Acelerando la inclusión financiera en El Salvador
Conozca una fintech salvadoreña que ofrece financiamiento para motocicletas en un solo día
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Natalie Alm es asesora de comunicaciones estratégicas de la iniciativa INVEST de USAID.
A Andrea Mendoza le tomaba dos horas llegar en transporte público desde su casa al restaurante donde trabaja como mesera en San Salvador. Quería una motocicleta para llegar más rápido, pero no tenía suficiente dinero para la prima del préstamo.
Además de ser un medio de transporte muy importante, las motocicletas también son una fuente de ingresos, especialmente para las poblaciones no bancarizadas en El Salvador. En 2021, sólo alrededor del 35% de los salvadoreños tenían una cuenta bancaria o proveedor de servicios financieros, y el acceso al financiamiento es especialmente difícil en zonas rurales.
Flexiplan, una empresa de tecnología financiera que está trabajando para cerrar esta brecha en El Salvador, brinda financiamiento para motocicletas el mismo día que se solicita. Su cofundador y director general, Tito Gutiérrez Ávila, fundó la empresa en 2016 después de más de una década trabajando en la industria de las motocicletas. “Reconocimos que las poblaciones no bancarizadas en El Salvador eran usuarios potenciales en nuestro sector y vimos una oportunidad no sólo de originar un préstamo sino de lograr inclusión financiera y mejorar la calidad de vida de la población en la base de la pirámide”, dice.
Generalmente, el acceso al financiamiento para la compra de motocicletas está fuera del alcance de la mayoría de los que ahora son clientes de Flexiplan; la mitad de su clientela vive fuera de las principales ciudades y el 75% gana menos del salario mensual de $800 dólares, lo necesario para acceder al crédito de otras instituciones financieras. Ahora, un cliente potencial puede acudir a uno de los 300 puntos de venta en todo El Salvador, tanto en las ciudades como en zonas rurales, y presentar una aplicación, que se envía a la oficina central de Flexiplan en San Salvador. Utilizando su algoritmo patentado, Flexiplan puede lograr una aprobación en menos de tres segundos y el cliente puede conducir su nueva motocicleta en cuestión de horas. Los pagos se adaptan a los salarios del cliente y se pueden pagar quincenal o mensualmente y las tasas de interés son de las más bajas que existen. Los clientes permanecen en la red de Flexiplan y pueden comunicarse sobre el préstamo a través de WhatsApp durante todo el período del mismo.
El apoyo de USAID
Hacia finales del 2022, Flexiplan había crecido bastante y proyectaba aprobar 20,000 préstamos entre el 2021 y el 2024, equivalente a una tasa de crecimiento del 300%. Tito y su equipo vieron un amplio margen para un crecimiento continuo, pero necesitaban inversión adicional.
Por fortuna, encajaron perfectamente en la iniciativa Facilitación de Inversiones en El Salvador (IFES, por sus siglas en inglés) de USAID, cuyo objetivo era movilizar inversiones privadas para empresas pequeñas y en crecimiento en El Salvador.
A través de IFES, la empresa de asesoría CrossBoundary, en asociación con firmas locales Innbox y SandBox, brindó a Flexiplan y a otras 11 empresas servicios de asesoría para ayudarlas a prepararse para recibir inversiones. El equipo trabajó con Flexiplan en modelos financieros, debida diligencia, marketing y contacto con inversores.
Loïc Porte, asociado senior de CrossBoundary, señala: “Lo que hizo que Flexiplan se destacara, tanto para CrossBoundary como para los inversores, fue la combinación de su historia de impacto y la excelencia de la empresa en la ejecución de su modelo de negocio”. Según Porte, mientras mucha gente considera que las poblaciones no bancarizadas son un segmento de la población riesgoso al que atender, Flexiplan tiene un sólido enfoque de gestión de riesgos. Es una de las pocas instituciones financieras que puede brindar servicios a estos grupos desatendidos sin altas tasas de incumplimiento, gracias a su sofisticado modelo de crédito.
Inversión en impacto
Como resultado del apoyo, Flexiplan recaudó casi $3 millones de dólares de inversores privados y bancos comerciales. El apoyo de USAID también fue fundamental para que Flexiplan cumpliera con los rigurosos requisitos de debida diligencia de la Corporación Financiera de Desarrollo Internacional (DFC, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos para obtener un préstamo de $6 millones, que financiará el crecimiento de la compañía en El Salvador y la expansión a otros mercados regionales en el norte de Centroamérica. Un millón del préstamo de DFC se dedicará a financiar motocicletas eléctricas, lo que permitirá a Flexiplan ingresar al mercado de vehículos eléctricos y contribuir a las metas net zero de El Salvador. La empresa espera crecer de tres a cuatro veces su tamaño actual en los próximos años, lo que permitirá que más de 50,000 salvadoreños, como Andrea, accedan a financiación.
“Sin el apoyo de USAID y CrossBoundary, todo esto no sería posible”, afirma Gutiérrez. “Nos ayudaron a perseverar, mantener el ritmo y cumplir con los requisitos, a menudo intensos, de estos nuevos inversores. Nuestra empresa ha aprendido mucho a través de este proceso y gracias a ello somos más fuertes”.
Casi el 40% de los clientes de Flexiplan están utilizando sus motocicletas para actividades generadoras de ingresos, como desplazarse más fácilmente a sus trabajos, como lo hace Andrea, o servir como repartidores. “Conseguir una motocicleta a través de Flexiplan me ha beneficiado mucho”, afirma ella, “porque llego a casa más rápido–en 45 minutos, menos de la mitad del tiempo– y tengo más tiempo para cosas que son importantes para mí, como estar con mi hija y hacer cosas pendientes en casa”.
Al ampliar el acceso a crédito asequible, la expansión de Flexiplan mejorará la inclusión financiera, los ingresos y la calidad de vida de sus clientes por muchos años más.
