Viaje nocturno
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1 min readJun 27, 2014
Anochece,
y los lúcidos cadáveres son llevados
por el Caronte de turno
en viaje lánguido y casi infinito.
Cuerpos mudos y no sordos
padecen la derrota diaria
consecuencia de su inevitable humanidad
al compás de un réquiem mortecino,
armonía desvaída que anula la consciencia.
Abordan, abandonan,
volviéndose anonimato.
Transmigra cada alma
en cada inframundo al que Caronte accede.
Cada uno tiene el suyo deparado.
Aquí me bajo.