rotated picture of boat at sea

Hay un niño en la vereda

Francisco Diaz Heinzen
Utrópica
Published in
2 min readFeb 16, 2020

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Hay un niño en la vereda. Tiene en las manos un barco de papel. Casi no pasan autos en la calle ancha. El barquito, pintado con drypen, luce orgulloso su nombre en la proa. El niño lo posa suavemente en el riachuelo de agua que formó la lluvia, y mira al barquito mecerse calle abajo. La tierra húmeda hace sentir su olor, y el viento ejerce resistencia al barquito que de todas formas baja a su encuentro con el Río Uruguay. Naufraga mucho antes, claro está. Cuando se le termina la vereda y comienza un tosco camino de tierra.

Un joven encuentra el barquito mojado cuando cae el sol. Es verano, hace calor y las gotas de sudor le recorren la cara. Las montañas resecas ofrecen su paisaje estival, recordándole lo lejos que está. El camino de tierra comienza de a poco a volverse de piedra, la vegetación recupera el color verde oscuro, aquí y allá asoman castillos y trincheras. Del último piso de un edificio decimonónico en un pueblo perdido, alguien comienza a tirar papeles por la ventana.

Calendarios, fotocopias, cuadernos garabateados. Siguen cayendo los papeles, cubriendo la calle y toda la ciudad. Los ómnibus y los autos deben detenerse ante esa avalancha de celulosa sin demasiada razón de ser. Cuando ya no le quedan más papeles, la persona salta desde el último piso y el edificio se viene abajo con él. Se produce un terremoto, la tierra se abre tragándose papeles, edificios, autos, castillos, montañas y niñez.

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Foto original Joakim Honkasalo

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