Cómo hablar de tu trabajo cuando trabajas en innovación

Por: Fernanda Bonilla, Design Strategist

Es cumpleaños de tu amigo, estás en un restaurante y junto a ti se sienta alguien a quien no has visto desde preparatoria, alguien que estudió leyes. Lo escuchas hablar sobre el despacho al que acaba de entrar, sonríes, esperas la pregunta y consideras seriamente contestar que trabajas en publicidad. Rodeada de abogados, contadores y financieros; prácticamente ves signos de interrogación caer sobre la mesa cuando contestas que trabajas en innovación.

Términos como Design Thinking, Service Design o Design Strategist, no aclaran las cosas –para empezar porque no nos hacemos ningún favor al rehusarnos a traducirlos. Es irónico, trabajamos con metodologías basadas en el entendimiento de las personas y al mismo tiempo, aceptamos que la gran mayoría de ellas no entiendan qué hacemos.

El nuestro es un gremio joven, los que trabajamos en él no crecimos yendo a cenas con amigos de nuestros padres que hablaban de IDEO o de la diferencia entre innovación incremental y disruptiva; así que tenemos pocas referencias que nos sirvan para saber cómo explicar nuestro trabajo a la inmensa cantidad de personas que jamás ha escuchado sobre lo que hacemos.

Sin embargo, hay suficientes señales a nuestro alrededor para determinar que nuestros métodos no son una moda pasajera sino procesos efectivos que resuelven problemas relevantes tanto de negocios tradicionales como de mercados incipientes. Hemos visto el impacto que podemos tener en otras industrias y la ventaja competitiva que nuestro trabajo ofrece a las empresas que nos contratan.

Es por esto que es importante que aprendamos a explicarnos a nosotros mismos con la misma dedicación con la que nos esforzamos en entender a otros. Es porque somos nuevos en el mercado que tenemos la oportunidad –y el reto– de definir el tono con el que nos vamos a dar a conocer.

Quienes trabajamos actualmente en innovación en México, tenemos la posibilidad de promover nuestra profesión en un país con una realidad compleja, que necesita soluciones integrales y que está ávido de propuestas diferentes.

Mi trabajo es investigar comportamientos comunes y analizar conductas sobresalientes, identificar tensiones y encontrar oportunidades de negocio que me permitan ofrecerle a mis clientes soluciones relevantes para sus empresas. El objetivo general de este proceso es claro: potenciar el alcance de las empresas que me contratan. Así que no debería de ser difícil hablar de mi trabajo y si lo que entorpece esta conversación son las palabras en inglés que nos gusta poner en nuestros perfiles de LinkedIn, entonces deberíamos dejar de usar la palabra Disruptor, traducir nuestros títulos y hablar más de los resultados que podemos conseguir para nuestros clientes y menos de lo que leímos la semana pasada que se está haciendo en Stanford.

Pero, antes de posicionarnos como un agente de cambio prominente es importante que definamos la voz con la que nos queremos presentar. Para ello, debemos entender la realidad en la que vivimos, teniendo en cuenta que nuestras ideas alcanzarán su verdadero potencial cuando las dejemos de tratar como sólo productos exclusivos y de importación. La innovación y el diseño estratégico son hoy más necesarios que nunca y es responsabilidad nuestra acercarlos a otras industrias y encontrar el lenguaje adecuado para presentarlos cuando alguien ajeno a este campo nos pregunte a qué nos dedicamos.

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