Sam tras el alma de Lago
Buscando la puerta del mundo invisible
Sam abandonó el grupo del Chef Joseph cuando perdieron toda esperanza de encontrar a Lago.
Vieron por última vez a la Guerrera de Luz llevándose a un grupo de 52 soldados de Howard al barranco del rio Snake. Nadie volvió de ahí. Tampoco aparecieron los cuerpos.
Sam no aceptó su destino. Su amor por Lago era más fuerte que la muerte. Buscó una puerta al mundo invisible y la encontró. Le ayudaron los chamanes Navajos al cabo de un largo viaje al sur.
Él mismo era considerado un chamán a pesar de ser europeo. Los indios le atribuían conocimientos y hechos asombrosos y había curado a muchos guerreros en la huida hacia Montana.
Víctor Brinster estableció en 1952 que Sam había visitado el Tibet y algunas aisladas montañas de China antes de llegar a Shangai en 1870 y de ahí dirigirse a San Francisco.
Los contadores de historias de la reserva Nezpercé hablaron de las lentas y fluidas danzas de Sam, el combate con las sombras, como lo llamaron. Luego estaban sus largos periodos de inmovilidad y sus agujas que curaban a los heridos y enfermos.
Estas prácticas eran parecidas a las descritas por los misioneros y los viajeros que visitaban China a principios de siglo. Brinster confirmó la conexión de Sam con oriente al seguir la pìsta de los objetos encontrados en el arcón. Ellos le permitieron explicar la trayectoria de Sam el Explorador antes de su llegada a América en 1870. Y entender por qué Sam conocía el mundo invisible de los chamanes.
Se trataba de 4 Objetos:
Un cuchillo de 27 cm. de longitud (15 cm. x 1 cm. de hoja)
Una funda de madera con adornos de plata para el cuchillo
Un estuche cilíndrico que contenía el manuscrito
Un sello de metal con inscripciones
Un “atrapa-sueños” navajo
