Editores dejando huella

Cuando nació Vestigium, prendió todas las luces de mi curiosidad

Algo más sobre mí

Fabián Molina Bermúdez
Vestigium

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Aquí estoy tratando de juntar las palabras correctas para que ustedes puedan conocer más sobre mí. Es extraño, créanme. De las muchas ideas que pasan por mi mente, las que se concretan serían alrededor de un 10%. Solo la mitad de este porcentaje logro mantenerlas sin aburrirme y empezar otras; matemáticamente solo sería un 5%, y Vestigium hace parte de ese pequeño porcentaje.

Antes de empezar a describir mi travesía que fue toda la creación y evolución de la publicación (Vestigium), quisiera que conocieran a la persona que ha podido unir todo este conjunto de pensamientos e ideas para hacerlas tangibles y de ámbito público.

Foto tomada en el municipio de Zapatoca, Colombia

Este texto es parte de la serie «Editores dejando huella» de Vestigium, una sección en donde pretendemos introducir, por medio de auto entrevistas, a los editores de esta revista. Para más de la sección, pueden visitar la página dedicada en: https://medium.com/vestigium/editores/home

Mi nombre es Fabian Andrés Molina Bermúdez (odio Facebook, no me busquen), sí, ese chico que ven allí de gorro, botas y un mapa tratando ubicarse en las extensas montañas del norte de Santander, Colombia. Soy colombiano y pocas cosas me dan más orgullo que decir de dónde vengo, de aquellos pueblos de novela, parecidos a los que García Márquez relata en Cien años de soledad llenos de personas humildes, trabajadoras y con un folclore único.

San Juan del Cesar en La Guajira es uno de esos pueblos del norte de Colombia que pocos nombran pero que sus oriundos viven alegres y siempre dispuestos a ayudar a sus vecinos; en ese pueblo nací hace 23 años. Recuerdos llenos de tristeza y a la vez felicidad afloran del lugar donde nací, donde muchas de nuestras vivencias hoy solo son pequeños relatos donde algunos protagonistas ya no están.

Geología, pasión y otras locuras

Dentro de todo este tramo de experiencia y aprendizaje que es la vida hay pocas cosas de las que me arrepiento, pero jamás de haber elegido mi carrera. Creo que he sido privilegiado al estudiar Ingeniería Geológica; este aspecto profesional refleja pasión, amor, llantos y alegrías. Pasión por aprender todo lo que se pueda acerca de la Tierra, por quererla y a veces comprender de sus complicados y metódicos mecanismos. La pasión y amor a mi futura profesión me ha llevado a lugares que antes ni en sueños me imaginaba, a conocer personas que cambian el rumbo de tu vida, que te llenan de esa amistad que muchas veces es necesaria en momentos difíciles. En el camino descubrí una faceta que antes ni de chiste hubiera pensado: la de explorar, el caminar kilómetros en las serpenteantes montañas, desiertos abrasadores, ríos sinuosos, caminos inaccesibles que muchas veces se parecen a los programas de supervivencia de Discovery Channel, a dormir en tiendas de campaña con una fogata y un par de amigos… No cambiaría esos momentos.

Me gusta esa parte de la historia, pero no todo es felicidad en la vida académica. Muchos son los sacrificios y obligaciones pues en algunos países latinoamericanos no es fácil vivir; luchamos día a día para el progreso de la sociedad, para ser equitativos y bondadosos. Es difícil cuando una parte de esa sociedad solo piensa en el beneficio individual, pero los que queremos dejar una huella imborrable en la humanidad tenemos claro que solo es posible dejando de lado el individualismo y compilando todo nuestro ingenio para el beneficio común.

Fuera de mi ámbito profesional y académico, pues no he superado la adolescencia, créanme que aún sigo de fiestas con amigos. Les confieso algo: fue muy difícil escoger la foto para este artículo porque casi en todas o estoy acompañado o de fiesta. Aunque nací en San Juan del Cesar resido en Valledupar, que está alrededor de una hora de trayecto. En estas tierras nació uno de los grandes folclores de Colombia, el vallenato; muchos de sus artistas han sido de talla internacional y ampliamente reconocidos en el mundo artístico. Resalto esto porque las parrandas vallenatas son muy comunes; no es para justificar mis motivos de fiesta, pero nos gusta compartir y expresar nuestras vivencias de esa forma.

