Estoy haciéndolo porque estoy seguro que me merezco una vida ordenada, tranquila, limpia, cumpliendo mis objetivos de crecimiento.
Sin embargo, hoy, no quise despertar temprano, tampoco limpiar mi hogar ni hacer ejercicios.
En mi cabeza estuvo sonando en loop las frases: “ahora mismo podrías entrenar”, “al llegar a casa puedes limpiar y organizar”, “puedes hacer ejercicios y todo lo que falta”.
Todas esas frases que mi yo más exigente se creó para generar presión.
No puedo evitar no sentirme “culpable” por no realizar estas actividades.
Todo porque hoy no me levanté a la hora que me había prometido, no limpié el departamento, ni tampoco organicé porque lo más importante:
mi cuerpo y mente me estaban pidiendo descansar, y esto no significa que la rutina sea demasiado exigente, sólo necesitaba recargar energías para continuar, y eso, también está bien.
¡Está bien ser compasivo contigo mismo!
Lo que te quiero decir es que durante tres semanas estuve haciendo ejercicios, despertando temprano, limpiando y organizando mi casa, y hoy, mi cuerpo me está hablando, me está diciendo que estoy cansado, que necesito recargarme de energía para poder avanzar con mis proyectos.
Me permití escucharme, cuidarme y atenderme. Me permití descansar.
Pienso que estos hábitos en los que estoy trabajando, son hábitos de vida por lo que no hacerlo un día no significa precisamente que voy a dejar de hacerlo “para siempre”.
Cómo sea, quería compartir contigo este aprendizaje.
Saluditos, pásala bien y sigue vibrando alto.
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PD: Me llegó un pedido MUY especial, son dos rascadores preciosos que compré para mis gatitos. Te los muestro en un siguiente post
Originally published at https://franciscocarrillom.com on January 21, 2023.