¿Qué herramienta clave necesitamos para sobrevivir a la complejidad del siglo XXI?
La innovación no sólo necesita formas distintas de pensar, sino de sentir.
El siglo XXI no será uno como los demás. El mundo vive varias crisis simultáneas: desde el cambio climático al rápido envejecimiento pasando por la automatización másiva de la economía. Todas estas crisis representan amenazas y oportunidades, pero solo serán las sociedades con las mejores mentes las que puedan enfrentar las primeras con éxito para convertirlas en las segundas. Y esas sociedades no serán las que vivan en culturas de miedo y opresión. Si algo demostró la Segunda Guerra Mundial es que las sociedades que sobreviven son las abiertas, las que aprovechan las mentes de sus ciudadanos, sin importar sus diferencias. Problemas complejos requieren mentes que piensen no de forma lineal, sino compleja, innovadora. No es casual que Albert Einstein y muchos más científicos e intelectuales judíos hayan escapado a Estados Unidos y colaborado con el triunfo aliado. El año pasado, por la película Hidden Figures por fin se hizo conocida la coloboración de matemáticas afroamericanas para el éxito de la carrera espacial de la NASA desde los 1940s. Muchos hombres y mujeres LGBT también colaboraron en el triunfo aliado y la carrera espacial, pero hasta hace muy poco tuvieron que hacerlo desde la oscuridad del clóset. Quizá el caso más famoso es el de Alan Turing, el padre la inteligencia artificial, sin cuya contribución seguramente los nazis hubieran desembarcado en Inglaterra y cambiado el flujo de la historia.
Ahora no es una guerra mundial lo que enfrentamos, pero es una guerra de otro tipo, contra el tiempo. Las crisis que mencioné se entrecruzan y cambiarán de forma sistémica todo lo que hacemos, y no, no será en 50 años. Los primeros efectos se ven en la autodefensa del establishment, en la unión de políticos ultraconservadores en varios países para apoyarse. Buscan regresarnos al mundo previo a los 1960s, especialmente a un escenario donde las mujeres y las personas LGBT se callan y regresan a sus roles previos a la postmodernidad. Pero ya es muy tarde para eso. El fin de la era del petróleo está obligando a la misma Arabia Saudita a rediseñar su economía, y sí, eso implica darle mayores roles a las mujeres. La discriminación hacia a las mujeres le está costando mucho a la economía saudí, y sus gobernantes lo saben, la delicada cuestión es cómo abrirles más oportunidades sin que las autoridades musulmanes se indignen, y a la vez le quiten legitimidad a la familia real, un truco nada sencillo en un país sin división entre Estado y religión. En el resto del mundo esa cuestión se ha respondido ya desde hace décadas, pero aún falta mucho para que las mujeres obtengan la igualdad plena. Sin embargo hay otra clave para entender si una economía podrá ser exitosa en este siglo. La proxima ola de expansión de derechos la ha encabezado la comunidad LGBT, desde el tema del matrimonio igualitario hasta la identidad legal de personas transgénero, entre muchos otros. Y algo interesante ha sucedido: las empresas han tomado la delantera a los gobiernos. En 2016, cuando Carolina del Norte aprobó una ley que discriminaba a personas transgénero, PayPal anunció que ya no realizaría su planeada expansión en Charlotte. Estudios de cine y tv cancelaron el filmar en el estado. Y es que no sólo perjudica a la búsqueda de talento como explicó PayPal, daña la percepción que los consumidores — especialmente los millennials — tienen de las marcas.
Richard Florida es un profesor de la Universidad de Toronto, estudia el crecimiento económico urbano y detectó un patrón interesante. En un mundo con poderosa competencia por atraer el mejor talento, las ciudades tienen que ofrecer las mejores oportunidades. ¿Por qué algunas ciudades crean riqueza, valor y otras no? Florida afirma que en esas ciudades existen tres Ts: talento, tecnología y tolerancia. El talento se incuba en universidades, y no es casual que Sillicon Valley tenga cerca a Stanford o Boston al MIT, y la tecnología también necesita centros de investigación públicos y privados cercanos. No es casual que la NASA tenga cerca de la Bay Area el laboratorio JPL. Pero ahora viene para muchos la parte más polémica. Florida desarrolló lo que llamó el Gay Index. Afirma que el que una sociedad — mayoritariamente heterosexual — acepte a personas sexualmente diversas es un poderoso indicador de su tolerancia en general. Quizá no es casual que California y Nueva York sean de los estados con mayores comunidades judías y LGBT de Estados Unidos, y que sean de los estados más ricos. Lo mismo se podría decir de Londres, París o Amsterdam. Y la relación entre población gay y tecnología no deja de sorprender:
Gays predict not only the concentration of high-tech industry, but also its growth, as we found when we compared our gay index with the Milken Institute Tech-Growth Index, which measures growth in output of high-tech industries within metropolitan areas from 1990 to 1998 relative to the national growth rate in output of high-tech industries during the same period. Five of the cities in the top 10 in the Tech-Growth Index also rank in the top 10 for the gay index. What’s more, the correlation between the gay index (measured in 1990) and the Milken Tech-Growth Index increases over time, suggesting that the benefits of diversity may actually compound as time goes on by increasing a region’s high-tech prosperity.
