Amor

Anita
Vestigium
Published in
1 min readJan 26, 2020

El tuyo fue lento.

Imparable.

Como caer de espalda en un mar de colores sin nombres.

Me envolvió, me abrazó… tranquilizándome con su belleza, bañando mi alma en tranquilidad.

Y luego, por fin,

me envolví con él.

Y no hubo miedo ni dolor.

Sólo el ligero sentimiento de cien mil estrellas brillando contra la oscuridad.

Foto por Li Yang en Unsplash

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