Un podcast al día: 00/00/0000
Hace un mes, después de tres años haciendo podcasts, por fin comencé a trabajar-trabajar en esto de producir shows de radio para internet por un sueldo. Me resulta irónico porque de alguna manera ya había dejado de esperarlo. Me había cansado. De hecho, hasta hace un mes llevaba ya unos dos años sin escuchar podcast de verdad. Por algún motivo me había cansado del formato. Prefería consumir otro tipo de contenido antes que escuchar podcast. Puf, qué pereza. Los ponía a veces para antes de dormir, para no prestarles mucha atención y alcanzar la inconsciencia a través de su factor somnífero. Además, como autor no necesitaba nutrirme constantemente de nuevos referentes porque sentía que ya había aprendido una forma-fórmula que me funcionaba bastante bien para entrevistar, editar y escribir. Pobrecito yo. Para colmo, no tenía muchos tiempos muertos porque nunca estaba haciendo nada y al mismo tiempo estaba siempre haciendo todo. Que la tesis, que el ensayo, que el capítulo, y así, y así, y así.
Pero Transmilenio puede más que todo. Cuarenta minutos cada mañana a bordo de estas cápsulas rojas son en verdad perfectos para escuchar podcast. Perfectos. Me sentiría descarado si tuviera una excusa, por más de que suene tentador abrir Apple Music y poner cositas melas. Yendo hacia el norte de Bogotá todos los días desde hace un mes he recordado por qué en su momento me enamoré de esta forma de narrar. Porque estéticamente es preciosa. Porque lo muestra todo sin mostrar nada a través de ilusiones auditivas. Porque los mejores intentan que cada palabra suene mejor que la anterior y que la música y el sonido embellezcan y narren. ¿A quién quise engañar? El podcast es arte.
Por eso desde hace un mes, cada mañana al subirme a mi Transmilenio paro la música, abro la aplicación morada y busco un podcast que escuchar. A veces de mis shows viejos preferidos, a veces de shows nuevos, pero cada mañana pienso y aprendo mil cosas. Así que a partir de hoy voy a escribir un párrafo, sólo un párrafo, del podcast que escuche cada mañana. Entre tanta cháchara que detonará siempre el podcast del día habrá mescolanzas entre reseñas críticas, impresiones e historias personales, opiniones fuertes y más cositas que se me ocurran, y que de seguro no serán tan largas como este post. Pero nada, eso: bienvenidos a Un podcast al día, mi nombre es Sebastián Duque, quédense con nosotros. O conmigo. No sé.
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Un podcast al día saldrá de lunes a viernes, excepto los miércoles. Ese día tengo clase por la mañana y no cojo Transmilenio, así que bien por mí. Sábados y domingos tampoco, a menos que escuche algo en verdad elegante y tenga que escribir.
