Te redimo.
Published in
1 min readJul 22, 2014
Te me esfumas, musa
por instantes.
Y pasean estos solitarios
entre las tundras de mi esperar.
De repente eres mi espejo
reflejando mi anti héroe.
Un ser desgraciado,
desahuciado, desconocido.
Me reclamo, me maldigo
me escabullo, me persigo.
El reflejo es mi enemigo.
Su pedestal un mártir vivo.
No eres, musa, inquebrantable
ni razón de mi congoja.
En tus ojos yo me veo
equivocado, arrepentido.
Mi carga es inevitable,
tu dolor también es mío.
Tu perdón aquí yo imploro.
Que tu mirada sea mi abrigo.
Ahora ven, toca mi pecho.
La tristeza ya se ha ido.
Me entrego libre, vulnerable.
En tu abrazo, en tu cobijo.