¿Diseño realmente centrado en las personas?
En la vida diaria, pocas veces nos cuestionamos el porqué de los objetos que utilizamos cotidianamente y rara vez reflexionamos sobre situaciones comunes y la manera en que hacemos las cosas, ya que el mundo parece ajustarse en gran medida a las necesidades y preferencias de los hombres. Pero, ¿qué pasa con la otra mitad de las personas que habitan este planeta? Las mujeres ¿tienen la misma percepción?.
Mundos físico
¿Cuántas veces no hemos visitado un baño en un lugar público y notado que por alguna extraña razón, la fila del baño de mujeres es dos o tres veces más larga? Parecería justo e igualitario que se le asignen los mismos metros cuadrados a los baños de ambos sexos ¿no?, pues no lo es.
Si tomamos en cuenta que un baño masculino tiene cubículos y urinarios, la cantidad de personas que pueden hacer sus necesidades a la vez es mucho mayor por metro cuadrado que en el baño femenino. Pero incluso si los baños masculinos y femeninos tuvieran el mismo número de cubículos, el problema no se resolvería, ya que las mujeres tardan hasta 2,3 veces más que los hombres en usar el baño, ya que tienen más probabilidades de estar acompañadas por niños, así como por personas con discapacidad y personas de edad avanzada. Luego está el 20–25% de las mujeres en edad fértil que pueden tener su período en cualquier momento y, por lo tanto, necesitan cambiar un tampón o una toalla sanitaria.
Mundo digital
¿Por qué la mayoría de las aplicaciones de mapas muestran la ruta más rápida, pero no la más segura?
¿Por qué el software de reconocimiento facial identifica con mayor precisión a los hombres que a las mujeres?
La respuesta es dolorosa, pero simple. El mundo como hoy lo conocemos está diseñado mayoritariamente por hombres, para hombres y muy pocas veces se toman en cuenta la realidad y las necesidades de las mujeres. Y si estos ejemplos no son suficientes, hay libros y artículos enteros con un sinfín de casos aplicables a la vida diaria.
Mundo financiero
En los últimos años los servicios financieros han realizado esfuerzos importantes por crear soluciones asequibles que alcancen a la mayoría de la población, pero nuevamente, no han tomado en cuenta el contexto en el que viven muchas mujeres.
Por ejemplo, en México sólo el 29% de las mujeres tienen acceso a un empleo formal y no todas cuentan con la posibilidad de obtener una cuenta de ahorro o solicitar un crédito. Dejando a más de 30 millones de mujeres en edad productiva con pocas oportunidades para crecer profesionalmente y mejorar su situación de vida.
Ante esta situación, en Uncommon quisimos aportar nuestro grano de arena, si bien no está en nuestras manos dar solución a este problema, sí podemos compartir nuestra visión y experiencia para plantear ideas como respuesta e iniciar conversaciones sobre este tema.
Bajo el concepto de crecimiento y colaboración en comunidad, surge Maia. Una plataforma con un propósito bien definido: “Crear comunidad y lograr que cada vez más mujeres tengan acceso a recursos financieros que les permitan alcanzar su potencial y cumplir sus sueños”.
Maia, es más que un banco, es una comunidad enfocada en facilitarle a las mujeres mecanismos para ahorrar e incrementar sus recursos fácilmente. Al mismo tiempo, que estimula la distribución de recursos financieros entre personas y proyectos, a través de un círculo de colaboración que impulsa el bienestar de todas y todos.
Construyendo comunidad
Con ayuda de mecanismos colectivos de ahorro se busca incentivar el crecimiento de los recursos financieros de las mujeres de la comunidad, invirtiendo estos recursos de forma sustentable y ética. Al mismo tiempo, se proponen herramientas que faciliten el proceso y generen mejores beneficios que el ahorro en su formato más tradicional.
Fomentando la colaboración
Proponemos un modelo de colaboración que facilite la interacción entre mujeres de distintos ámbitos y posibilidades económicas — esto, con el fin de crear una comunidad diversa y empoderada para impulsar proyectos que generen valor para la comunidad, activen la economía y propicien la creación de fuentes alternativas de empleo. Todo esto a través de una herramienta digital que visibiliza el proceso y sobre todo permite alcanzar a muchas más mujeres.
Generando beneficio mutuo
Todas las integrantes de la comunidad logran obtener beneficios en Maia. Personas que tienen ideas y necesitan un poco de ayuda para llevarlas a cabo y personas que quieren ahorrar de manera diferente y compartir sus recursos en pos de construir un mundo más equilibrado.
Iniciativas como éstas apelan a que las mujeres tengan las mismas oportunidades de crecer económicamente y de moldear su futuro con libertad.
Conoce más de este proyecto en:
instagram: @holahola.maia
La llegada de las nuevas tecnologías ha generado cambios importantes en diferentes aspectos de la vida de las personas, creando nuevas oportunidades, pero también retomando sesgos que fomentan la desigualdad. Es momento de adoptar una visión nueva para crear productos y servicios realmente centrados en las personas y promover el crecimiento inclusivo y sostenido.