Bueno, además de las fiestas, soy un lector voraz, leo todo lo que viene a mis manos, menos periódicos locales y revistas clichés. Diariamente visito la edición Latinoamérica del New York Times y la BBC, creo que son la mejor fuente de información periodística alternativa al todo el ruido que hacen las cadenas informativas nacionales.

Literariamente no he llegado a la madurez que quería hace unos años. Intenté con clásicos pero no pude, así que mis autores favoritos van desde Stephen King hasta una escritora colombiana que hago mención cada vez que puedo: Carolina Andújar (de hecho el primer libro que leí fue uno de ella y me picó ese lector que siempre estaba resguardado en mí). Llegué a leer en un año 36 libros… Créanme que fue un récord para un adolescente de 15 años que a duras penas se leía un capítulo. Por falta de tiempo solo leo libros de geología, pero dentro de mi última lectura está la saga famosa de George R. R. Martin Game of Thrones, espero terminarla.

Además de los libros me apasionan los videojuegos y series, entre las cuales destaco Vikingos, Gotham, B: The Beginning (es un anime de Netflix súper recomendable), Bates Motel, Black Mirror, Cosmos (mi amor profundo por la ciencia se despertó por esta serie), Dark, entre otras. ¿Qué más podría decir? Soy agnóstico totalmente declarado desde hace unos años. Creo que ya saben que me encanta la naturaleza y a la vez tengo una rara necesidad de ser escritor. ¿Qué más podría contarles? No lo sé, creo que lo he dicho todo… ¡Ah! ¡Vestigium!

Y de la nada nació Vestigium

Vestigium es un gran punto y coma en mi vida, la historia comienza con mis ganas de difundir mis pensamientos por medio de la escritura. Encontré Medium en español como la plataforma idónea para este fin. Alcancé a publicar unos tres artículos y me deslumbré con la capacidad de audiencia que esta tenía y la gran comunidad que estaban construyendo. Lastimosamente llegó el cierre de operaciones y con ello surgió la famosa Eñes, que fue la que resguardó su legado.

Con el tiempo de publicar varios artículos en Eñes, muchos de ellos destacados y con un gran ámbito informativo, en mí se impuso la idea de crear una nueva comunidad enfocada no tanto a lo gramatical sino a la capacidad que tenemos los seres humanos de informar, de gritarle a la sociedad con palabras, de dejar una huella positiva llena de los pensamientos de aquellas personas que intentan ser escuchadas. De hecho, solo fue crear el nombre «Vestigium» y todo surgió por sí solo. Aprendí todos los recovecos que tiene Medium, casi todas sus herramientas, armé el primer logo, y el 4 de junio de 2017 tenía todo listo para lanzarlo al público. Debo recalcar que los encargados de Eñes ayudaron mucho a que la publicación se diera a conocer. Sentimos mucho su retirada que, fuera de los motivos de su partida, queremos mencionar y hacer honor a todo el equipo que formó parte del proyecto.

Antes éramos rojos…

Al principio fue difícil, ya que no tengo experiencia en edición, pero se hacía lo que se podía. Les propuse a algunos escritores que publicaran, entre ellos Aglaia Berlutti fue una gran impulsora con sus reseñas y divertidas vivencias. Luego en el camino se fueron incorporando nuevos escritores, pero lo que marcó un antes y un después en nuestra historia fue la llegada de Leonardo.

Mucho antes habíamos compartido algunos comentarios en artículos que publicaba; daba la impresión de ser alguien muy sosegado, con un estilo de escribir muy peculiar y, bueno, decidí invitarlo. Desde el primer momento le dije: «Este proyecto no es solo mío sino tuyo también». Con esta frase resumo cómo fue nuestro trabajo después. Además él era la punta de lanza en la edición, ya que tiene conocimientos gramaticales lejos de los míos, así que conjugamos bien y, como ven, eso ha permitido la supervivencia de la comunidad.

Después de todo este recorrido juntamos un gran equipo editorial entre los que están actualmente Camila Hermida Romero, Leonardo, Javier López, Dan Álvarez, Alejandra Brañez y mi persona; todos dispuestos en conjunto a seguir con la visión de dejar la huella. Y créanme, no es el primer año de Vestigium, vendrán muchos más.

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Fabián Molina Bermúdez
Vestigium

Comprender el pasado es la mejor forma de entender el presente.