No te preocupes, todo estará bien. Concentrate en el ahora, el fuego en tu mente, cerrá los ojos y concentrate en la luz blanca que atraviesa tus párpados. Alzá la vista con los ojos aún cerrados, empujá un poco más, e intentá llegar a ese milagro que todas llevamos dentro. Vos también lo podés ver, lectora.
Y si no podés tampoco importa, la pregunta, interrogación y desafío quedaron planteados. En el ejercicio, en el acto de intentarlo y cerrar los ojos y respirar pro-fun-da-men-te, ya nos estamos rebelando a los tiempos pasado y futuro, estamos reivindicando el presente.
Hubo una época, cuando eramos adolescentes, en el que todas nos poníamos “…CaRpE DiEm…” en nuestros estados del MSN. Por más cliché y adolescente que sonara, era un sentimiento que necesitaba ser dicho, eran las hormonas expresándose a través de píxeles y bits.
Porque el ahora importa tanto. Es ahora que nos está abrumando la ola cósmica, es ahora que debemos actuar, y no importa si estoy hablando del ahora de la escritora, aquí frente a una pantalla mientras hace como que trabaja, o el ahora de la lectora, ya sea en un futuro de cuestión de mUinutos o dentro de doscientos mil años. ¿qué son quince mil años, el tiempo de la historia humana escrita, en la vida de un planeta, o un Universo? Y en ese suspiro nos la hemos arreglado para dividir el átomo, extendernos más allá del sistema solar, escuchar los ecos del Big Bang, crear realidades virtuales, venerar las más disímiles de las deidades y generar aquella extraña compañera de ruta: la inteligencia artificial.
Se trata de vivir de a poco, a ritmo glaciar. Encontrar la belleza en cada fracción de tiempo, buscar la sabiduría a nivel microscópico. ¿Qué atravesará tu cuerpo en los próximos doscientos millones de segundos? ¿Qué has estado haciendo en los últimos tres millones de minutos? Un día, te despertás en una cama sudada, la piel curtida por una vida de lucha, y entendés que la barcaza que apenas podía mantenerse a flote sí tenía un camino concreto, una ruta de viaje que solo puede discernirse al final.
