Entender al mundo físico como el único y real, nos detiene para explotar adecuadamente las tecnologías digitales.
A inicios de los años noventas, en las tempranas épocas de los chatrooms y foros, comenzó a usarse mucho el acrónimo IRL (in real life), una frase que es usada todavía para distinguir entre la persona online y la persona en el mundo real. Sin embargo, a casi 20 años, la frase queda corta para representar a un individuo actual, que es más bien un híbrido, existiendo entre lo digital y físico.
Muchos pensarán que entre el mundo digital y el mundo físico existe un abismo de diferencia, incluso que uno es excluyente del otro, a esta percepción se le conoce como Dualismo Digital. El término fue acuñado en el 2012 por Nathan Jurgenson y explica que la división entre lo virtual y lo real es una falacia, ya que nos encontramos viviendo justo en medio de los dos.
La percepción de que los dos mundos son cosas diferentes nos ha llevado a apreciar erróneamente ambos espacios, ya que se dice que el mundo físico es mas autentico, real, incluso que nos hace mejores personas que el digital. Las criticas que apoyan que lo offline es mejor, son recientes y van en aumento conforme el mundo digital crece, parece que fuera una de las muchas tecnofobias que hemos vivido como humanidad. Como la del año 400 a.C., cuando se decía que con la llegada de la escritura la memoria de la gente se atrofiaría; pero resultó que las civilizaciones con escritura recuerdan más que las culturas puramente orales. Cuando apareció el teléfono en 1900 nació el temor de que los encuentros cara a cara morirían, en realidad, aumento la socialización entre amigos y conocidos. Ante una nueva tecnología, cuando no se entiende su contexto y usos, todo puede parecer un capítulo de Black Mirror.
La realidad virtual es comúnmente percibida como una tecnología de entretenimiento, porque ha convertido en experiencias inmersivas los videojuegos, películas o parques de diversión, entre otras. Pero su impacto positivo dentro de la vida de la gente se puede apreciar en el uso para tratar enfermedades mentales, como el PSTD. Un ejemplo donde es un mundo digital el que sana la mente que vive en el mundo físico.
Incluso, gracias a esta dualidad, la discapacidad puede ser entendida de una manera diferente. Discapacidad es entendida como una disminución física , sensorial o psíquica que incapacita total o parcialmente para el trabajo o para otras tareas ordinarias de la vida. ¿Pero que pasa cuando la falta física, sensorial o psíquica es complementada por un elemento tecnológico? El límite de nuestros cuerpos se vuelve borroso, y para bien.
Las carreras de drones no son nada nuevo, ESPN ya lo considera un deporte oficial y las transmite en su canal. Dentro de la categoría, existe las carreras en primer persona, donde los participantes usan unos visores de video que mientras los manejan, les permite ver desde la perspectiva del drone. Este deporte, que podría ser la evolución de volar aviones a escala, le permite a la gente viajar y tener una perspectiva nueva del mundo en el que están, como nos lo cuenta uno de los participantes de estas competencias, un hombre que quizás no puede caminar, pero sí volar.
Aunque sea difícil de ver en esta transición, un mundo no es mejor que el otro, sino que ambos nos complementan, nos mejoran y nos muestran soluciones para vivir mejor.
Las señales positivas abundan, pero es parte de nuestro deber como agencias, marcas, y negocios, entenderlas, hablar más sobre ellas y buscar la manera de crear servicios y productos que ayuden a la gente. Porque al final, la tecnología no es buena o mala, es una herramienta para ser lo que queramos ser.
— Emma Herrera, es service designer en Uncommon y una de nuestras expertas en analizar estilos de vida, ama entender las mutaciones sociales de hoy y es una escéptica de los mantras que etiquetan toda moda. Su cuenta de twitter es @emm_hn .
