Diseño estratégico y género

Alfredo Narváez
7 min readFeb 27, 2017

Hacer diseño centrado en las personas con perspectiva de género no es un lujo, es hacer diseño resiliente ante futuros más abiertos y diversos.

Hombres arriba, mujeres abajo, compitiendo en pistas de carreras desiguales, por diseño. — Yang Liu, Man Meets Woman (Taschen, 2014).

El diseño es un método de pensamiento poderoso, pero hay algo que los diseñadores a veces olvidan: los seres humanos tenemos cuerpo, y no solo cuerpo, sino cuerpos, ya que somos muy diferentes. Y quizá la mayor diferencia es que somos sexualmente diversos. No solo somos biologicamente machos o hembras, sino hay muchas personas intersexuales (cuyo sexo es cromosomicamente o fisicamente indeterminado, uno de cada mil nacimientos tiene cromosomas XXY, es solo un ejemplo), y si agregamos variables de orientación sexual o identidad de género, las combinaciones son enormes. Cada persona es sexualmente única, y de eso poco, o casi nada se habla en las escuelas de diseño. Y el sexo, y el género, y el cuerpo, y los cuerpos importan mucho. Todos los seres humanos tenemos sexualidad, pero no todos la ejercemos igual, la vivimos igual. Nuestros deseos, subjetividades son mediados por la cultura. La seducción y el mismo hecho de tener sexo no es igual en México, que en Japón o en Sudáfrica. Para comprender toda esta complejidad se creó el concepto de género. Me gusta como lo define Martha Lamas: género es la construcción cultural de la diferencia sexual. Somos sexualmente muy variados los humanos, y para entenderlo hicimos construcciones, antes más fijas, hoy más y más líquidas. Antes las mujeres eran princesas rosas que cocinaban y los hombres príncipes azules que cazaban. Hoy el género está siendo desconstruído y construído, y ayuda a ver como lo que antes era obvio, hoy no lo es más.

Entender al cuerpo, esa es una de las primera tareas de arquitectos, diseñadores. Hay clases de dibujo, antropometría, pero generalmente se siguen medidas de cuerpo estándard, se les enseña a los estudiantes que todos los cuerpos miden lo mismo, son la misma persona. Pero poco a poco, los accidentes de la realidad se enfrentaron a la dura teoría de la academia, y rancias prácticas de la industria.

Apenas fue en 2011 que el gobierno de EU le pidió a la industria automotriz usar muñecos de pruebas que simularán el cuerpo de mujeres (generalmente más pequeños) para sus pruebas de choque. Se puede ver la importancia de esta regulación si se sabe que fue en 1966 que se aprobó la National Traffic and Motor Vehicle Safety Act. Lo que sucedió es que desde 1966 hasta 2011, a cada paso, la industria luchó contra estándares de mayor seguridad, especialmente con el Standard 201. Los defensores de los derechos de los consumidores afirmaban que los pasajeros no siempre morían por el primer impacto (el de auto contra un árbol, animal, poste…) sino por el segundo, cuando sus cuerpos chocaban contra el interior del mismo auto.

Comenta Bloomberg:

The automakers disliked many things about Standard 201, including that it required dummies of two different sizes. The two dummies were meant to encapsulate the wide variety of human forms…But the automakers pushed back strongly on the need to create a 5th percentile female dummy. No such dummy existed, the industry argued. It would take too long to develop one, and the payoff would be unclear. Although marketers had begun to account for the tastes of women as potential consumers well before the 1960s, many automakers claimed that considering women’s health in engineering was too radical.

“… considerar la salud de las mujeres en ingeniería era demasiado radical…”

Los reguladores no cedieron, pero fue hasta 1973 que los crash test dummies se volvieron obligatorios en las pruebas de choque, y se decidió solo usar un tipo de muñeco. Se le llamó Hybrid II, porque no era ni hombre ni mujeres, sino un raro promedio de medidas. Tuvo que llegar 2011 para que un muñeco con cuerpo de mujer fuera por fin autorizado, fueron casi 40 años. Pero… ¿porqué es tan importante un muñeco con cuerpo de mujer?

Un sólo ejemplo: las bolsas de aire. Se diseñó su operación para cuerpos de hombres. Cuando se inflaban chocaban con su torax, creando un cojín para su cuerpo y la cabeza. Pero en cuerpos de mujeres, más pequeñas, golpearían la bolsa con su mentón, lanzando su cabeza hacia atrás, potencialmente dañando el cuello o la espina dorsal. No se sabe cuántas mujeres sufrieron por esta decisión.

