Mundo extraño

Nacho Andréw
UOiEA!
Published in
1 min readJan 30, 2019
Foto por Lourdes Maseda

No llegamos a sacar los pasajes en Santa Fé.
Tu amiga nos consiguió unos a mitad de precio
y hacía tanto calor
que no quise preguntar mucho.

A las tres de la tarde
los afiches en la calle
se despegaban solos por el sol.
Colgaban en tiras y lamían el cemento.

Cerré los ojos en la terminal.
Escuché los anuncios de las partidas de los micros,
los equipajes siendo llevados por personas
que creen en el movimiento
como forma de acercamiento
a lo que hay dentro suyo.

-Todos siempre se están yendo a algún lugar -

Cargamos los bolsos en la bodega,
subimos y nos acomodamos en los asientos gastados.
No se reclinaban.
Lo que más me gustó del viaje fue que afuera
había empezado a llover.
Las gotas pegadas en el las ventanas
eran pequeños caleidoscopios
que deformaban la ciudad en puntos determinados.
Durante lo que duró el regreso
aproveché a acercarme al vidrio varias veces.
Si miraba por mucho tiempo
todo se empezaba a ver tal cual siempre lo percibo:
el mundo es ese lugar extraño
donde viven los demás.

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