Rescatando al Osito Ripley
Antes de incluso llegar a Ripley, o estudiar diseño gráfico, era- y sigo siendo un fanático de la animación; me encanta dibujar, contar historias y darles vida mediante la animación. Al acercarme al mundo del UX por casualidades del destino, creí que eso que tanto me gustaba no tendría cabida, sin embargo, al llegar a Ripley y diseñar interfaces, vi que estas necesitaban animaciones (microinteracciones) e incluso el uso de ilustraciones, ya que sin estos elementos, cualquier aplicación o página web carecerían de ánima.
Si no ocupáramos animaciones, nuestros flujos serían similares al paso de varias diapositivas de Power Point que carecen de efectos de animación. Nuestro ojo está acostumbrado a ver transiciones, pasos de un estado A a uno B de manera armoniosa; por ejemplo, cuando hay sol y se pone nublado, cuando prendemos una luz en la oscuridad, o cuando los objetos se alejan ante nuestros ojos, todo ocurre de una forma matemática y armoniosa. Por otro lado si no ocupáramos ilustraciones, no podríamos reforzar un mensaje, o enseñarle algo a nuestros usuarios de manera entretenida, como dice el dicho: una imagen vale mas que mil palabras.
Los inicios del Osito Ripley
Para alegría mía, podía vincular algo que tanto me gusta como la animación/ilustración con mi trabajo como UX. Pero, frente a la necesidad de incorporar ilustraciones, encontraba que me faltaban elementos con los que jugar y que comunicaran marca e identidad, por lo que traté de recordar qué venía a mi memoria cuando pensaba en Ripley. Intenté conectarme con el Matías de los años 90 y rescaté varias cosas como el comercial de los Días R Ripley, que tenían como jingle una versión reversionada de Supercalifragilisticoespialidoso de Mary Poppins, con tres niños como protagonistas uniformados con un polerón amarillo con una R gigante, pantalones cortos negros, calcetines amarillos y zapatillas converse; también vino a mi memoria un comercial de las 48 horas Ripley, con dos niñas uniformadas de color amarillo y celeste haciendo la mímica de manecillas de un reloj, con un jingle característico, y por último unos osos de peluche que regalaba Ripley hace mil años, y que para sorpresa mía aún mi familia lo tenía guardado.
Primeros diseños
Empecé por añadir al oso en mi primer proyecto cuando llegué a Ripley, su app móvil. Como se aprecia, la ilustración tiene un estilo flat con la mitad derecha sombreada (muy de moda en esos días), manteniendo los elementos básicos del peluche, como el jockey con una R y la polera con el logo Ripley; por temas de marca la tuve que dejar en color morado. Por último, toda la ilustración se contiene en un círculo.
Más adelante, reciclé la ilustración en la versión beta de la app de auto-atención Ripley, pero esta vez para comunicar errores.
Para una nueva versión de la app de auto atención en tiendas Ripley, quise usar nuevamente el osito para indicar errores de funcionamiento; por está razón, cambié la polera a color rojo para que hiciera juego con el jockey y cromáticamente comunicara un error. Nuestros usuarios al informar un error al equipo de desarrollo, decían “me salió el error del Osito”, por lo que la ilustración dotaba de un carácter humano a los problemas muchas veces técnicos de la aplicación.
Rediseño Osito Ripley 2020
Con el tiempo, nació la necesidad de replantear las ilustraciones, frente a un lenguaje visual mucho más limpio de las interfaces, por lo que tuve que rediseñar el Osito; aunque nuevamente tomé como referencia el peluche, esta vez lo tuve frente a mí ya que, por la cuarentena, volví a casa de mis padres y aún lo conservaban. Empecé a dibujarlo pero algo me incomodaba, y era el logo Ripley de la polera que en reducción no se alcanzaba a leer.
Por esta razón, opté por eliminar el logo Ripley de la polera y agrandar la R del jockey para que la marca siguiera presente. Quité las sombras, lo redondeé más para darle un aspecto tierno y, después de varios intentos, este fue el resultado final. Otro aspecto importante es que ahora no solo aparecerá en errores sino también te dará la bienvenida en las apps de tienda Ripley, por lo que siempre estará sonriente y feliz (¡a menos que se caiga la app!).
Sin embargo, este es solo el inicio de la historia; al mostrar el nuevo diseño en un Demo Day, el Osito causó mucha sensación y, de estar presente solamente en apps de tienda Ripley, me lo han pedido para aparecer en Ripley.com, aunque eso y más cosas serán la continuación de este artículo. Si bien fue algo que no esperaba, sí era el impacto que quería lograr en sus inicios al revivirlo en las aplicaciones Ripley, por lo que puedo dar el objetivo como logrado.
Conclusión
Todos tenemos una historia o un relato, algún objeto o elemento que reafirma nuestra identidad como personas; esta premisa no es ajena a las organizaciones (gobiernos, empresas o universidades) en donde el transcurso del tiempo va dejando en la memoria emotiva ciertos objetos, imágenes, música, vídeos, entre otros, que marcan un tiempo o una época y crean así un relato. Nuestra misión como diseñadores, es ver qué se ha hecho en el pasado, lo que otros han creado antes de nosotros, y con esto en mente mirar hacia adelante y construir cosas nuevas.
Ese fue ciertamente el caso del Osito Ripley, que estuvo décadas en el baúl de los recuerdos pero que, al ser resignificado, vuelve a crear un sentimiento de cariño y cercanía tanto en los clientes como en el equipo interno de la organización.
