La historia del emprendimiento de comida venezolana que pelea contra la crisis

Cómo enfrentar los vaivenes de la economía y salir adelante, luego de inmigrar. Qué es Mi Junquito.

Helam Aranguren
UtopiaUAI
3 min readJun 17, 2024

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Foto: Local “Mi Junquito”. 14/05/2024. Helam Aranguren.

Mi Junquito es un local de venta de comida y productos venezolanos listos para comer o también para llevar, ubicado en la Av. Rivadavia 3930.

Actualmente este negocio está enfrentando las dificultades económicas de todo emprendedor inmigrante en Argentina.

Este comercio es manejado por Virgenis Rodríguez y su familia, conformada por sus dos padres y esposo.
Ellos llegaron a Argentina hace 7 años, haciéndose camino entre los desafíos de emigrar de su país. Así fue que iniciaron el proyecto llamado “Mi Junquito”, hace 4 años.

A su llegada, la Argentina tenía un dólar a $17 pesos. Ahora, con un valor aproximado de $1000 pesos, “hacen malabares para seguir de pie”, dijo Virgenis.

Abrir un negocio de por sí es difícil. Abrirlo en otro país es el doble.

Virgenis recuerda: “Tuvimos que trabajar un montón para otros para poder empezar nuestro negocio, ninguno de los dos pudimos encontrar trabajo de lo que estudiamos en Venezuela”.

Buscan siempre ir innovando con productos para traer nuevos clientes y no solo venezolanos, también colombianos por lo parecido de la gastronomía.

Empezaron a vender comida para llevar por empezar a verse en números rojos en el año 2023. Esto les ayudó a sumar clientes y salir de la quiebra.

También dijo: “Obviamente no tenemos los ingresos de antes, nos ayuda la cantidad de venezolanos que hay en el país y la curiosidad de los argentinos por nuestra comida, lo que siempre nos costó es subir los precios pero nuestros proveedores prácticamente nos obligan a subirlos para poder seguir abasteciéndonos de su mercadería”.

Los proveedores suben los precios por los aumentos de los productos en supermercados por la crisis económica que está enfrentando Argentina y estos productos al ser importados suelen tener más valor por todos los gastos de importación y la alta demanda de los extranjeros la nostalgia de tener algo característico de su añorada patria.

Foto: Mercancía del local “Mi Junquito”. 14/05/2024. Helam Aranguren.

Ayudan a otros emprendimientos venezolanos vendiendo sus productos artesanales como lo son los tequeños, pastelitos, queso venezolano y cachitos cautivando a los vecinos del barrio.

Luchan para evitar especular en los precios porque quieren vender sus productos de calidad y accesibles a diferencia de muchos negocios en la economía actual de Argentina.

Han tenido muchos errores que los ha llevado a pensar el cerrar el negocio, porque con las boletas de los servicios básicos y precios de productos no se pueden permitir tener pérdidas.

Empezaron abonando $3.000 pesos en la boleta de luz y actualmente están abonando $75.000 pesos, tuvieron que irse ajustando a estos aumentos que los obligó a subir precios porque si no, no podrían abrir.

Carlos, esposo de Virgenis, comentó a UtopiaUAI: “Si nosotros sobrevivimos a la pandemia, que fue lo más difícil que pudo vivir un emprendimiento, podemos con toda la situación actual y seguiremos abriendo”.

Esta familia es un ejemplo del “si se quiere, se puede”. A pesar de que inauguraron su negocio en pandemia, con todo lo que esto desencadenó; comercios en quiebra, poca demanda de ventas y el peso argentino cada vez más devaluado, lo mantuvieron vigente.

Los Rodríguez atraviesan su peor momento económico en Argentina y siguen brindando sonrisas a miles de venezolanos y argentinos con su deliciosa comida en el barrio de Almagro, motivados en seguir adelante y tener una mejor calidad de vida de la que pudieron tener en su país.

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