, deberá escarbar en lo más profundo de su corazón.

Al buscarla, léala detenidamente. Tómese su tiempo. Si se distrae en el proceso, retome desde donde perdió el hilo y vuelva a leer. Léala dos veces. Si es necesario, léala tres.

Después de esto, medite un poco y trate de recordar lo que acabó de leer. En silencio, repase las fechas que recuerde, los nombres que retenga, sin importar cuántas son. No importa.

Descanse.

Al día siguiente, repase la lectura. Si es una lectura en su mente, escríbala primero. Si es una lectura escrita por otra persona, tome papel y lápiz, computador o tablet, y escriba. Escriba lo que recuerda, horas después de haberlo leído por primera vez.

Proceda a leerlo, antes del mediodía. Intente hacerlo sin distracciones. No use música ni deje que nadie se interponga entre usted y el texto. Léala sin afanes, como lo hizo la primera vez. Si se distrae, vuelva a empezar. Repita hasta tenerlo claro.

Almuerce ligero. No coma carne, nada pesado. Nada que impida su digestión de la lectura. Si puede, tómese una sopa y coma pasta, pero evite almuerzos y bebidas que lo dejen impedido para seguir adelante. Pero evite el hambre del cuerpo. Ningún proceso de comunicación funciona con el estómago vacío. Tampoco funciona cuando está muy lleno.

Camine el almuerzo y despreocúpese de la historia mientras camina. Piense en lo cotidiano, piense en los amigos, en la familia, en la esposa, piense en los hijos. Trate de dar bienestar a sus pensamientos. No piense en deudas, no piense en enemigos. Solo camine y piense con alegría en las cosas buenas que han pasado en el día.

Cuando regrese al trabajo, entable conversación con su colega más cercano, y proceda a contarle la historia. Encontrará trabas, obstáculos. Algunos los pondrá su memoria, y otros los pondrá el colega. Los obstáculos del colega llegarán a modo de preguntas, que le afilarán su conocimiento de la historia, pues le definirán exactamente dónde falla su versión. Los personales son muletillas. Ubíquelas mientras va hablando. Cometa errores, pero resuélvalos. En la medida en que conversa, oberve a su interlocutor. Analice cada mirada, cada gesto.

Mientras hace esto, use sus manos. Construya la historia, como quien fabrica un jarrón en barro, con las manos. Las manos le darán ritmo, y la mirada del otro le señalará el camino cuando el ritmo se pierda.

Cuando termine de contar la historia, regrese al papel o al computador, y repita el proceso. Revise su texto, pero no lo mejore. No le incluya más cosas ni le quite nada. Solo léalo de nuevo, y trate de hacerlo lo más rápido que pueda.

Cuando esté listo, prenda el micrófono y salga al aire. Cuente la historia. Asegúrese de que sus audífonos tengan el volumen correcto, el que usted necesita. Asegúrese de que su micrófono esté al volumen que a usted le gusta. Tenga cerca el texto, para sentirse seguro, PERO NO LO LEA.

Prenda el micrófono, como si fuera la atención de un amigo — al que le habló previamente. Recuerde sus movimientos — los de sus manos — mientras explicaba la historia, y trate de repetirlos, mientras cuenta la historia.

No se detenga.

No piense.

Hable.

Hable.

Hable.

Llegará un momento en que su mente le diga que se detenga. En ese momento, pare.

Y déle play.

Todo habrá salido bien. Se lo aseguro.

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Alejandro Marin
Un Format

Radio Personality in Colombia discussing and analyzing the status of life, tech and music in the internet era. Host of ‘Bilingual Podcast’.