Generalmente quien decide las políticas de diseño en el gobierno y la industria son hombres, y no exactamente hombres feministas. Muchos hombres, incluso diseñadores, no tienen pudor en definirse como machistas, o quizá no lo hacen, pero su mirada tiene un sesgo de género modelado en la familia, la universidad, el trabajo... El feminismo tiene muchas derivaciones teóricas, pero en general es la noción de que las mujeres merecen los mismos derechos y oportunidades que los hombres, y esa igualdad es muy radical para muchos.

Dice Lee Jared Vinsel: “Una y otra vez, se nos recuerda que las mujeres aún luchan por recibir pago y trato igualitario en el trabajo. Las mujeres tampoco han recibido trato igualitario en el diseño de los autos que conducen — y eso pudo haber tenido consecuencias mortales.” Los cuerpos de las mujeres y los hombres son distintos, y eso importa para el diseño.

No sólo burócratas de gobierno y ejecutivos de empresa tienen sesgos de género, también científicos, especialmente los médicos. La Asociación Americana del Corazón actualizó hasta 2011 las pautas para la prevención de las enfermedades del corazón en las mujeres. La enfermedad cardiovascular ya no se consideró por fin una enfermedad que afectaba sólo a los hombres. Antes, las mujeres recibían un tratamiento menos intensivo, y se les realizaban menos estudios diagnósticos.

En otro caso la FDA — la agencia sobre medicamentos y alimentos del gobierno de EU — se olvidó que hombres y mujeres no tenían el mismo metabolismo. Estudios ahora demuestran que el acetaminofeno — el ingrediente activo del Tylenol, popular medicamento para el dolor — se desecha del cuerpo de una mujer 60% más lento que del cuerpo de un hombre. La FDA y los fabricantes de Tylenol nunca incluyeron una dosis ajustada para mujeres o alertaron del hecho en sus empaques, poniendo en riesgo a millones de mujeres, ya que una sobredosis puede provoca daño al hígado, y el Tylenol no fue un caso aislado. Debido a su más lento metabolismo, las mujeres tienen el doble de riesgo de sufrir mayores efectos secundarios por el consumo de medicamentos que los hombres.

Y lo peor es que las mujeres se sentían mal e iban al médico, y este les decía que estaban consumiendo las dosis recomendadas por la FDA y la industria, que quizá tenían un problema de hipocondria, es decir, que estaban locas. No es casual que no quisieran regresar con el doctor, poniendo en riesgo su vida.

La necesidad de pensar en cuerpos y subjetividades diferentes a las de los hombres (y generalmente hombres blancos occidentales de clase media-alta) no sólo es por feminismo, o buenismo. Es hoy en día en este mundo globalizado y multicultural una fría lógica de negocio.

Las mujeres están decidiendo la mayoría de las elecciones de compra en los principales mercados emergentes, desde China hasta Brasil, como bien se ve en esta portada de Business Week. Y sus elecciones marcarán el capitalismo del siglo XXI. No es casual que tantas marcas estén en aprietos, las mujeres están presionando para que sus productos sean distintos. Hace poco Nestlé tuvo que anunciar que eliminará en sus golosinas en Estados Unidos colores y sabores artificiales, debido a la presión de un movimiento de madres preocupadas por la alimentación. Pero no sólo las mujeres están cada vez presionando para ser escuchadas. A partir de los 1960s se están visibilizando más y más las personas con orientación sexual distinta a la heterosexual o con una identidad de sexo/género distinta a la de su nacimiento, es decir, hablamos de todo la diversidad sexual, mejor conocida como personas LGBTI (lesbianas, gays, bisexuales, transexuales, e intersexuales). Cada una de estas categorías tiene necesidades distintas. El diseño estratégico de vanguardia va a tener que adaptarse para ser relevante a esta nueva realidad social, y a las nuevas demandas que tendrán empresas y gobiernos. Pero ese tema lo veremos en un próximo artículo.

— Alfredo Narváez es Doctor en Antropología y profesor en la Escuela de Arquitectura, Arte y Diseño (EAAD) del Tecnológico de Monterrey. Su cuenta de twitter es @alfredonarvaez

--

--

Alfredo Narváez

Investigo futuros, especialmente de la comida. Escribo en Nexos y La Tempestad.