Hebe de Bonafini: ahora la acusada es ella

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7 min readAug 15, 2016

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A la activista de la fundación Madres de Plaza de Mayo la investigan por un caso de malversación de fondos destinados a la construcción de viviendas de interés social. Se niega incluso a hablar con el juez. O se le ama, o se le detesta. Con su polémica lengua, aviva los enfrentamientos en torno a ella y ha planteado un desafío importante a la justicia argentina

Por Giuliana Chiappe | @giuliana19

Desde 1977, la vida de Hebe Bonafini se ha centrado alrededor de un triste desdibujo: el de sus dos hijos desaparecidos por la dictadura que dominó Argentina entre 1976 y 1983.

De ser una ama de casa con solo estudios de primaria pasó a ser una activista de los derechos humanos, representando a madres de hijos desaparecidos a través de la asociación y fundación Madres de Plaza de Mayo, de la que nunca ha querido dejar de ser presidenta. Pero ahora, 39 años después, se ve envuelta en un escándalo que nada tiene que ver con la naturaleza de su activismo: malversación de fondos destinados a la construcción de viviendas de interés social.

Las Madres de Plaza de Mayo se hicieron visibles por primera vez el viernes 30 de abril de 1977, cuando 14 mujeres, con hijos desaparecidos por la dictadura de Jorge Rafael Videla, decidieron hacer una manifestación silenciosa en la plaza frente a la Casa Rosada, sede de la presidencia argentina. La líder era Azucena Villaflor, quien ocho meses más tarde fue secuestrada y desaparecida por el régimen. En ese grupo de madres no estaba Hebe Bonafini. Ella se presentó en la plaza una semana después. Y ya no dejó al grupo. Al menos no su facción, porque en 1986 se dividieron. A la organización disidente, “Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora”, lo lidera Martha Ocampo de Vásquez.

De madre a ¿constructora?

Durante los gobiernos de los esposos Kirchner, Néstor y Cristina, desde 2003 hasta 2015, la participación política de Hebe Bonafini cambió. La misma filiación ideológica de la pareja presidencial y de la activista de los derechos humanos la llevó a participar en proyectos de índole distinta a la que hasta entonces ocupaba a las Madres de Plaza de Mayo.

Uno de estos planes era la construcción de viviendas de interés social, que se realizarían a través de la previa capacitación de los beneficiarios para que puedan construir sus casas y que serían financiados con fondos del Estado. La entidad responsable de ejecutar el proyecto era Madres de Plaza de Mayo –siempre con Bonafini a la cabeza- a través de la fundación Sueños Compartidos, que ellas mismas fundaron y que recibía los recursos aportados por el gobierno. Sus asociados en el plan eran los hermanos Sergio y Pablo Schoklender, quienes ahora están imputados por malversación de fondos y lavado de dinero. Y, de acuerdo a la justicia, no son los únicos culpables. A Madres de Plaza de Mayo se le acusa de quedarse con el dinero que se suponía se pagaría a los trabajadores para que se capacitaran en la autoconstrucción de sus casas. El monto que se estima fue desviado asciende a 58 millones de pesos, unos 850 mil dólares. Bonafini está imputada por la firma de dos convenios con el Ministerio del Trabajo para la construcción de esas viviendas.

Vale la pena hacer un inciso sobre la relación entre Hebe Bonafini y Sergio Schoklender, a quien las Madres de Plaza de Mayo nombraron presidente de Sueños Compartidos. Se conocieron en la cárcel, donde Schoklender estaba recluido por haber matado a sus padres, junto con su hermano Pablo. Bonafini los empleó a ambos en la fundación, en salidas temporales de índole laboral. Con Sergio la relación fue más cercana, incluso llegó a puestos directivos en la fundación y en negocios como Sueños Compartidos, hasta que en 2011 se distanciaron. Él abandonó la fundación, alegando que no era compatible con sus nuevos proyectos. La razón de la enemistad no está clara. Algunos dicen que fue la propia Bonafini quien lo echó.

Sergio Schoklender dejó la fundación el 25 de mayo de 2011. El 1 de junio la Unidad Fiscal de Investigación presentó un informe a las autoridades sobre sus manejos financieros e inmediatamente se dio a conocer que la empresa constructora contratada por Madres de Plaza de Mayo para las obras de vivienda era propiedad del propio Schoklender y el 3 de junio le dictaron medida de prohibición de salida del país. María Alejandra Bonafini pasó a encabezar una comisión de gestión que se encargó de la fundación. Pero en julio se descubrió que María Alejandra había hecho al menos un negocio inmobiliario con la misma empresa constructora llamada Meldorek: la venta e un departamento en La Plata por 25 mil dólares cuando su valor en el mercado era de 120 mil. María Alejandra ha sido investigada en más de una ocasión. Y recibió el respaldo y abrazo del kirchnerismo. De hecho, es empleada del Senado de la provincia de Buenos Aires. Ahora el juez Marcelo Martínez de Giorgi la ubica dentro de una trama de lavado de dinero y le ha puesto la lupa encima.

