#AUnaHoraDe: Marchena y Osuna
A una hora de disfrutar. A una hora de reír. A una hora de compartir. A una hora de conocer. A una hora de degustar. A una hora de tantas y tantas cosas, que sería injusto dedicarle solamente algún que otro tuit. Por eso estoy aquí, querido lector. Porque quiero contarte mi experiencia en la iniciativa A una hora de Sevilla, que organizaba la Red Guadalinfo y a la que fui invitado por Urban Explorers.
Era la segunda edición de este maravilloso proyecto. La primera fue todo un éxito. En ella se visitaron Lora del Río, Constantina y San Nicolás del Puerto. Ahora tocaba Marchena y Osuna, dos localidades a menos de una hora de Sevilla y con mucha riqueza por descubrir. Como patrocinadores del evento estaban Tysa Ford –y sus cochazos, claro–, Cruzcampo y multitud de bares de ambos pueblos. ¡Todos espléndidos!
Nos citaron a todos a las 09:00 horas en el concesionario Tysa Ford de Sevilla capital. Al llegar, te relamías al pensar en la decena de coches espectaculares que portaban la etiqueta de la organización y un cartel que ponía “Pruébame”. Por supuesto que los probamos, pero antes degustamos un café con algún dulcecito mientras recogíamos las acreditaciones. Se formaron equipos de cuatro personas –Grises, rojos, azules, verdes y una extensa paleta de colores– para que fuésemos cómodos en los automóviles.
Un diez a la organización, que no se comió ni un detalle. Cada equipo contaba con un iPad con conexión a Internet para poder compartir los datos y así tuitear y postear sin parar. Estaban delimitados cuatro tramos –el último de ellos no pudimos hacerlo por falta de tiempo– con diferentes coches para que pudiésemos probar varios. ¡Vamos al lío!
Tramo 1
Salimos del concesionario sobre las 10:00 horas para llegar a Marchena a las 10:45 h. Hacíamos la ruta por carretera en caravana tras un brutal Ford Mustang de color rojo. El primer automóvil que nos tocó conducir fue un Ford B-Max. Pedazo de maletero y un interior espacioso con una conducción más que cómoda. La policía local nos esperaba a la entrada de la localidad para escoltarnos hasta el aparcamiento. Al llegar, pusimos rumbo al Ayuntamiento para ser recibidos con todos los honores por la alcaldesa y algún que otro miembro de su gobierno. Tras darnos la bienvenida, hicimos una ruta turística por Marchena.
Sinceramente, nos quedamos con la miel en los labios, ya que fue una visita muy cortita y nos dieron ganas de seguir un poco más. Tuvimos la oportunidad de entrar en la iglesia de San Juan Bautista. Lujazo, la verdad. Tiene un coro y dos órganos espectaculares. Su retablo mayor está realizado por Jorge y Alejo Fernández –quizá te suenen por ser los autores del retablo mayor de la Catedral de Sevilla– y esconde joyas tan impresionantes como pinturas de Zurbarán. También visitamos un excelente mirador y nos fotografiamos con el arco de la rosa, tan emblemático como legendario.
No podíamos irnos de Marchena sin probar su gastronomía. Para ir al bar que mi equipo tenía asignado nos dieron un Ford Mondeo. Sin palabras. Un supercoche con todo lujo de detalles. El local que nos tocó fue bar El saco. Nos atendieron de maravilla y degustamos un surtido de croquetas, un exquisito paté de pescado, una riquísima carrillada casera y un rollo de solomillo relleno de setas. Todo ello regado con Cruzcampo –marchando una sin para el conductor–, por supuesto. Otros amigos fueron a la Abacería La Jumoza, con platazos muy caseros. Tocaba poner fin a nuestra pequeña aventura por este grandioso pueblo. Nos esperaba Osuna.
Tramo 2
De Marchena a Osuna –tierra de dragones– fuimos en un Ford Kuga. Espacioso, potente y con una estética impresionante. Al igual que en la anterior localidad, fuimos recibidos y escoltados por la policía local. Aparcamos en la plaza del ayuntamiento y tras unas breves palabras de los responsables, pusimos rumbo a los restaurantes elegidos. En nuestro caso fuimos a Casa Curro. Es uno de los TOP de este pueblo, sin lugar a dudas.
