Before I fall…
I just want to tell you, don’t be a d*ck!
Hace unos días vi la película Before I Fall y, ¡wow!, la vida no deja de sorprenderme. Va a sonar raro (para unos) lo que estoy a punto de decir, pero fue justo lo que sentí y pensé cuando terminé de ver la película.
Todo ocurre en un momento perfecto. Pensar que la idea del concepto de esta película, el guion, las audiciones, grabaciones, edición, etc., pasaron mucho tiempo antes, pero justo en el momento perfecto para que estuviera lista cuando fui a verla y así poder recibir el mensaje que necesito en esta parte de mi vida. Es como si billones de momentos poco a poco se fueran entrelazando; y la mejor parte, es que CADA UNO de éstos es perfecto, tanto en forma individual como en el resultado que dan en colectivo.
Si nos ponemos a reflexionar en lo anterior, NUESTRA VIDA ES PERFECTA. Puede que en el momento no entendamos lo que está sucediendo o la razón, pero en algún momento tendrá sentido. Es más, tú mismo le puedes dar sentido. Si piensas que cada instante de tu vida forma parte de un rompecabezas mucho más grande, ¿por qué no querrías convertir este momento en maravilloso y darle un propósito?
Y es aquí cuando entramos a otro punto interesante… nuestra actitud. Y no sólo me refiero a la actitud que tenemos hacia nosotros mismos o lo que nos sucede, sino hacia los demás también. La mayor parte del tiempo estamos sumergidos en nosotros mismos, lo que sentimos, pensamos, lo que tenemos que hacer, lo que hicimos o lo que podemos hacer y nos olvidamos de que estamos coexistiendo con millones de personas más. Y no sólo coexistiendo sino que nosotros tenemos un papel dentro de la vida de los demás y hasta cierto punto una influencia en los momentos que experimentan.
Mi punto con todo esto es que trates de estar consciente de que cada persona que ves en tu día es igual que tú. Cada una de ellas tiene miedos, sentimientos, metas, cosas que hacer y quiere llegar a ser una mejor versión de sí mismos. Si lo vemos de esta forma nadie es más ni menos que alguien, todos estamos bajo este mismo proceso. Dicho esto, cada uno de los momentos en los que tú y yo estamos siendo partícipes forman parte de nuestra vida y tendrán consecuencias tanto en tu vida como en la mía.
So… don’t be a d*ick! Sé consciente de cómo estás tratando a los demás. Lo que tú haces importa, EN CADA MOMENTO y no sólo en tu vida sino en la mía también.
En verdad espero que esta reflexión te haya ayudado de alguna forma y, si lo crees conveniente, compártela con alguien más.
Aquí te dejo el tráiler de la película de la cual surgió todo esto que acabas de leer.
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