El escándalo de Sueños Compartidos estalló con la salida de los Kirchner del poder y la llegada de un gobierno políticamente adverso, presidido por Mauricio Macri. Por el caso hay más de cien imputados por corrupción, malversación de fondos y lavado de dinero. A Madres de Plaza de Mayo se les imputa solo por malversación de fondos, pero Hebe Bonafini no quiere saber nada del juicio. Culpa a los hermanos Schoklender y no quiere ni declarar judicialmente.

Esta actitud de Bonafini se ha convertido en toda una telenovela mediática durante el último mes y medio, desde el 7 de julio, cuando sin avisar, no acudió a la audiencia que le había fijado el juez de la causa, Marcelo Martínez de Giorgi. Se ha negado a hacerlo, incluso cuando el propio juez acudió a la sede de Madres de Plaza de Mayo a tomar declaración. Esto motivó una orden de encarcelación que intentó ser ejecutada por dos decenas de policías apertrechados con trajes antimotines en la plaza que está frente a la sede de la fundación, la mítica plaza de Mayo. Una manifestación –algunos dicen que espontánea mientras que otros aseguran que fue organizada por la militancia kirchnerista-, lo impidió. Para Bonafini fue un triunfo, que celebró con la propia Cristina. “Brindamos para que Macri tenga miedo”, comentó públicamente. Tras ese encuentro, la expresidenta comentó: “Hebe es un ejemplo”.

Aunque se deslinda del mal uso del dinero destinado a la construcción de viviendas, asegurando que no tiene nada que ver con eso, Bonafini siente placer en adjudicarse el beneficio social que aportan las pocas unidades construidas: “Me para gente en la calle y me dice: ‘gracias a vos, tengo casa’”.

A sus 87 años, edad que le concede el beneficio de prisión domiciliaria, esta mujer escuda su rebeldía ante el juez diciendo: “No están citando a un montón de gente. Hay ciento y pico de imputados. Yo fui a hablar con el juez (antes de ser citada) para ver cómo iba la causa, no es que no fuimos. Me pareció que era necesario decir basta, basta Macri también (…). No es que puede hacer todo lo que quiere. Macri no es el rey del país, eso se lo hicieron creer los yanquis”.

En varias ocasiones ha intentado vincular su problema judicial actual con la desaparición de sus hijos, hace casi 40 años: “Desde 1977 vengo padeciendo las agresiones de la mal llamada justicia”, “La justicia no son los jueces”, ha manifestado en entrevistas a la prensa este mismo mes.

Lengua de doble filo

Hebe luce dos características infaltables: su pañuelo blanco atado alrededor de la cara y que es símbolo de la asociación Madres de Plaza de Mayo; y su lengua afilada. Esta parece tener vida propia y, en más de una ocasión, ha verbalizado pensamientos que han sido considerados crueles, racistas y discriminadores. Para Bonafini, las acciones son buenas o malas según la ideología política de quien las ejecute. Estas han sido algunas de sus frases más polémicas:

Del tipo cruel. “Por primera vez le pasaron la boleta a Estados Unidos. Yo estaba con mi hija en Cuba y me alegré mucho cuando escuché la noticia. No voy a ser hipócrita con este tema: No me dolió para nada el atentado. Me puse contenta de que, alguna vez, la barrera del mundo, esa barrera inmunda, llena de comida, esa barrera de oro, de riquezas, les cayera encima”. Declaraciones en el primer aniversario del atentado contra las torres gemelas de Nueva York, 11 de septiembre de 2002.

Del tipo insultante. “¿Cuál es nuestra seguridad con estas vedettes que son más putas que vedettes, que se atreven a hablar de derechos humanos cuando bailaron y se acostaron con todos los represores?”. Declaraciones sobre la periodista Susana Giménez, sólo porque se le ocurrió proponer el regreso del servicio militar obligatorio, 18 de marzo de 2009.

Del tipo discriminador. “¡Váyanse de nuestra plaza bolitas hijos de puta! ¡Váyanse bolivianos de mierda!”. Exclamación pública a un grupo de personas bolivianas que realizaban, en la plaza de Mayo, un velatorio-protesta a un compatriota víctima de una bala perdida. A Bonafini le molestaba su presencia en “su” plaza. 15 de diciembre de 2015.

Voces en contra

La actitud de la más conocida de las madres de Plaza de Mayo -aquella que subió al mismo escenario de Bon Jovi durante su paso por Argentina y le regaló su pañuelo blanco cuando aun ni se hablaba de Sueños Compartidos ni de acusaciones por malversación de fondos- ha sido cuestionada desde diversos ángulos de la sociedad. El premio Nobel de La Paz, Adolfo Pérez Esquivel, ha dicho al respecto: “Ante la ley todos somos iguales. Uno no puede apoyar bajo ningún punto de vista cualquier tipo de corrupción, provenga de quien provenga”.

La actual diputada argentina Elisa Carrió ha sido aún más ruda: “Hebe ha robado, ha dado dinero a sus hijas y no puede chantajear. Ella, que pide que gente de 90 años siga en la cárcel, es la que no quiere seguir la ley. Defender los derechos humanos no da derecho a cometer delitos”.

Por su parte, el juez Martínez de Giorgi, víctima del desplante recurrente de Hebe Bonafini, ha manifestado contundentemente: “No puedo hacer excepciones”. Todavía quedan por ver muchos episodios de esta novela sureña que constituye un nuevo reto –otro- para la justicia argentina.

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