Llama la atención entrar y ver fotos de todos los actores de Juego de Tronos. Claro, el equipo de la serie cerró el restaurante para ellos y así poder celebrar tranquilos el cumpleaños de Emilia Clarke, la Khaleesi. Nos tenían preparada una mesita y acompañamos la cervecita con algunas de sus tapas estrella. No podía faltar la berenjena con salsa de gambas y moscatel. Pa’ mojar pan. Nos sorprendió una milhoja de mero con champiñones y una salsa de mermelada de limón. La textura era increíble, vino la dueña a confirmarnos que era mero, pero juraríamos que era pollo. Terminamos con una presa ibérica con foie, que estaba pa’ reventá. Además de Casa Curro, el resto de equipos visitaron otros restaurantes como El Bujío, por ejemplo, con sus croquetas de calamar en su tinta, o la Hospedería del Monasterio, donde no puedes dejar de probar sus costillas.
Con el estómago lleno tuvimos que bajar la comida subiendo a la famosa colegiata de Osuna. La visita guiada comenzó puntual, a las cinco de la tarde. En una hora, aproximadamente, descubrimos los secretos que esconde esta maravilla arquitectónica. Detalles que prefiero no contarte, para que tú mismo seas el protagonista de la historia. Contemplamos un mirador y nos hicieron un recorrido por varias casas palacio del pueblo. Mira, si no visitas Osuna, es para matarte.
Terminamos en el museo, donde tienen varias salas curiosas, destacando la de Juego de Tronos. Si eres fan de la serie, no puedes perdértela. Allí nos citaron para hacer la entrega de premios de varios concursos que se habían puesto en marcha. Cruzcampo regaló dos cenas para dos personas en su escuela de hostelería a las dos mejores fotos gastronómicas de la jornada. También se hizo un sorteo entre los asistentes y el ganador se llevó un fin de semana en una casa rural de Osuna. Finalmente, el premio más goloso a la mejor fotografía. ¡Enhorabuena a Txema Marín! Vaya fotón se marcó para ganar una noche de hotel –experiencia Wonderbox– con préstamo durante un fin de semana de un Ford Mustang, casi ná, o un Ford Edge. ¿Cuál elegirías tú? Uff, difícil decisión.
Tramo 4
No, no me he vuelto loco. Tuvimos que eliminar el tramo 3 –parada en recinto ferial de Arahal– por falta de tiempo. En este tramo volvíamos de Osuna al punto de origen, el concesionario Tysa Ford. Mi equipo utilizó un Ford Fiesta con un potente motor. Grandes prestaciones en un tamaño reducido. Ideal para ciudad y sin miedo a la carretera. Sobre las 21:00 horas terminamos la experiencia, no sin antes completar el evento con una ronda de regalos para los asistentes.
¡Qué de tesoros a una hora de distancia!
¡Mil gracias a los patrocinadores! No me tocó nada, pero ni yo ni nadie nos fuimos con las manos vacías. El Ayuntamiento de Marchena y el de Osuna nos obsequiaron con unas bolsas con productos típicos de su tierra y demás enseres. Miel, aceite, anís, pastas, picos, limoncello, libretas, bolígrafos y hasta un delantal. ¡Fantástico! Además, Cruzcampo regaló por persona cuatro packs de seis botellines. ¡Cerveza para todos!
No me quiero despedir sin dar las gracias a Urban Explorers y a Red Guadalinfo por invitarme. También agradecer el trato recibido por los patrocinadores y por el gran recibimiento tanto en Marchena como en Osuna. Un absoluto regalo para los sentidos. Muchas veces pensamos que viajar es sinónimo de coger un avión y marcharnos tan lejos como podamos. ¡Qué equivocados estamos! ¡Qué de tesoros a una hora de distancia!
A una hora de pasarlo en grande. A una hora de cambiar de aires. A una hora de romper con la rutina. A una hora de descubrir tesoros ocultos.
