Cómo manejar la frustración cuando las cosas no salen como esperas

La frustración es una vieja amiga con la que todos lidiamos, así que contestaré explicando cómo la gestiono yo.

1) Recurro a la humildad para aceptar que yo no sé lo que es mejor para mí en cada momento y que no controlo todas las variables.
Confío en que la vida me está llevando donde me tiene que llevar y aunque no lo entienda ahora, tendrá sentido más adelante.
Trabajo la paciencia: sé que hay cosas por las que tengo que pasar para poder estar en condiciones de recibir lo que quiero.

2) Busco el regalo oculto.
Siempre hay regalos, aunque no sean los que esperaba. Solo tengo que saber verlos y apreciarlos. Incluso puede que esa experiencia contenga la pieza que me faltaba. Y mientras no la vea, ¡no avanzaré!.

3) Recojo lo que me sirve y paso a lo siguiente.
No dejo que mi cerebro busque explicaciones autodestructivas que minen mi autoestima. Privo de mi atención a pensamientos del tipo «es que no eres lo bastante buena», «nadie te va a querer», «nunca vas a conseguirlo». Creerme esas historias siempre ha obstaculizado mi evolución y YA BASTA.

Si bien suelo necesitar un tiempo de descanso y recuperación, (¡y siempre me lo doy!), prefiero motivarme con el próximo paso lo antes posible. Elijo ilusionarme con lo que queda por venir.