Quizá tampoco sea casual que Tel Aviv sea la capital de startups de tecnología de Medio Oriente, y la única ciudad con una vibrante comunidad LGBT en la región. Quizá no sea casual que Taiwán, una potencia tecnológia sea también el primer país en Asia en haber legalizado el matrimonio igualitario, aunque varias ciudades japonesas ya lo permiten con anterioridad.
¿Por qué hay tantas personas LGBT con sobre representación en carreras creativas? No es que sean más inteligentes que la población heterosexual, pero puede ser que suceda algo. Las personas de las minorías sexuales (que reunidas algunos expertos creen son alrededor del 30% de la población general) existen como extranjeros -como si fueran migrantes en otro país- ya que durante siglos han necesitado adaptarse a los controles de la mayoría, y para vivir así ha necesitado de mucha creatividad, pero hay más.
- Un estudio publicado en el Scandinavian Journal of Psychology mostró una alta proporción de quienes cuentan con altos niveles de creatividad y trazos de androginia en su personalidad. Correlación no es causación, pero estas personas cuentan con altos niveles en pruebas de creatividad es más probable sean más andróginas según los roles sexuales del inventario Bem, lo que significa poseen altos valores en escalas de lo masculino y lo femenino, sin importar su orientación sexual.
- La revista Psychology Today afirma que el secreto de la creatividad es poder ver al mundo desde una perspectiva oblicua, y esa es la razón por la cual las personas migrantes y LGBT son más creativas. Cito:
Being an immigrant, being androgynous, or being gay, are all dimensions of otherness, of not quite fitting in with mainstream social categories… Gays are like immigrants in the world of heterosexuals. Anyone with such an oblique perspective is privileged when it comes to artistic creativity. An immigrant, or an androgynous individual is more likely to see the same event as having opposite connotations. An ethnic joke that ridicules one’s ancestry is simultaneously amusing and painful, for example. Similarly, an androgynous person is quite capable of enjoying a horse race and simultaneously grieving for the abuse meted out to human and equine contestants.
If a person naturally associates opposites in this way, they are very good at dredging up a large number of unusual mental associations which increases artistic productivity and complexity. This is called “divergent thinking.” It is what tests of creativity assess by asking people to think of many different uses for a common object such as a brick, for example.
El pensamiento divergente es parte esencial del pensamiento de diseño y de sistemas, y solo se puede realizar plenamente en ambientes que lo facilitan. Una persona “normal” piensa de forma más sencilla, de forma más convergente, solo usando lógica simple. Sus preguntas obedecen a lo conocido, y no pueden imaginar opciones diferentes a lo tradicional, lo que “siempre ha funcionado”, lo esperado. Piensan existe un futuro, y les cuesta pensar puedan existir muchos, compitiendo por existir. Puede existir mucha gente inteligente y exitosa, pero eso no quiere decir que sea creativa, innovadora. En el famoso estudio de Lewis Terman sobre niños dotados, muchos de hogares ricos, ninguno alcanzó la prominencia en un campo creativo. Los límites son una parte importante del pensamiento de diseño. Las personas creativas aprenden a vivir con más complejidad que los demás, viven en varios mundos a la vez. En Estados Unidos, por ejemplo, los inmigrantes son siete veces más propensos a ser excelentes en campos creativos que los individuos cuyas familias han vivido en el país por generaciones. No es casual que la derecha mundial tema a la vez a personas LGBT y a inmigrantes, ambos ven la realidad de forma más compleja que su dogma. Una vez que me invitaron a dar un taller sobre género en el Centro Loyola de Monterrey, un padre de familia me comentó que él respetaba, pero que el gobierno debería llevar a la gente LGBT a una zona de la ciudad para que ahí viviera, y “nadie los molestara”. Mi respuesta fue que entonces habría que separarnos entonces de amigos, colegas del trabajo, y sí, quizá hasta de familiares, como tíos, padres, y hasta hijos…. Muchas veces pensamos que el Otro es el extranjero, pero no. La pureza no existe, y el presente es cada vez mas mestizo, queer y lo que venga. Si queremos sobrevivir a los peores futuros vamos a necesitar las opiniones de todas las otredades, no podemos darnos el lujo de no ver algún punto ciego.
Hace días, el presidente de Apple, Tim Cook concedió una entrevista a Business Week. Apple es en 2017 la mayor empresa — medida por su tamaño de valor en bolsa — en la historia de Estados Unidos. Vale comentar que es el primer CEO abiertamente gay de una empresa Fortune 500. Apple ha sido muy progresista en temas de diversidad sexual, pero en la entrevista comentó otro tema que le preocupa:
I feel a great responsibility as an American, as a CEO, to try to influence things in areas where we have a level of expertise. I’ve pushed hard on immigration. We clearly have a very different view on things in that area… America’s more important than bloody politics from my point of view.
Tim Cook conoce bien la historia de Apple, y de su fundador, Steve Jobs, que fue el hijo de un inmigrante sirio. En 2017 ese hombre no podría entrar a Estados Unidos. Y recuerda una frase de Jobs acerca de su filosofía para construir equipos: It doesn’t make sense to hire smart people and then tell them what to do; we hire smart people so they can tell us what to do.
Sencillamente no podemos ser monotemáticos, nos aburrimos sin buscar patrones, explorar… y todo lo anterior sin hablar de la diaria interacción entre jóvenes millennials y miembros de la generación X, como el que escribe, y que salió del clóset hace 20 años y puede afirmar con certeza, que sí, todo mejora.