La visita amarga a Washington

Kernel
resiliente
Published in
4 min readMay 12, 2019

Por Ricardo Ortiz Esquivel

El pasado 4 de mayo, el subsecretario para América del Norte, Jesús Seade, realizó una visita de trabajo a la ciudad de Washington, D.C., donde le abrió camino y de alguna manera facilitó la logística para la visita oficial del canciller mexicano, Marcelo Ebrard, a la misma ciudad mencionada, la cual se realizó el 7 de mayo y culminó el día 8 del mismo mes.

En ocasiones pareciera que Seade es utilizado como un “conejillo de indias” y no tanto como un subsecretario. Los rumores han circulado en torno a su puesto, pues inicialmente se le contrató para llevar a cabo el proceso de negociación–ratificación del T-MEC y posteriormente se le daría la Embajada de México en China, pero las cosas no salieron como la nueva administración lo había pronosticado: una ratificación del USMCA (T-MEC) para principios de año y una mejor relación bilateral con EU.

Por el momento, Jesús es una de las únicas esperanzas que tiene la cancillería mexicana para librarla con los Estados Unidos. Se sabe que Martha Bárcena, embajadora de México ante EU, no tiene la mejor de las relaciones con Marcelo Ebrard, pero es una de las favoritas y allegadas del presidente López Obrador.

¿De qué tanto está sirviendo la nueva embajadora en la capital estadounidense? Porque pareciera que sólo le es importante tuitear sobre la “necesidad de buenas relaciones bilaterales” entre México y EUA; pero de ahí no pasa nada concreto.

Como se comentaba en las primeras líneas de este espacio, Jesús Seade tuvo que ir a Washington para revisar temas de la agenda bilateral entre ambos países, el proceso de ratificación del nuevo Tratado de Libre Comercio, la cuestión del Anexo 23-A del capítulo laboral del T-MEC y que tiene que ver con la recién aprobada Reforma Laboral en México; las fechas tentativas de la ratificación, temas migratorios, inversión y desarrollo regional.

El tema del desarrollo regional es una apuesta del presidente Andrés Manuel para reducir la migración centroamericana y mexicana, pero con una integración de empresas americanas en toda la región de México y varios países de Centroamérica.

Una de las cuestiones que salieron de emergencia en la visita de Seade a la capital americana, fue el tema de los aranceles al jitomate mexicano que se estaban previendo para el 7 de mayo.

En efecto, el día 7, por parte de la Secretaría de Economía se confirmó que el gobierno de la Casa Blanca aplicó el arancel de 17.5% a los jitomates mexicanos, lo cual implica un costo anual superior a los 350 millones de dólares para los exportadores mexicanos. Se sabe que esta medida fue debido a que el gobierno estadounidense eliminó un acuerdo de suspensión, que permitía la “libre importación del jitomate”.

Se tendrá una resolución hasta el 1 de noviembre de este año.

Sea o no verdad, Donald Trump está utilizando estas medidas para pegarle a México y así provocar una incertidumbre en términos económicos y migratorios entre ambos países.

Lo lamentan la SE y la SRE, pero ¿que harán para que no afecte todo esto a los exportadores mexicanos?

Jesús le llevó las buenas y malas nuevas, con eso ya estaría preparado todo para que el canciller pudiera saber qué tan amargo estaría el viajecito a Washington.

Marcelo participó el día 7 en la Conferencia 49 del Consejo de las Américas. En dicho consejo participaron empresarios, vicepresidentes y presidentes electos.

Ebrard salió a presumir las principales prioridades del gobierno mexicano: erradicar la corrupción de la vida pública, reducir la pobreza y la desigualdad; hacer que crezca el país más rápido y tener un país seguro.

Nada nuevo, ¿verdad?

La visita continuó con reuniones en la Casa Blanca, donde se trataron temas importantes y que han estado preocupando a la relación bilateral (algo muy parecido a lo que hizo Jesús).

En esta ocasión, lo que le preocupó mucho al canciller fue el tema de las tarifas al acero, aluminio y jitomate; la migración, asuntos fronterizos y el “super” plan del presidente López Obrador en la región.

Se habló mucho, pero muy poco se pudo resolver o ratificar. El ambiente en las relaciones no está nada bien, especialmente, por la cuestión de las caravanas migrantes y lo que representa para el gobierno americano en términos de seguridad nacional.

Sigue existiendo la posibilidad de que cierren la frontera y que se pueda cancelar el T-MEC. Lo dice Trump casi a diario.

La ratificación de ese tratado se encuentra en la cuerda floja. Dicen que en unos meses más se ratificará, pero esto lleva así desde diciembre de 2018.

La peor posibilidad es, que se tuviera que volver a renegociar de una u otra manera.

Por el momento, México está ahorcado y asfixiado por su vecino del norte. El gobierno de Andrés Manuel tiene que decir a todo SI y mantener la cabeza agachada, pues no vaya a ser que le salga con una sorpresa Trump.

La visita amarga a Washington dio paso a recopilar información valiosa para la SRE y Marcelo. De ahí en fuera, no hay un resultado o una esperanza que de cabida a pensar optimistamente.

De colofón….

El 22 y 23 de mayo en la Ciudad de México, se realizará la reunión del Comité Ejecutivo Bilateral para la Administración de la Frontera en el Siglo XXI.

--

--