Una remera que diga Petronila Infantes

Venus Roja
venusrojafanzine
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2 min readJul 20, 2020

Una chola anarcosindicalista, conocida por sus compañeras y rivales de clase como la “Peta”, desestructura los altares sacrosantos de la izquierda. La figura y, sobre todo, la capacidad política y organizativa de Petronila Infantes rompen los moldes del militante del bronce y la remera. Quien pudiera tener la bravura de una chola anarquista.

Nació en Bolivia, precisamente en La Paz en 1911. Bien a principios del siglo XIX, predispuesta a construir un movimiento sindical de raíz anarquista en un momento de ascenso de las luchas obreras. Supo articular una mirada interseccional sobre las demandas de las trabajadoras que constituye una de las experiencias más interesantes en esta clave. Invisibilizada entre lxs referencias de la combatividad latinoamericana, poco se sabe de ella.

La Peta puso en jaque a la Bolivia de patrones y racistas. Culinaria de profesión fundó en 1935 el sindicato de Culinarias. Pocos años más tarde, en 1940 inició un nuevo camino para la Federación Obrera Femenina- integrada a la Federación Obrera Local- junto a otras compañeras de lucha (primero fundada en 1927 por otras anarcosindicalistas como Rosa Rodriguez, Catalina Mendoza y Susana Rada). Bajo esa estructura se lograron aglutinar las diversas ramas del trabajo donde las mujeres eran mayoría: las empleadas domésticas, las floristas y vendedoras.

Existía en aquel momento una ordenanza municipal que prohibía a las cholas viajar en tranvía. Según las autoridades, molestaban a las señoras provocando rasguños en sus finas medias y manchas en su vestimenta de estilo europeo. Además argumentaban que subían sucias y con canastas.

Frente a esto, el Sindicato de Culinarias impulsado por Peta fue una herramienta fundamental de lucha contra los atropellos que día a día sufrían las cholas trabajadoras. “Porque la organización de las mujeres es pues así: nosotras mismas defendernos, nosotras mismas manejarnos” decía Petronila. Ganan la batalla contra la discriminación, ganan derechos y reconocimiento como trabajadoras.

En 1937, a dos años de haber fundando el Sindicato Peta redacta un manifiesto que recorre esos intensos momentos de lucha que transitan, denunciando los atropellos, la persecución y la humillación que soportaban las cholas, las mujeres con pollera. Reconstruye sus resistencias y los modos en que lograron torcer el brazo al gobierno y pusieron condiciones a los patrones esclavistas que se creían dueños de trabajo y de la vida de las trabajadoras.

Hacia el final de su escrito, todavía su arenga nos conmueve y nos llama a la rebelión: “(…) Pero la mujer libertaria, la auténtica libertad, jamás declinará de luchar con ahínco hasta tocar los últimos extremos de su capacidad(…)” (recuperado de La Choledad Antiestatal. El anarcosindicalismo en el Movimiento obrero boliviano (1912–1965) de Huascar Rodríguez García. )

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Inspirada en la tradición del fanzine. Imágenes y textos libres, abiertos, alocados, (des)ordenados.Bocanada de aire colectivo, sanador, ácido, crítico.